domingo, 3 de noviembre de 2013

RESEÑA PERSONAL


 
DIOSES, DIABLOS Y FIERAS,
PERIODISTAS EN EL SIGLO XXI


EL SIGUIENTE ARTÍCULO SERA PUBLICADO EN LA REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DE PERIODISMO JAIME BAUSATE Y MESA. ES UN RESUMEN DE MIS PRESENTACIONES DE DIOSES, DIABLOS Y FIERAS, PERIODISTAS EN EL SIGLO XXI, QUE HASTA LA FECHA SE HAN REALIZADO TRES EN LIMA Y DOS EN AREQUIPA Y CAJAMARCA. ESTAS DOS ULTIMAS GRACIAS A LA GENEROSIDAD DEL GENERAL LEONEL CABRERA COMANDANTE GENERAL DE LA REGION SUR Y A ROBERTO MEJIA ALARCON, PRESIDENTE DE LA ASOCIACION NACIONAL DE PERIODISTAS.

El título del presente artículo es el de mi libro publicado por el Congreso de la República en marzo del presente año (2013). Entre la docencia universitaria y el periodismo, atravesamos una ruta vital fascinante cuyas lecciones he tratado de plantear desde la investigación y de nuestra larga práctica profesional. Y lo hacemos en un momento en que la sociedad está obligada a rescatar la confianza en sus valores y en sus líderes. Estos apuntes van en este sentido.

Este libro -tan generosamente comentado ha merecido diversas presentaciones tanto en Lima como en provincias- trata de las relaciones entre los poderes político y mediático. El político, legitimado por las formas democráticas, que se ejerce con los contrapesos que la Constitución y las leyes establecen, y el mediático, que se impone y ejerce sin contrapesos en un universo donde los medios pueden ostentar tanta importancia y gravitación como cualquier Estado nacional e incluso competir con él.

Ambos poderes actúan en democracia y deben hacerlo en equilibrio pero no siempre es así. El reconocido escritor anglo alemán Ralf Dahrendorf abordó la amenaza de una democracia sin demócratas. Nos previno en el 2001, de la tentación que encarnaba Silvio Berlusconi al ver como el poder político podía surgir del mediático con todas las distorsiones posibles.

Dahrendorf vio venir un autoritarismo progresivo, o un populismo de baja intensidad, de la mano del soporte de una serie de poderes impropios de raíz mediática que, desprovistos de controles institucionales democráticos, dirigirían sus dardos populistas contra el parlamentarismo o contra el mismo sistema democrático. El objetivo sería impulsar la desapropiación soberana de la representatividad de la clase política y del Parlamento, y sustituirla por nuevos intermediarios que, convertidos en tribunos de la opinión, utilizarían al «pueblo contra el pueblo», y lo harían renunciar a «un control informado, cotidiano y permanente sobre la dirección de la cosa pública».

Por eso buscamos con DIOSES, DIABLOS Y FIERAS, impulsar un debate sobre el mejor periodismo posible para nuestros países. Y lo hacemos con la firme convicción de que mejores periodistas haremos mejores sociedades. Porque manejamos esa información que permite al ciudadano ubicarse en su realidad, que alimenta el cuerpo social, que coloca ideas en sus mentes, que modela pensamientos y genera la energía que necesitamos para construir.

¿Cuáles han sido los objetivos de este libro?. En apretado resumen podemos precisarlos:

1.     Esclarecer los aspectos que rescaten el periodismo de calidad y la ética aplicada a la libertad de prensa.

2.     Precisar las relaciones entre el poder mediático y el político.

3.     Insistir en la independencia del periodismo del poder político como del económico

4.     Insistir en la necesidad de medios públicos y en la autorregulación

El poder político es mediático y los medios requieren del poder político. El terreno común es la comunicación a partir de la cual se modela la mente de las personas y se construye el poder como bien dice Castells.

La comunicación influye en la realidad. De ahí que los intentos de cambio social y político dependen en mucho de los medios privados y estatales y dentro de estos últimos de los medios públicos que se caracterizan por una gestión e inspiración compartidas entre el gobierno y la sociedad, como sucede con la muy conocida BBC de Londres. No tenemos en nuestro país un medio comparable, estatal no gubernamental, que responda al interés de la sociedad y no al del gobierno de turno.

Y como lo vimos en las calles limeñas, ante la convocatoria hecha por las redes sociales, muchos salieron a protestar por la llamada repartija, como sucedió en las distintas ciudades del mundo con el movimiento de los Indignados -que Manuel Castells llama wikiacampadas. Los poderes mediático y político van cediendo espacios a nuevos actores cuya fuerza está en utilizar la Red para cambiar los flujos de información que antes eran patrimonio exclusivo de los medios tradicionales y del Estado.

Y también para cambiar designios políticos cuando se produce el desencuentro entre gobernantes y gobernados.

Los mediadores están cuestionados y mediadores somos periodistas y políticos. Para recuperar legitimidad, es decir autoridad y credibilidad, tenemos el derecho a la información que debemos defender como lo más avanzado que tenemos porque engloba la libertad de prensa y de expresión y porque, además, toma en cuenta los derechos del emisor y del receptor.

La crisis afecta a la prensa en el mundo, una crisis financiera, de modelo de negocios y también de credibilidad. Nuestro país no es una isla, nuestro periodismo también está afectado y debemos buscar mejorar su imagen.

En otros países del continente se aprueban leyes reguladoras de la prensa, no siempre equilibradas ni respetuosas de las libertades. El campo de la regulación puede ser minado, por eso es preferible la autorregulación con suficiente seriedad y responsabilidad, a partir de códigos propios y de un Defensor del Lector que procese las quejas, los reclamos y las opiniones de los usuarios. Un Defensor que sea independiente de los intereses económicos y políticos, tal como se exige para el Defensor del Pueblo.

