martes, 12 de junio de 2018



EL FEMINICIDIO 

ES UN DELITO CONTINUADO


En Político.pe el 10 de junio 2018

Los ataques contra la mujer son de todos los días, la violencia contra el derecho a la vida, nos conmociona tanto como la impunidad de los agresores. El penalista Mario Amoretti afirmó que la muerte de  Eyvi Ágreda no califica como feminicidio según el Código Penal. La joven falleció a consecuencia de las heridas que le provocó Carlos Hualpa, quien le roció combustible y le prendió fuego pero este criminal no podría recibir cadena perpetua ya que “no se cumplió el verbo: matar”. Según el especialista, le corresponderían de 8 a 12 años como máximo, por lesiones graves con resultado de muerte o solo tentativa de feminicidio

Eyvis Agreda no sufrió feminicidio porque no murió instantáneamente. El Código Penal no considera que el criminal le destrozó la vida desde el mismo momento en que le prendió fuego, que pasó dos meses en un hospital viviendo un martirio personal, un sinfín de operaciones y el dolor de no tener futuro a sus 22 años. Lo que le hizo este criminal fue mucho más grave que quitarle la vida en el momento, le quitó su futuro, sus ilusiones, su operatividad, su funcionamiento como ser humano, la condenó a vivir en la desgracia de la gravísima enfermedad permanente. Todo esto es más que un feminicidio, es un crimen agravado que contradictoriamente termina siendo solo una tentativa.  

Nuestra legislación aparece así injusta y complaciente con los golpeadores, torturadores, sicópatas que hacen de sus parejas el blanco perfecto de sus maldades, violencia, frustraciones y complejos. Solo las mujeres víctimas de esta violencia que se prolonga en el tiempo, muchas veces por meses y años, saben que están sufriendo un delito que cabe dentro de la calificación de continuado.

El delito continuado considera una sucesión de actos como un único delito por lo cual se sanciona con una pena superior a la del delito común, se trata de una serie de acciones delictivas, que guardan semejanza por el tipo de hecho o del modo de realizarse, aunque cada una de ellas configure también distintos delitos, por lo cual la pena que habría que aplicar -de no recurrirse a la figura del delito continuado- sería la suma de todos los delitos realmente cometidos.

Y es continuado porque la víctima de feminicidio generalmente sufre un conjunto de agresiones previas y cotidianas, el hombre la golpea física y sicológicamente, la avasalla y la domina, la maltrata y la hace sentir disminuida, la tortura con crueldad para destruirla espiritualmente antes de eliminarla físicamente.

La doctrina penal pide homogeneidad jurídica, unidad de propósito criminal y pluralidad de acciones como los tres rasgos definitorios del delito continuado. Y nadie podría negar que estos se dan aunque nuestra legislación penal no los recoja. La dinámica delictiva está ahí y no hay que esperar a que el feminicidio se concrete para comprobar que existieron diversas acciones aisladas en el tiempo aunque con conexión suficiente para justificar su tratamiento unitario.

Nuestra justicia penal considera el feminicidio como un solo acto sin equilibrio entre el hecho delictivo y el castigo. Solo castiga la culminación del crimen a pesar de que haya pluralidad de acciones con el designio o voluntad única del autor, que destruye la vida de la mujer con dolo renovado en cada nueva acción delictiva para eliminar a su víctima.

Debemos penalizar desde el principio toda amenaza a la vida de la mujer. Muchas veces los primeros atentados no son considerados peligrosos, se banalizan, se ignoran, se soportan o se perdonan sin saber que ya están en el camino de sufrir el crimen mayor.

Si el feminicidio fuera contemplado como un delito continuado el criminal sabría que desde sus primeros atentados está en la vía de ser penalizado por un delito más grave. Porque no solo la muerte física importa, también la muerte espiritual, la de los valores y la ética. Debemos terminar con la complicidad que se lleva de encuentro familias enteras, que deja traumas para los hijos e imperdonables fisuras que rompen a las sociedades como está sucediendo con la nuestra.

La Comisión de Emergencia anunciada por el Gobierno -tras la muerte de Eyvi Ágreda- debe incluir en su plan de acción de urgencia, para proteger a las posibles víctimas, este enfoque ya que nuestra legislación no es suficientemente disuasiva. No más tolerancia social ante las historias de violencia que sabemos terminarán en muerte.




LA ANARQUÍA ACECHA


En Correo el 9 de junio 2018

El Congreso logró rectificar la noche negra del miércoles cuando decidieron la suerte de Kenyi Fujimori y sus dos compañeros. A la luz del día, cumplieron con mayor orden sus decisiones aunque el gesto ha sido insuficiente para la ciudadanía que no perdona al fujimorismo su manejo abusivo, desmesurado y autoritario del Legislativo. La lista de barrabasadas es larga aunque la conclusión es corta, el rechazo exige nuevos rumbos que podrían darse si la oposición gana la directiva congresal. Como sucedió con la elección de Antero Flores Araoz durante el gobierno de Alejandro Toledo cuando el recién elegido presidente entregó su carnet pepecista al oficial mayor al momento de iniciar su mandato con vocación de poder representar sin presiones a todas las bancadas. 

Cuán necesarios son estos nuevos vientos. El Ejecutivo de Martín Vizcarra se debate en indecisiones aún afectado por la temprana renuncia del ministro de Economía y Finanzas, David Tuesta. A escasos dos meses de iniciado su gobierno, cuando todavía disfruta del periodo de gracia, exhibe desencuentros dentro de un gabinete con escasas figuras que no puede darse el lujo de perder. El discurso presidencial que siguió a la renuncia de Tuesta ha dejado más preocupaciones que certezas o seguridades. Sobre todo ante la conflictividad social anunciada que obligará a Vizcarra a mostrar seguridad para dialogar y nivel del estadista para expresar lo que conviene al país y hacia donde está llevando el barco. Necesitamos respuestas pero también instituciones que funcionen y autoridad para dar señales que estamos ante el gobierno que llegará al 2021.

