sábado, 26 de julio de 2014

PARA DEFENDER LA DEMOCRACIA

RECUPEREMOS LA POLÍTICA

Correo 04 de julio del 2014

No podemos dejar que la política -etendida como el ejercicio del poder que convence a los ciudadanos- entre en crisis por la debilidad de las instituciones y el estilo impositivo de gobernar. Necesitamos una política imbuida de valores como la justicia, la solidaridad y una nueva comprensión del crecimiento más social. También requerimos de héroes sólidos en los que la sociedad pueda verse reflejada, que no se caigan como ha sucedido con Benedicto Jiménez.

Política es hoy descartar el individualismo rampante para asumir el pluralismo y el respeto a la opinión del otro. Es que el discurso de la igualdad y de la cohesión social no se vea erosionado por las deficiencias del gobierno. Es no permitir el desencanto de la gente ante el enunciado de los grandes fines y la falta de auténtica vocación para realizarlos. Es evitar el desgaste que significa su subordinación a dictados más pragmáticos que utópicos.

Porque necesitamos la utopía de las propuestas y las ganas de cumplirlas para canalizar el activismo político, en especial el de los jóvenes que hoy forman mayoría electoral. El futuro de la democracia pasa por buscar formas de seducir y conectar con las nuevas sensibilidades políticas. Por motivar la cooperación y no la oposición ni el cuestionamiento generalizados. Para no hacer oídos sordos ante los problemas como por ejemplo la huelga de médicos y enfermeras del MINSA que lleva ya más de un mes. Para estar atentos a las sensibilidades como la de la comunidad universitaria que hoy se opone a la Ley Universitaria que está en la antesala de la promulgación. Política es atender, escuchar, convencer, no romper los puentes entre los gobernantes y los gobernados.

Dos aspectos a subrayar: uno: la dimensión de la honestidad. No sólo como rectitud moral, también como rasgo que limita la tendencia de los políticos a entrar en una subasta de promesas que saben que luego no podrán cumplir. Dos: decir la verdad y proyectar el ideal de la sociedad decente empezando por el propio partido de gobierno y sus propuestas. ¿Será mucho pedir?

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