Necesitamos un periodismo que cumpla una función social y política, esencial para la democracia, más allá de razones tecnológicas y económicas. No se trata solo de discutir soportes técnicos o modelos de negocio, el periodismo tiene que ver con la ciudadanía y con el derecho a la información, con la verdad y con los límites del poder, el propio y el ajeno, y por supuesto con la defensa de la libertad.

El futuro de nuestro periodismo depende de la fuerza moral, del respeto a la verdad y de la honestidad más que de los cambios tecnológicos. La diferencia no está en la técnica sino en la calidad.

Criticamos a la prensa cuando se subordina al interés empresarial y también al de los políticos que violan libertades y derechos. Tanto los magnates de los medios como las sociedades permisivas encierran peligros para la democracia, más allá de los riesgos obvios que vienen del poder político concentrado y ejercido de modo autoritario. Aspectos como la excesiva concentración de la propiedad mediática, la homogeneidad informativa del pensamiento único, la información convertida en espectáculo rentable, la prevalencia del negocio sobre el servicio, son males que la globalización económica, la revolución tecnológica y la crisis financiera han dimensionado hasta la exageración.

Los medios de comunicación pueden, a no dudarlo, cometer excesos, no respetar derechos, lesionar el honor, el prestigio, la imagen de las personas. En estos casos no hay muchos instrumentos para revertir o atenuar el daño causado. La autorregulación es un camino, no siempre el más usado ni el más eficiente.

Cuando el límite se convierte en restricción por razones de poder aparece la sombra de la censura dictatorial. Pero cuando el límite lleva el tamiz del autocontrol para salvaguardar los derechos de otras personas, estamos hablando en positivo de un necesario recurso para promover la responsabilidad social, la convivencia y la dignidad humanas.

EL PODER Y EL DERECHO A LA INFORMACIÓN

En DIOSES, DIABLOS Y FIERAS, ponemos énfasis en el derecho a la información. No queremos que la crisis mundial del periodismo lo destruya. Que su pérdida de credibilidad lo deje sin eficacia. Lo deseamos sólido, como fuerte fuente de difusión de las mejores ideas, de la información cabal, de la autoridad ética frente al poder, de la lucha por la democracia y por la dignidad contra toda corrupción.

El derecho a la información es casi una panacea de credibilidad cuando es respetado pues abarca la libertad de prensa y los derechos de ambos polos de la información. Es un pilar del Estado de derecho que garantiza la libertad de pensamiento y la participación en la vida política del ciudadano con total conocimiento de causa. Sin derecho a la información no hay control de la gestión ni democracia ni pluralismo político o ideológico. Es un derecho que se convierte en deber, el deber de informar.

La palabra clave para el derecho a la información es INDEPENDENCIA, logro difícil de alcanzar, de gran significación frente a los poderes fácticos, mundiales y nacionales, que subordinan la información y la comunicación y ejercen presiones sobre la verdad, el pluralismo y el debate democrático.

Sabemos que los medios son empresa y servicio al mismo tiempo por lo cual requieren de regulación y de normas que impidan los excesos, que siempre pueden darse, en la búsqueda de la ganancia. Como hemos reiterado no creemos en una regulación por el Estado, no la consideramos deseable pues podría atentar contra las libertades. Pero si es necesaria y deseable la autorregulación de los medios sobre la base de Códigos éticos propios y del Defensor del Lector o de la Audiencia. Porque la defensa de las libertades se hace desde los principios y valores y no desde ninguna impunidad exigida.

Mejores periodistas haremos mejores sociedades. Con el mejor periodismo ganamos todos. Su futuro depende de la fuerza moral, del respeto a la verdad y de la honestidad, más que de los cambios tecnológicos. La diferencia no está en la técnica sino en la calidad y en la ética. El mejor periodismo genera la energía espiritual que construirá la mejor sociedad posible.

El derecho a la información es un pilar del Estado de derecho; no hay Estado de derecho sin derecho a la información, el que a su vez garantiza la libertad de pensamiento. Sin derecho a la información no hay control ciudadano de la gestión pública ni real participación.

REGULACION O AUTOREGULACIÓN?

La regulación es imprescindible ya que, por definición, la información es propiedad inalienable de los ciudadanos, que han hecho de ella un derecho fundamental, y es frente a ellos que surge la responsabilidad de quienes de forma profesional se dedican a su elaboración y difusión. Ello obliga a un trato exquisito de la materia para no vulnerar otros derechos fundamentales de la ciudadanía.

La prensa es felicitada y se auto-felicita por fiscalizar frente a la inoperancia de instituciones democráticas como la justicia y el parlamento, que aparecen como ineficaces y/o cómplices con funcionarios sospechosos de ilegalidades. El periodismo que expone delitos oficiales alimenta el alto grado de legitimidad de los periódicos.

Por eso hay optimismo sobre la contribución del periodismo a la democracia pero también hay evidencias en contra. No pocas veces vemos a cierta prensa defender administraciones civiles, ignorar ilegalidades o actuando como megáfonos de acciones oficiales. Sin ir más lejos en el Perú sólo algunos medios cuestionaron el oscuro gobierno de Alberto Fujimori y su administración corrupta e intolerante, la mayoría, especialmente la llamada prensa "chicha" alimentada por información oficial, fueron instrumentos para deslegitimar y agredir a periodistas.

Viejos vicios persisten. Privilegiar el sensacionalismo con el fin de generar impacto rápido, eludir aspectos estructurales y sociales que perduran, publicar sin suficiente contraste resulta siempre en información equivocada. Temas que aparecen y desaparecen según los intereses en juego impiden el debate sobre cuestiones de interés público. Producir contenidos con tratamiento superficial y simplista de cuestiones complejas es síntoma de una prensa interesada solo en aumentar sus beneficios económicos.

¿Puede la prensa servir al bien público siendo una institución anclada en el mercado que persigue beneficios privados? ¿Son los medios, víctimas, cómplices o avasalladores de los Estados?

