¿CUÁNTO HAY?
En Correo el 14 de enero del 2017
Desconcierto,
preocupación, ansiedad, nerviosismo en el ambiente. La megacorrupción amenaza
con no dejar títere político o institución con cabeza, la corrupción intimida desde
las sombras sin que se sepan nombres y responsables. No tiene bandera ni
ideologías. Presuntas santas y santones podrían ser afectados y liquidados.
Tenemos una
cifra de la Contraloría un perjuicio económico de 283 millones de soles, base para quienes quieran medirla en números pero
el daño moral es inconmensurable, al punto que no sabemos si quienes hoy son
investigadores y presuntos moralizadores podrán sostenerse en sus roles sin ser
afectados. Hasta la presidencia de la republica podría serlo.
La agenda nacional está postergada por los megatemores
manifestados en el desconcierto que podría evolucionar hacia un todos contra
todos que no dejaría a nadie en pie.
Odebrecht es el genio regional del mal, experto
conocedor de la fragilidad ético política en nuestros países. El nuestro no ha
sido la excepción. Quienes hoy piden que el fujimorismo sea incluido en las
investigaciones aluden a los conocidos pagos en los noventa. En puridad de
verdad todo tiempo cercano y toda corrupción manifiesta deberían ser
investigados. Lo que viene descubriendo la justicia brasileña, norteamericana o
suiza es una oportunidad para que la reserva moral nacional se haga presente. No
sabemos cómo. Si la etapa del desconcierto se prolonga podría dar a los pillos el
tiempo de ponerse a salvo.
Es el momento de los honestos, de los que no tienen
nada que ocultar. Que en los partidos lesionados por la corrupción surjan quienes
puedan rescatarlos. Que en las instituciones se activen los indignados. La
lentitud, la falta de reflejos, las consideraciones excesivas muestran que en las
filas de la anticorrupción no se da la celeridad de aquellos que tenían en la
punta de la lengua la famosa pregunta: ¿cuánto hay?
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