RIO REVUELTO
En diario Exitosa, domingo 24 de Febrero 2019
El acuerdo
con Odebrecht está funcionando. Ha generado un sismo de proporciones progresivamente
más fuerte mientras surjan más revelaciones. Y aunque las confesiones premiadas
están limitadas a cuatro casos en los que los brasileños han aceptado culpabilidad,
las puertas se han abierto para abordar otros casos que ya están en la puerta
del horno.
La lucha
contra el fujimorismo y contra la corrupción rindió frutos políticos a Martín
Vizcarra pero su popularidad ha comenzado a decrecer. Su negación o su voluntad
de ocultar relaciones empresariales y comerciales con Odebrecht le han mermado
puntos. Sus posibles nexos con el Club de la Construcción han generado cuestionamientos
que lo obligan a replantear estrategias y a dar respuestas políticas eficientes
a fin de consolidar su liderazgo en riesgo.
La
ciudadanía está cansada de confrontación y preocupada por los desastres
naturales que obligan al gobierno a responder con acciones concretas. Como
promesas fallidas esperan la reconstrucción del norte y la inseguridad ciudadana
que se agrava. Vizcarra debe sostener su aprobación y desterrar la desconfianza
que ha determinado la pérdida de ocho puntos en pocas semanas.
Martín Vizcarra cumplirá dentro de un mes su primer año en el poder y las buenas voluntades reflejadas en buenas frases
no bastan. Deberá dar respuestas oportunas y transparentes ante las imputaciones
o sospechas de vínculos con personajes involucrados en Lava Jato en especial con
los del club de la construcción.
A lo que se agrega la situación de Peruanos por el Kambio, el partido que
llevó a PPK, Martín Vizcarra y Mercedes Araoz al poder, sostenidos por una
bancada legislativa con algunas personalidades. Hoy no hay armonía en la otrora
plancha presidencial ni entre los parlamentarios que debieron mantener la
unidad y no pudieron. El liderazgo se esfumó, se impusieron las ambiciones
personales y los resentimientos por exclusiones y el desbande se ha producido.
Una manzana de la discordia parece ser Mercedes Araoz y otra el propio Vizcarra
que administra el poder que le tocó en suerte proyectándose para mantenerse en
él sin solicitar ni aceptar apoyos de los integrantes del partido presuntamente
oficialista.
El resultado es una presidencia sostenida solo por la aprobación popular, sin
partido ni bancada y un Congreso fraccionado e ingobernable donde grupos
parlamentarios insisten en el transfuguismo o en el cálculo político para
rescatar proyectos personales que ya no pasan por la reelección vedada por el
referéndum de diciembre. Según el Tribunal
Constitucional las
renuncias no están prohibidas y son
aceptables por razones de conciencia que previsiblemente podrían aumentar
por la contaminación multiforme del caso Lava Jato.
Este Febrero 2019
quema por el calor y por las muchas dudas, sospechas, preocupaciones y temores
desde las sombras. Investigaciones y revelaciones llenan de incertidumbre el
escenario. Continúa el protagonismo de la corrupción y proliferan las luchas defensivas
y de poder. Se incrementan los desastres, no solo naturales, las altas
temperaturas mandan, ponen en problemas a la democracia y de seguro dejarán a
muchos fuera de juego.
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