La anarquía, el desgobierno y el desorden acechan. Requerimos poderes del Estado que funcionen y autoridad ética y social en líderes e instituciones. La corrupción continúa erosionando imágenes y voluntades y ante la crisis de confianza los reflectores apuntan al Congreso donde todavía hay mucha corrupción pendiente. Que lo tengan muy en cuenta.

viernes, 1 de junio de 2018



EL CONGRESO 
EN LA MIRA


En Correo mi columna HOJA DE TIEMPO el 2 de junio 2018

Mientras el Congreso entregaba la medalla de Honor al Cardenal Juan Luis Cipriani “en merito a su destacada vida pastoral y labor evangelizadora, trayectoria como primado de la Iglesia Católica del Perú y por su compromiso de la paz en nuestro país” en otra esquina monseñor Pedro Barreto, muy próximo Cardenal, cuestionaba duramente al mismo Congreso  por la compra de televisores, frigobares y computadoras y porque se encuentra “de espaldas a la realidad del país” lo que significa una corrupción que no debemos aceptar porque es un poder del Estado.

Barreto es muy duro pero conecta con la ola de críticas al Parlamento y con su baja aprobación. Denostó a los legisladores que incumplen con “dictar leyes a favor de la sociedad” y por la falta de “resultados positivos”. Afirmó que viven del Estado y no quieren soltar la ‘mamadera’, expresión complicada para la plaza Bolívar.

Al chubasco se agregó el presidente de la CONFIEP, Roque Benavides, quien percibe "mucho, mucho populismo" en el Congreso cuando de lo que se trata es de aprobar las reformas necesarias para promover la actividad económica en el país.

De estas críticas a las marchas en las calles hay pocos pasos. La coincidencia exige un parlamento distinto. No hay colisión de poderes pero enfrentamos una situación grave de incapacidad y de esa corrupción que los keikovideos hicieron evidente. La gente no olvida y después de casi dos años de choque abierto se espera una acción alejada de todo populismo o demagogia. La mala imagen parlamentaria afecta todas las bancadas pero la de los fujimoristas es la que dirige y decide gastos desmesurados, viajes y asesores que no producen y comisiones innecesarias. Les toca escuchar las voces críticas y los gritos de la calle. Más ahora cuando se aprestan a elegir nueva Directiva, ojalá plural y diferente, y a desaforar a Kenyi y amigos. Veremos.



LA LECCIÓN 
DEL GUERRERO

En Político.pe el 2 de junio 2018

Paolo Guerrero jugará el  Mundial Rusia 2018. La medida cautelar que presentó ante el Tribunal Federal Suizo procedió y consiguió la autorización para jugar en el mayor evento internacional del futbol. Guerrero  hizo honor a su apellido, no se durmió sobre sus laureles ni se quedó conforme con lo que consideraba una injusticia que puso a todo un pueblo a llorar su ausencia como capitán de la selección peruana. Dio batalla en las diferentes instancias posibles y al final lo logró- El TAS (Tribunal Arbitraje Deportivo) le comunicó la buena nueva en un documento oficial. La sanción queda suspendida y puede cumplir su sueño.
No aceptó el reposo ni la resignación del guerrero, hizo su propia lucha cuando muchos daban por perdida su causa y aunque con tristeza ya lo tenían por liquidado como seleccionado nacional y como jugador profesional internacional.
Pero Guerrero nunca lo consideró así y al perseguir con todos los recursos posibles aquello en lo que cree dio lección de dignidad, de amor propio, de confianza en sí mismo y sobre todo de perseverancia. Más allá de los goles que seguramente convertirá en Rusia, que harán delirar a sus hinchas en todos los rincones de la patria, ha dado -con su actitud de valentía y consecuencia- una gran instrucción moral a la nación.
Y en especial a la juventud peruana cansada de malas noticias, de ausencia de valores, de corrupción y hasta de ignominia. Ávida de triunfos, de consecuencia, de batallas por ser libradas para darnos glorias y excelencia como sucedió con la emocionante clasificación peruana para ir al mundial  después de 36 años.
Esta es la gran lección de la confianza en sí mismo y de la autoestima que hemos ido perdiendo en tantas batallas en las que el liderazgo político y social no ha estado a la altura de lo esperado. Gracias Paolo por ser más de lo que el imaginario popular pudo concebir, por tener el temple de la valentía y el coraje, eres el capitán del futbol peruano pero también el de los ideales y las ilusiones, el de la consecuencia y el valor. Bien por ti y por los símbolos que necesitamos. Eres no solo el capitán y el gran futbolista, eres el guerrero peruano de los sueños imposibles.
Párrafo aparte -en este plano simbólico de lecciones que llegan al corazón- merece Doña Peta, la mamá leona, la aguerrida y la fuerte en ánimo y energía, la que salió a las calles y mezcló lágrimas con gritos en defensa de su hijo. No se quedó tranquila ni resignada, dio la batalla y el Perú la vio en las plazas casi sin voz para desplegar su fe y su confianza en la justicia divina y humana para su hijo. Exigió, reclamó y lució esa aristocracia que no viene del dinero sino del espíritu y la moral en alto, la fe que conmueve. Hoy todo el Perú la acompaña en su alegría.