Las respuestas son complejas pues el mundo del periodismo sigue siendo paradojal por excelencia. No se hace referencia al papel de la prensa frente a los proyectos políticos de los gobiernos. Al peso propio de los medios frente al poder del Estado que es la otra cara de la moneda. Pues poder político y poder mediático están siempre relacionados, coludidos o enfrentados pero nunca totalmente separados, en nuestros tiempos la política es mediática.

Dos extremos: Algunos gobiernos argumentan que la prensa viola principios morales y éticos, que genera desinformación o que manipula la opinión pública en función de intereses propios y de grupos económicos llegando a atentar contra la democracia. Y es cierto que algunos grupos mediáticos pueden llegar a influir tanto que determinan políticas públicas, ejecución de proyectos y programas y ponen y sacan ministros y altas autoridades. Durante los procesos electorales, manejan sesgadamente la información para favorecer a determinado candidato y obstaculizar rivales. Construyen fácilmente liderazgos, a su favor, cada vez más mediáticos.

El derecho a la información es afectado cuando se impide el libre periodismo o cuando se apoyan partidos o grupos políticos y económicos o se hace oposición al gobierno que no acepta las demandas mediáticas. En países de la región donde los partidos políticos son débiles, los medios ocupan su lugar para canalizar las demandas y orientar políticamente a la población. O en países donde el poder judicial se ha deslegitimado los periodistas se convierten en jueces sumariales. O donde algunos medios o grupos de medios atacan lo que no sea afín al pensamiento, política o ideología de su grupo, se convierten en tribunas o maquinas demoledoras de carreras profesionales y políticas, que destruyen personas y familias enteras.

La debacle de Rupert Murdoch sacó a luz una enfermedad que había ido lesionando poco a poco el corazón del Estado británico desde hace 30 años.  La causa de esta enfermedad británica ha sido el poder absoluto, despiadado e incontrolado de los medios de comunicación y su síntoma principal el miedo. Lo dice Timothy Garton Ash. “En la cúspide de la vida pública británica ha habido hombres y mujeres que se movían con el corazón encogido por el miedo, y el miedo es enemigo de la libertad”.

De puertas adentro, los políticos, los encargados de relaciones públicas y hasta la policía se decían entre sí: no hay que atacar a Murdoch. Nunca hay que enfrentarse a los diarios sensacionalistas. Murdoch y compañía violaron sin escrúpulos, desvergonzada e ilegalmente, la vida privada de las personas para vender más periódicos y asegurarse influencia política.

La arrogancia de los medios influyó de manera importante en la política británica. Garton Ash llegó a la conclusión de que Rupert Murdoch era el segundo hombre más poderoso del Reino Unido: “Si el criterio supremo para medir el poder relativo es saber quién tiene más miedo a quién, entonces habría que decir que Murdoch ha sido más poderoso que los tres últimos primeros ministros, que le han temido mucho más a él que él a ellos”.

El mejor periodismo británico dejó al descubierto al peor. Y el escándalo de los tabloides de Murdoch permitió a los líderes parlamentarios reafirmar la supremacía de los políticos electos sobre los magnates mediáticos que nadie eligió. Se derribó la barrera del miedo.

La consecuencia de este escándalo ha sido el Informe Levenson -cuya lectura recomiendo a políticos, abogados y periodistas- un documento que busca un nuevo acuerdo que consagre los equilibrios entre la política, los medios de comunicación, la policía y la justicia, a través de la autorregulación de la prensa en el ejercicio del periodismo.

Indudable. Después del estallido de la crisis financiera global en octubre del 2008, el mundo discute la necesidad de regulación de las distintas actividades económicas. La libertad dentro del capitalismo debe ser regulada para no incurrir en libertinaje. Demasiadas veces el exceso de ambición propicia trasgresiones. De un Estado que los liberales deseaban mínimo y sin intervención han pasado a otro cuya intervención fue exigida para los rescates bancarios. Solo una regulación explícita impedirá que caigan nuevamente en los excesos que luego pagamos todos los contribuyentes. Lo ha dicho claramente el Premio Nobel Joseph Stiglitz: la regulación es una necesidad.

Y los medios de comunicación no son una excepción, son a la vez empresas y servicios de información, y también requieren de regulación, de normas que impidan excesos de avasallamiento y de abuso de poder.

Pero los medios protestan corporativamente cada vez que se habla de regulación alegando atentado a la libertad de expresión y de prensa. ¿Es que son empresas intocables? No lo son. Y si no desean una regulación que venga del Estado deberán asumir saludablemente la necesidad de autorregulación con base en los códigos éticos que ellos mismos deben formular y velar por su real aplicación.

Un periodismo de calidad es la única arma para superar la crisis de credibilidad que afecta al periodismo, separar la opinión de la información, comunicarla de forma diligente, asegurar el pluralismo, garantizar los derechos al honor, intimidad y propia imagen, preservar los derechos específicos de sectores sociales especialmente vulnerables, caso de los menores más un gran etcétera.

No quisiera terminar sin dar a estos apuntes un toque de actualidad. La serie televisiva The Newsroom es considerada de obligada atención pues difunde una declaración de intenciones y un planteamiento de las cuestiones más difíciles del periodismo:

¿Debe el periodista ser neutral? ¿Debe el periodista estar al servicio de una ideología? ¿Qué papel juega el periodismo en la democracia y/o en la grandeza de un país?

La serie, producida por Aaron Sorkin, quiere devolver el temple heroico a una profesión que lo ha perdido. Ya es una referencia para el aprendizaje de la teoría y la práctica del periodismo en las universidades. En su primer capítulo planteaba los ideales del gran periodismo anglosajón, en el segundo se volcaba al cómo y en el tercero mostraba con radical crudeza un antiguo dilema: o buen periodismo o rentabilidad.

¿Qué es y qué no es Periodismo? ¿Cuál es la misión del periodista?

El buen Periodismo aborda temas de interés público; no merece el nombre de Periodismo la divulgación de la vida privada de las personas.

El auténtico Periodismo ejerce una labor civilizadora y democrática -constructiva-; el periodismo rosa –que busca noticias “demoledoras” o destructivas- nos sume en la barbarie.

