YO FUJIMORI
TU FUJIMORI
Mi columna HOJA DE TIEMPO, publicada en Correo el 30 de abril 2016
Los
Fujimori se disputan el poder, el de ahora y el del futuro. Han perdido todo
pudor para exhibir esa extraña convicción de que el apellido es el único
trampolín que necesitan para dirigir nuestro país. No hacen falta méritos ni virtudes
ni capacidades. El apellido manda. Tu Fujimori, yo Fujimori, en el mismo nivel
y con el mismo derecho. Tu primero yo después, hasta que crezcan los hijos de
los hijos. La concepción monárquica del derecho divino de los reyes rediviva.
El apellido los catapulta por encima de los demás.
Así ha
sucedido en Fuerza Popular cuya construcción democrática muchos elogian como
trabajo metódico de varios años, en solitario, permitido por los otros partidos
que se proclaman democráticos. Puro clientelismo y agradecimiento perverso a
los favores del padre que paseó el país distribuyendo dádivas, aprovechando las
miserias de nuestro pueblo. ¿Cuándo fue que ese partido tan democrático eligió
a su candidata “natural” por apellidarse Fujimori? Su principal atributo es ser
hija de su padre. No es lo que ella ha construido sino lo que ha heredado, para
bien y para mal
De la
etapa del siniestro fujimontesinismo muchos nombres se recuerdan pero ninguno
podría hacer sombra a un Fujimori. Por eso surgen las ambiciones del benjamín
de la familia, el que convierte las ternuras de las abuelas que recibieron las
prebendas de los noventa, en votos del 2016 para Kenyi, el más votado por lo
cual podría presidir el Congreso. Pero no lo hará, porque ya está hablado. No
por argumentos políticos ni interés nacional, vale la palabra de la primogénita
que dice que todo conflicto de ambiciones ha concluido, que han pasado la
página.
Pocos
lo creen. ¿Si fuera elegida se reeditaría el conflicto? Una Fujimori reinando en Palacio de Gobierno
con el antiguo entorno de su padre, otro Fujimori en el reducto congresal con su
gran mayoría naranja. De poder a poder, de palacio a palacio, yo Fujimori, tu
Fujimori, veremos quién manda, quien no se casa con nadie, quién hace honor y
supera al padre preso. O nos ponemos de acuerdo o nada. No es ficción. ¿Alguien
habló de interés nacional?