jueves, 12 de septiembre de 2013

EL PODEROSO GRUPO EL COMERCIO


CONCENTRACIÓN MEDIÁTICA
Y DEBILIDAD POLITICA



Pronto serán tres semanas de la muy comentada compra por el grupo El Comercio del 54% de acciones del Grupo Epensa y lo único positivo es que se ha iniciado un debate, antes ausente, esencial para la democracia. La operación no puede ser más perjudicial para los intereses políticos de la sociedad pues vivimos momentos en que conocidos líderes políticos están en su momento más difícil y la desconfianza ciudadana en el poder político es muy alta. La concentración mediática es siempre indeseable pero lo es aún más en un país con un Estado nacional débil. Incrementar el poder mediático, dejarlo en poquísimas manos, en situación de dominio frente a partidos y líderes políticos con escaso apoyo, es distorsionar esencialmente la precaria democracia que tenemos.

¿Quién manda en el Perú?. No exageramos cuando decimos que puede ser el poder mediático, altamente concentrado en prensa escrita y digital, que logra encimar al poder político de quienes han sido elegidos por el voto popular. El grupo El Comercio, con más del 70% de la propiedad de medios escritos, que se refleja también en la Internet y repercute en la televisión abierta y de cable, podrá no solo establecer barreras publicitarias, como temen los propietarios menores de los medios, sino poner la agenda política, apoyar o sacar autoridades elegidas y designadas y competir con el gobierno en todos los terrenos.

Ya es lugar común decir que los medios de comunicación en nuestro continente ocupan el lugar de los partidos políticos que son débiles o inexistentes. Gustavo Mohme Seminario abrió fuegos al señalar que podría generarse una situación de abuso debido al dominio mediático de un solo grupo. Se quedó corto porque el poder incrementado del grupo El Comercio puede no quedar ahí.

El pluralismo de los medios es vital para una sociedad democrática. Países símbolo del liberalismo, como EEUU y el Reino Unido, actúan a través de sus gobiernos contra el inmenso poder acumulado del magnate mediático Rupert Murdoch, acostumbrado a poner y sacar gobernantes por la fuerza de sus tabloides y cadenas televisivas. Pluralismo, diversidad, pluralidad, son claves para el derecho a la información de la ciudadanía y también lo son cuando por estar ausentes dejan todo el poder a los dueños de los medios.

Concentrar la información en un solo grupo mediático destruye la multiplicidad de vías para que prevalezca la libertad de prensa. Los propietarios la defienden a viva voz pero cuando son ellos los que la amenazan vía la concentración, callan en siete idiomas.

No solo en el Perú, en todo el mundo importantes monopolios controlan el corazón del negocio, la publicidad, y generan la homogenización de contenidos cuando ya la dependencia de la publicidad acentúa la uniformidad de los mensajes. La concentración limita los debates, fomenta los valores de los sectores dominantes, amenaza el pluralismo intelectual como elemento vital de la democracia.

Gustavo Mohme Seminario dijo bien que habrá que “enfrentar el hecho de que un grupo mediático concentra más del 70% de la publicidad y la venta de ejemplares de la prensa” escrita del país. Si el interés del diario La República era balancear el mercado y generar una competencia menos asimétrica a la pre-existente apuntó mal porque ahora estamos peor. Pero el campanazo está dado. Que su sonido no se apague si queremos democracia real.

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