El Periodismo busca la verdad, y contrastar la historia con al menos tres fuentes distintas y fiables es requisito fundamental para que se convierta en noticia.

Finalmente una reflexión actual en torno al debate originado por la compra por el grupo El Comercio del 54% del 34% de las acciones del Grupo Epensa. Lo positivo es que se ha iniciado un debate sobre los medios que siempre estuvo ausente a pesar de ser esencial para la democracia. Lo real es que toda concentración mediática es siempre indeseable y aún más en un país con un Estado nacional débil. Incrementar el poder mediático, dejarlo en poquísimas manos, en situación de dominio frente a partidos y líderes políticos con escaso apoyo, es distorsionar esencialmente la precaria democracia que tenemos.

¿Quién manda en el Perú de hoy?. Son muchos los que perciben que puede ser el poder mediático, altamente concentrado en prensa escrita y digital, que logra encimar al poder político ejercido por quienes han sido elegidos por el voto popular. El grupo El Comercio, con más del 80% de la propiedad de los medios escritos, la que se refleja también en la Internet y repercute en la televisión abierta y de cable, podrá en adelante establecer barreras publicitarias -como temen los propietarios menores de los medios- poner la agenda política, apoyar o sacar autoridades elegidas y designadas y competir con el gobierno en todos los terrenos.

Gustavo Mohme Seminario abrió fuegos al señalar que podría generarse una situación de abuso debido al dominio mediático de un solo grupo. Se quedó corto porque el poder incrementado del grupo El Comercio puede no quedar ahí.

Si el interés del diario La República era balancear el mercado y generar una competencia menos asimétrica a la pre-existente apuntó mal porque ahora estamos peor. Pero el campanazo está dado. Que su sonido no se apague si queremos una democracia real en nuestro país.


PARA NO CREERLO!


 

¿EL COMERCIO PIDE MEDIOS PUBLICOS?

 
Como para no creerlo. El debate sobre la concentración de la prensa escrita, originado por la compra del grupo El Comercio del 34% de las acciones de EPENSA, motivó una deriva inesperada. En su edición del domingo 27 de octubre del 2013 el diario decano apareció criticando a los medios del Estado, en especial al IRTP, que solo genera el 3% de su presupuesto y recordando la promesa del candidato Ollanta Humala de convertir los medios estatales en públicos y descentralizados. Agrega, incluso, que en enero del 2012 el Ejecutivo formó una Comisión Multisectorial para elaborar un proyecto de radiodifusión estatal en un plazo de 60 días y que han pasado más de 22 meses sin que el texto se conozca. 

Es inocultable que el IRTP carece de manejo empresarial, es un Instituto que no puede autofinanciarse, depende del presupuesto público casi en su totalidad y siempre ha sido la niña pobre en equipamiento a pesar de que lo necesita para llegar a todos los rincones del país, a lugares donde los privados no tienen interés comercial en llegar. Editora Perú sí es una  empresa pública, encargada de editar El Peruano y de gestionar la agencia de noticias Andina, subsidiada por el diario oficial, que se autofinancia con el avisaje estatal y que incluso aporta al final de cada año con bastante dinero al tesoro público.

La queja de El Comercio -que funciona en este caso como cortina de humo por los cuestionamientos que se le han hecho por su ostensible posición de dominio en la prensa nacional escrita- viene por el uso propagandístico que el gobierno hace de estos medios. Nada nuevo porque en el Perú los medios estatales siempre han sido gubernamentales y no públicos. Los gubernamentales son manejados por cada gobierno de turno y de hecho tienden a ser sus propagandísticos voceros. Si fueran públicos y descentralizados tendrían un manejo más neutral e independiente como sucede con los medios europeos administrados por representantes de la sociedad organizada, sean de partidos políticos, colegios profesionales o universidades. El medio público por excelencia en el mundo es la BBC de Londres junto a otros como igualmente modélicos como RTVE de España o Radio France Internacional. Dan lecciones de profesionalismo y calidad, son fuente de información, debate y conocimientos.

Según El Comercio la PCM aseguró que el proyecto estaba casi listo. Ojalá porque el país necesita de medios no subordinados al mercado ni al gobierno, que no actúen en función del rating o de los patrocinadores. Medios que hagan realidad el derecho a la información de la ciudadanía.

Destaca el decano que una forma de evitar el uso político de los medios del Estado por el gobierno es que tengan directorios autónomos, formados por personas independientes que no dependan de la PCM. Y de ningún poder. Ojalá. Sería excelente para equilibrar el espectro mediático, en especial el radioeléctrico tan escandalosamente desequilibrado. La clave está en que los medios públicos deben ser manejados con probada autonomía y una regulación jurídica precisa para su administración, organización, financiamiento y orientación de servicio. Si estuviéramos en ese punto podríamos celebrar la mejor información para la democracia. Veremos y seguiremos.

viernes, 18 de octubre de 2013

CHINA PIDE NUEVA MONEDA MUNDIAL

 
EL IMPERIO EN PROBLEMAS
 
Decía Henry Kissinger que el país que domina la moneda del mundo domina al mundo. No le faltaba razón. El dólar es el instrumento de la hegemonía norteamericana. ¿Por cuánto tiempo más? China, la superpotencia emergente, a través de su agencia oficial de noticias, ha reiterado su pedido de otra moneda de reserva, más estable y segura que el dólar.
 
Todo Imperio llega a su fin y podría no estar lejos la supremacía del dólar. Obama está en problemas que no se refieren solo a los ultraconservadores del Tea Party. Ya en el 2011, China, que es el principal propietario de la deuda estadounidense, asumía que tenía “todo el derecho” para exigir a Washington que hiciera frente al problema estructural de su deuda. “Los días en los que el tío Sam, cargado de deudas, podía fácilmente dilapidar cantidades infinitas de préstamos extranjeros parecen contados”, aseguraba.
 
