LA
IZQUIERDA
EN SU LABERINTO
En Político.pe el 10 09 16
Todas las democracias
necesitan de la izquierda para el equilibrio político. Porque la política es el
juego de los intereses y todos deberían estar representados en un abanico que
no puede darse el lujo de jugar solo a la derecha. La sociedad peruana tiene exigencias
fuertes y sentidas y electores de izquierda como se ha visto claramente desde
1980 hasta la fecha. Alfonso Barrantes y Javier Diez Canseco o Gustavo Mohme Llona,
pasando por Ollanta Humala hasta llegar a Verónika Mendoza congregaron un espíritu que requiere líderes con autoridad
moral y cualidades que representen esa opción social aunque sea con más lirismo
e ideales que concreción. Lo que no se perdona a sus líderes es el aprovechamiento
en beneficio propio o la corrupción. Y menos la ineptitud. Por eso el gran
santón laico es seguirá siendo el veterano Pepe Mujica a bordo de su viejo
Volkswagen no por casualidad igual al que conducía el popular y querido tío Frejolito.
Verónika
Mendoza logró una hazaña electoral, algo que nadie podía prever cuando se
presentó en las primarias para elegir candidato presidencial del recién nacido
Frente Amplio. Obtuvo su nominación apelando al voto de fuera de los predios de
Tierra y Libertad. Desplazó así la candidatura natural de Marco Arana quien
había hecho todo el gasto político y el esfuerzo para inscribir su partido.
Vivir en casa
ajena nunca es fácil e irrogarse los derechos del dueño menos aún. Las
cualidades que exhibió Mendoza le dieron para el éxito pero también para las
envidias orgánicas y humanas. El caudillismo es un flagelo de la política en
todas las agrupaciones pero en la izquierda parece ser mucho más grave y hasta endémico.
Superada la
discusión sobre reforma o revolución, sobre lucha armada o vía democrática solo
queda que los líderes de la izquierda ganen el voto popular con coherencia,
conocimiento, capacidad y autoridad moral. Es un camino complejo que no han
podido seguir en estos predios pues los líderes que son capaces raramente son
modestos, buscan el protagonismo y se chocan con sus pares en busca del caudillismo
de manera brutal, maltratándose entre ellos y sin reconocer personalidades que
pueden exhibirse más afines con el pueblo que pretenden representar.
No es problema
solo del Perú pero en nuestro país la izquierda que ha sufrido del caudillismo
y la desunión, comparte el trauma de la caída del muro de Berlín con las
izquierdas del mundo y tiene el propio del terrorismo de Sendero Luminoso que
durante casi dos décadas exterminó líderes, principios, discurso e ideología,
dejando un páramo de sangre derramada y de estigma multiforme.
El Frente
Amplio es una nueva esperanza para la izquierda siempre que puedan lidiar con
sus antiguos flagelos: el de la sopa de letras que afligió a la Izquierda Unida
de Alfonso Barrantes en los ochenta y el de la ausencia de desprendimiento que
la hizo estallar. Les toca actualizarse con las ideas modernas que animan el
debate del nuevo progresismo y la social democracia en un mundo en que se
enseñorea la democracia liberal y la bandera de los derechos humanos junto al
capitalismo de mercado.
Es ocioso y
poco inteligente que la derecha continúe buscando estigmatizar a la izquierda
con el terrorismo de Sendero Luminoso y del MRTA. Tampoco pueden imputarle
corrupción, salvo en el caso del impostado humalismo que usó malamente la
bandera de la honestidad que haría la diferencia. El talón de Aquiles sigue
estando en su propia organización proclive a la fragmentación que irrespeta la
confianza y las esperanzas de la sociedad que les confía su voto. Y por
supuesto en la defensa de dictaduras indefendibles como la de Nicolás Maduro en
Venezuela.
Si no funcionan
los estigmas del terror ni de la corrupción los seguidores del Frente Amplio tienen
un gran camino por hacer si se superan errores. Tienen rostros frescos con
capacidad y simpatía en Veronika Mendoza, Marisa Glave e Indira Huilca más un
largo etcétera de renovación. Marco Arana debe obligarse a arar en el sentido
de la unidad y de la apertura para que el Frente Amplio cumpla su rol en la
política peruana. Para que pueda aprovechar las
oportunidades que su electorado tan generosamente les ofrece. Suerte!
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