Preludio de lo que está sucediendo ahora cuando China de forma contundente, ha urgido a los dos grupos parlamentarios de EEUU, un acuerdo para evitar una posible suspensión de pagos del Estado y, por tanto, una nueva crisis de la deuda que lastraría la recuperación económica de la terrible crisis financiera mundial que, iniciada el 2008, cinco años después parece no tener fin.
 
¿Riesgo de quiebra en EEUU? Para algunos es evidente a pesar de las declaraciones del gabinete económico del presidente Obama. China no confía y se defiende como principal prestamista de la superpotencia. Teme las consecuencias de un impago, dada la enorme acumulación de deuda pública americana en los balances de los bancos chinos.
 
Un posible resultado es una rebaja de la calificación crediticia de la deuda de los Estados Unidos. Ya en el 2011 Standard&Poors rebajó la nota de la deuda de la Triple A a AA+. Ahora podría ocurrir algo parecido que obligará al Estado chino a provisionar sus carteras de deuda y reconocer una pérdida que ya se descuenta en el mercado.
 
Lo más importante es el pedido que la reforma del sistema financiero mundial incluya la introducción de una nueva moneda de reserva internacional para reemplazar al dólar a fin de que la comunidad internacional no sufra las consecuencias de la agitación política interna en los EE.UU.
 
Así el problema fiscal norteamericano estaría dando la oportunidad para que "el mundo aturdido" empiece a considerar la construcción de un "mundo desamericanizado" con base en el respeto a la autoridad de la ONU en el manejo de los problemas globales candentes y en dar a las economías emergentes más voz en las principales instituciones financieras internacionales. El propósito, según China, no es "tirar por completo los Estados Unidos a un lado", es alentar a Washington para que juegue un papel más constructivo en los asuntos globales.

Un enfrentamiento de titanes puede dejar resquebrajado el piso por donde caminan. El dólar puede haber comenzado su retroceso como moneda mundial. Vivimos tiempos de crisis que no dejan a nadie indemne.

viernes, 4 de octubre de 2013

¿RETORNO A LAS TURBULENCIAS?


 

AUTOGOL ANTIDIALOGO

Autogol en pleno diálogo político. Cumplida una primera etapa con una ronda de partidos y líderes nacionales, la segunda que ha convocado a los técnicos para aplicar el consenso y plasmarlo en políticas públicas, ha sido interferida por el mismo Presidente Humala. Sus declaraciones han motivado el rechazo de tres de las fuerzas políticas participantes, el Apra, Perú Posible y el fujimorismo. ¿Para qué convocan si no van a cuidar la concertación como mecanismo delicado que requiere de voluntad política al más alto nivel?.  

Es evidente que después del fallo del Poder Judicial a favor del debido proceso al exmandatario aprista, no había más que decir. El Congreso lo citará nuevamente y la investigación seguirá su curso en la Megacomisión. Por tanto cuán impolíticas e innecesarias las palabras de confrontación del presidente que desautoriza a su primer ministro que ha venido hilando fino y con toda precaución. En plena cancha con un partido en positivo un autogol de proporciones. Mala jugada y pifias.

Para abundar en el exceso el presidente pone distancias con el exmandatario Alejandro Toledo al asegurar que no hay ningún pacto para “blindar” al líder de Perú Posible que vive momentos dramáticos. La frase “Aquí nadie tiene corona” resulta ofensiva para el partido quasi-aliado y para el grupo de altos cuadros de la chakana que todavía permanecen en su gobierno y que deben estar considerando coherentemente su retiro.

Es dañino para la imagen nacional tener tres  exgobernantes en problemas, uno preso y dos investigados por presunta corrupción. Cómo no. Pero el diálogo con las fuerzas que ellos lideran es de la mayor importancia para el objetivo superior de la gobernabilidad. El presidente no debió perturbar los esfuerzos de su propio ejecutivo y volver a las turbulencias paralizantes.

Porque esta interferencia tampoco da buena imagen del país. Más aún los encuentros dialogantes debieron ser liderados por el mismo mandatario que con su presencia hubiera fortalecido el compromiso del régimen al igual que ahora con su exabrupto lo debilita o lo destruye imprudentemente. Ejecutivo contra Ejecutivo igual a caos y desgobierno.

A ello se agrega la irrelevancia a la que ha sido confinado el Acuerdo Nacional cuyas políticas de estado tan laboriosamente construidas siguen sin tener la calidad de vinculantes. Y cuya institucionalidad como logro de la democracia recuperada ostenta un simbolismo y una ejecutoria que no debería descuidarse. Por el contrario cabría esperar que un resultado del diálogo político fuera su revaloración y relanzamiento como instancia modélica del entendimiento y la racionalidad política.

En un estado de derecho se respetan los fueros para las investigaciones sin necesidad de altavoces. En  momentos en que la popularidad presidencial está de bajada una mayor reflexión debe preservar la estabilidad democrática, vía logros consensuados. Cuando las figuras políticas partidarias están melladas es cuando más se necesita de políticas públicas concertadas entre el Ejecutivo y el Legislativo. Porque se trata de recuperar la confianza y de apuntalar la legitimidad de los líderes políticos, única base de la democracia y del poder político ejercido constitucionalmente. No hay otra.


lunes, 23 de septiembre de 2013

EN DEFENSA DE LA IGUALDAD






SIN UNION CIVIL NO HAY INCLUSION

Tengo muchos amigos gais a los que quiero y admiro tanto como a los que son heterosexuales. No hago diferencia entre ellos porque me demuestran cada día que no la hay en cuanto a  capacidades intelectuales y cualidades humanas. Formamos parte de una misma sociedad y solo la gente que ve el mundo con lentes oscuros y a cuadritos puede manifestar homofobia y rechazo a la unión civil que se convertirá en ley de aprobarse el proyecto presentado por el congresista Carlos Bruce.

Se trata de extender los derechos y deberes que tiene todo ciudadano peruano a gais y lesbianas. En una sociedad abierta y dinámica que marcha hacia el progreso, con el aporte de todos, no hay lugar para la discriminación ni para que algunos apuesten sectariamente por la infelicidad de un sector de ella.

Es muy importante que los ciudadanos gais se sientan integrados y no excluidos de una sociedad a la cual pueden entregar su aporte individual, y en parejas, con gran sensibilidad y capacidad. Ni razón ni lógica asisten a la innoble campaña por discriminarlos, por separarlos para que carezcan de los mismos derechos que todos tenemos. Para penalizar el afecto que pueden tener por personas del mismo sexo e impedir que sean parejas con relaciones estables y monógamas. A alejarlos de ese hermoso derecho que la Declaración de la independencia de los Estados Unidos nos legó: el derecho a la búsqueda de la felicidad.

Si el gobierno de Ollanta Humala ha colocado como una de sus  banderas esenciales a la inclusión no se entendería que su bancada se opusiera a la unión civil de los homosexuales. El Estado está obligado a proteger a las personas sin distinción alguna,  a descartar las desigualdades y la discriminación como aquella que, sin pudores, exhibe el cardenal Juan Luis Cipriani, instalado en una lógica medieval que lo aleja del predicamento del mismo Papa Francisco que se ha mostrado tolerante, generoso y humano con este tema.

No le falta razón a Alan García quien, al pronunciarse a favor de la unión civil entre personas del mismo sexo, ha recordado a Cipriani que estamos en un estado laico y que todos tenemos derecho a la libertad sin tener porque escandalizarse por un pacto civil y legal. No es asunto de la iglesia sino de la sociedad que establece libremente sus normas de convivencia.

En España durante la presidencia del social demócrata José Luis Rodríguez Zapatero se aprobaron las leyes más progresistas de su historia referentes a derechos reproductivos y sexuales dando ejemplo internacional de mente abierta y modernizante que fue recogido en decenas de otros países. Así la unión civil, como estado civil similar al matrimonio, ya existe con validez legal, en Colombia, Ecuador, Brasil y Uruguay, Ciudad de México, Buenos Aires, entre otros.

Sería una vergüenza que en pleno siglo XXI en el Perú nos refugiemos en anacronismos medievales y criterios biológicos y éticos trasnochados y demos al mundo una muestra de homofobia y retraso. En un mundo donde felizmente millones de parejas del mismo sexo ya gozan de importantes derechos civiles, como toda pareja heterosexual. Que el Perú sea el siguiente pueblo que cuente con la unión civil, recordando el derecho a la felicidad de todos. Los ciudadanos nacen libres e iguales, no lo debemos olvidar.

 

 

jueves, 12 de septiembre de 2013

EL PODEROSO GRUPO EL COMERCIO


CONCENTRACIÓN MEDIÁTICA
Y DEBILIDAD POLITICA



Pronto serán tres semanas de la muy comentada compra por el grupo El Comercio del 54% de acciones del Grupo Epensa y lo único positivo es que se ha iniciado un debate, antes ausente, esencial para la democracia. La operación no puede ser más perjudicial para los intereses políticos de la sociedad pues vivimos momentos en que conocidos líderes políticos están en su momento más difícil y la desconfianza ciudadana en el poder político es muy alta. La concentración mediática es siempre indeseable pero lo es aún más en un país con un Estado nacional débil. Incrementar el poder mediático, dejarlo en poquísimas manos, en situación de dominio frente a partidos y líderes políticos con escaso apoyo, es distorsionar esencialmente la precaria democracia que tenemos.

¿Quién manda en el Perú?. No exageramos cuando decimos que puede ser el poder mediático, altamente concentrado en prensa escrita y digital, que logra encimar al poder político de quienes han sido elegidos por el voto popular. El grupo El Comercio, con más del 70% de la propiedad de medios escritos, que se refleja también en la Internet y repercute en la televisión abierta y de cable, podrá no solo establecer barreras publicitarias, como temen los propietarios menores de los medios, sino poner la agenda política, apoyar o sacar autoridades elegidas y designadas y competir con el gobierno en todos los terrenos.

Ya es lugar común decir que los medios de comunicación en nuestro continente ocupan el lugar de los partidos políticos que son débiles o inexistentes. Gustavo Mohme Seminario abrió fuegos al señalar que podría generarse una situación de abuso debido al dominio mediático de un solo grupo. Se quedó corto porque el poder incrementado del grupo El Comercio puede no quedar ahí.

El pluralismo de los medios es vital para una sociedad democrática. Países símbolo del liberalismo, como EEUU y el Reino Unido, actúan a través de sus gobiernos contra el inmenso poder acumulado del magnate mediático Rupert Murdoch, acostumbrado a poner y sacar gobernantes por la fuerza de sus tabloides y cadenas televisivas. Pluralismo, diversidad, pluralidad, son claves para el derecho a la información de la ciudadanía y también lo son cuando por estar ausentes dejan todo el poder a los dueños de los medios.

Concentrar la información en un solo grupo mediático destruye la multiplicidad de vías para que prevalezca la libertad de prensa. Los propietarios la defienden a viva voz pero cuando son ellos los que la amenazan vía la concentración, callan en siete idiomas.

No solo en el Perú, en todo el mundo importantes monopolios controlan el corazón del negocio, la publicidad, y generan la homogenización de contenidos cuando ya la dependencia de la publicidad acentúa la uniformidad de los mensajes. La concentración limita los debates, fomenta los valores de los sectores dominantes, amenaza el pluralismo intelectual como elemento vital de la democracia.

Gustavo Mohme Seminario dijo bien que habrá que “enfrentar el hecho de que un grupo mediático concentra más del 70% de la publicidad y la venta de ejemplares de la prensa” escrita del país. Si el interés del diario La República era balancear el mercado y generar una competencia menos asimétrica a la pre-existente apuntó mal porque ahora estamos peor. Pero el campanazo está dado. Que su sonido no se apague si queremos democracia real.

domingo, 25 de agosto de 2013


 

          QUE HUMALA PRESIDA EL DIALOGO

Ollanta Humala está conduciendo un gobierno con falencias de liderazgo y de confianza alarmantes. Ningún político, menos aún un gobernante, puede darse el lujo de perder legitimidad aceleradamente como lo estaría demostrando su pérdida de aprobación en pocos meses. Y el Ejecutivo no es el único poder bajo fuego, también el Legislativo y el Judicial van mal en las encuestas. Más aún, la crisis de credibilidad alcanza a los mediadores que son los partidos políticos cuyos líderes máximos están en difícil situación ante la justicia.

Y llueve sobre mojado cuando el presidente anuncia, primero en su discurso ante el Congreso y luego en Arequipa, que los tiempos buenos están por acabarse. Puede cundir el pánico y sabemos cuán importante es el factor sicológico para superar todo momento difícil. Por ello un buen reflejo ha sido el llamado al diálogo nacional, el mismo que debe significar terminar con el ánimo de confrontación que durante dos años ha ensombrecido el ambiente político.

El llamado al diálogo del Primer Ministro Juan Jiménez Mayor, es importante pero dada la dimensión de la crisis podría ser insuficiente si el acercamiento no es liderado por el mismo Presidente Ollanta Humala. Es él quien debe canalizar la pluralidad política para producir decisiones políticamente significativas y consensuadas lo que garantizaría eficacia pero también perseverancia en la actitud dialogante. Un gesto tan importante en un momento como el actual, no puede ser efímero.

Y es que las múltiples tensiones generadas tomarán tiempo en desaparecer o ser atenuadas en tanto nos encaminamos a un objetivo en el que todos los actores políticos, partidos y organizaciones, se sientan involucrados. Así se podrán lograr fórmulas inclusivas para gestionar las políticas del Estado de derecho democrático. El diálogo es un recurso de gran valía y no puede ser malgastado, requiere un mínimo de planeamiento y un máximo de voluntad política y de representatividad en las partes sentadas a la mesa para evitar la exclusión, la fragmentación y la violencia.

Es el momento de invertir en confianza y transparencia para que la legitimidad se incremente, se detenga la caída libre y se unan los esfuerzos en una sola dirección. La apertura consecuente deberá manifestarse en un gabinete de ancha base y en especial en una voluntad concertadora efectiva.

Para Norberto Bobbio el coloquio, la conversación y el intercambio racional son un ejercicio estimulante de las convicciones democráticas y una modalidad privilegiada de “hacer política”. En esta línea participamos el fin de semana pasado en el Primer Foro Cívico Patriótico en Arequipa, organizado por la Tercera División Militar que dirige el General Leonel Cabrera Pino, oficial preocupado por la gobernabilidad y la consolidación de las instituciones democráticas. Su convocatoria tuvo éxito al reunir a autoridades elegidas y designadas en el debate de una plataforma regional común. Felicitaciones. Vivimos vientos de cambio y de diálogo en la buena dirección, esperamos buenos resultados.

domingo, 11 de agosto de 2013

CRISIS DE CREDIBILIDAD


 
¿QUIÉN LE CREE AL GOBIERNO?

 
La huelga médica está en su cuarta semana y de las desavenencias se ha pasado al conflicto abierto. Para los médicos, y para las enfermeras que se les han sumado, es una cuestión de principios y de dignidad. La misma ministra de salud que hoy los enfrenta y pretende descalificarlos es quien les prometió un incremento de 1500 soles para que terminaran la huelga pasada. Hoy se atreven a decir, varios meses y amarguras después, que ese aumento prometido no es posible. Y de vincularlo con una reforma de salud que ojalá se concrete con la participación en su diseño y ejecución de los profesionales de la salud hoy malamente decepcionados por las promesas incumplidas.

¿De quién es la responsabilidad de esta situación en la que se acumulan desencantos y desencuentros?. Las calles han expresado indignación y la protesta no ha pasado, sigue siendo actual y las frustraciones se acumulan. La credibilidad del Estado, y de las más altas autoridades está siendo mellada, lo cual abona en la deslegitimación que afecta a los poderes del Estado y a los partidos políticos.

Nadie podría estar en desacuerdo con la reforma del Estado, con la de la Educación, o la de la Salud, pero el gobierno está manejando estos aspectos neurálgicos con la delicadeza de un elefante en una cristalería. Hoy tiene en las calles a médicos y enfermeras, ayer estuvieron los jóvenes y estudiantes universitarios, mañana estarán los empleados públicos y trabajadores, y sigue la ronda con los gobiernos regionales que reclamarán por los recortes del canon.
 
La administración pública junto con los servicios y la seguridad están en la agenda de las urgencias pero increíblemente las propuestas se formulan sin tener el favor de los principales involucrados. Ni las universidades, ni los empleados públicos ni los médicos y enfermeras se sienten parte del aliento reformista que parece animar al presidente y su entorno sin que logren conectarse con quienes serían sus actores y beneficiarios. Se requiere diálogo, seriedad, esfuerzo sistemático. No bastan las declaraciones y los discursos. Es indispensable la coherencia del gobierno para que cumpla lo que promete. Para que negocie con las centrales sindicales prontas a realizar un paro nacional. Para que explique y difunda lo positivo de las reformas planteadas a quienes deben ejecutarlas.
 
Se agrega al descrédito del Ejecutivo y del Congreso, el del Poder Judicial, a partir de las recientes grabaciones que se han difundido y que desacreditan a altos funcionarios vigentes y actuantes. Demasiados frentes, excesivo descontento acumulado, ausencia de autoridades legitimadas, partidos débiles y con escasa iniciativa. ¿A qué estamos jugando?. No podemos mantener el enfrentamiento y la tensión indefinidamente. La crisis de confianza en el gobierno, en los políticos y autoridades, nos afecta a todos. Excesivo enfrentamiento y deslegitimación lleva indiscutiblemente a la inestabilidad. Cuidado!

 

sábado, 27 de julio de 2013

SEGUNDO ANIVERSARIO DE OLLANTA HUMALA


CRISIS DE GOBIERNO

Los jóvenes indignados que salieron a las calles de Lima a protestar contra la manipulación y excesiva politización de la elección de las altas autoridades del Tribunal Constitucional,  del BCR y del Defensor del Pueblo parecen ser sólo la punta de un iceberg que muestra parcialmente el descontento de la población frente a un gobierno que está acumulando frentes de oposición y reclamos gremiales. Desde los profesores, estudiantes y rectores de las universidades públicas pasando por los empleados públicos y continuando con los maestros, médicos, enfermeras y técnicos. Todos piden que se modifiquen normas o que se cumpla con lo que el gobierno les prometió.

En menos de una semana, dos movilizaciones masivas en el centro de Lima, y una tercera anunciada, ponen al gobierno de Ollanta Humala en jaque al cumplir sólo dos años de su mandato. Las fiestas patrias coinciden con la indignación y el Congreso que será, como todos los años, el escenario de las celebraciones, está también bajo fuego, cuestionado por la llamada repartija y otras lindezas, aunque los congresistas no parecen darse cuenta de su fuerte impopularidad.  No escuchan a quienes queriendo  llevar agua a otros molinos, satanizando la democracia, los partidos y las instituciones han llegado a pedir el cierre del Congreso, lo que equivaldría a arrojar el agua con el bebe adentro.

La popularidad del presidente está de bajada, al igual que la de su consorte que luce más política que él lo cual empieza a generar fuertes resistencias en la población y en los poderes fácticos. Se requiere con urgencia que los reflejos democrático funcionen, en un momento en que no solo el gobierno tiene problemas, lamentablemente los partidos políticos, con sus altos líderes, los ex presidentes  García, Toledo y Fujimori, cuestionados, investigados o sentenciados por corrupción, respectivamente, están también jaqueados.

Llueve sobre mojado. El pacto político de cuatro partidos fue repudiado por la población en tanto no sirvió para elegir a los mejores sino a los más convenientes para los intereses de cada grupo. El cuoteo fue identificado como un mercadeo de la representatividad asignada a los congresistas. Hubiera sido menos evidente si hubieran tenido el tino de seleccionar personas calificadas sin conflictos de interés aun cuando tuvieran militancia partidaria. Otro elemento que exacerba la rabia es que pareciendo la protesta legítima la policía reprime torpemente, dispersa con violencia a gente cuyo reclamo es el mismo que formuló el Presidente exigiendo la rectificación que finalmente se produjo.

Una comedia de equivocaciones que puede tener un costo muy alto para el gobierno. Ojalá la nueva directiva del Parlamento logre bajar tensiones y el Presidente con su mensaje renueve esperanzas en un régimen que demasiado temprano exhibe debilidad. Así que ni oposición ni gobierno pueden tirar demasiado de la cuerda, guardar las formas y cuidar la democracia que tanto nos costó recuperar. Hay razones para preocuparse.

Un aparte. Mi profundo agradecimiento para Uri Ben Schmuel, Francisco Huanacune y Mauricio Mulder por la generosidad de sus palabras al presentar mi libro DIOSES, DIABLOS Y FIERAS, Periodistas en el S XXI, editado por el Fondo Editorial del Congreso, el martes 23 pasado en el Ilustre Colegio de Abogados de Lima. Gracias igualmente al Decano Raúl Chanamé y a Erasmo Reyna por la impecable organización del evento.  Y por supuesto a la masiva audiencia que nos acompañó. Felices Fiestas!!

 

lunes, 15 de julio de 2013

CONSENSO NO ES REPARTIJA


 

 
LA NEFASTA GRAN ELECCION

 
Está por consumarse una elección que desnaturalizará tres instituciones esenciales de la democracia peruana. Elección encargada constitucionalmente al Congreso de la República que no puede incurrir en desacierto sin abonar al mayor cuestionamiento a su capacidad de representación y fiscalización.

El Tribunal Constitucional, la Defensoría del Pueblo y el Banco Central de Reserva son consideradas por la Constitución suficientemente importantes, para la vida democrática y política del país, que el nombramiento de sus miembros exige votación calificada de dos tercios del Parlamento. El objetivo es que los congresistas logren consenso, un acuerdo que priorice los intereses nacionales sobre los partidarios o particulares. Consenso no quiere decir repartija entre los partidos, sin selección de calidad profesional, sin la deseable trayectoria moral y profesional.

El constituyente ha buscado que lleguen los mejores y los más independientes a estos órganos esenciales para la democracia y el estado de derecho. Y en esta elección es evidente que sólo algunos acreditan méritos. El Congreso no puede convertir estas instituciones fundamentales en órganos políticos por elección arbitraria de miembros sin garantía. Si el requerimiento de consenso se desvirtúa y se convierte en repartija todos perdemos, el Parlamento que lo permite, las instituciones devaluadas con miembros carentes de legitimidad, la democracia desestabilizada por si misma perdiendo la confianza que la sostiene.

No está el horno para bollos. Los partidos pretenden atentar contra la institucionalidad en momentos en que nuestra democracia ya está debilitada por el espectáculo de expresidentes juzgados por conducta antiética. El TC, la Defensoría y el BCR existen con una misión constitucional de defensa de los intereses sociales y nacionales, no para ser botín de desvergonzados que desearían contar con altas autoridades que les sirvan en el momento oportuno en sus intereses de impunidad, corrupción o latrocinio.

Si esta elección, tan postergada, se lleva a cabo el Congreso desmerecerá aún más su imagen, dará justificación a quienes desean verlo disuelto, generará la indignación popular ante autoridades que emanan de la deslealtad de los congresistas a la nación. Que lo piensen bien antes de mercadear su representatividad y estafar a sus electores de buena fe. Que recuerden que la democracia también puede ser materia de sabotaje desde el interior de sus instituciones y eso podría estar sucediendo. Que se postergue la elección, que se den a conocer los criterios, y puntajes de la selección, que se respete la calidad profesional, jurídica y económica, pero sobre todo que se garantice la independencia de las nuevas autoridades respecto de los grupos políticos y económicos. La ciudadanía espera.