sábado, 17 de septiembre de 2016

¿TODO VALE 

CONTRA LA CORRUPCION?


Correo el 17 de septiembre del 2016

Nadie podría dudar que la lucha contra la corrupción es el punto neurálgico de esta etapa en nuestro país. Demasiado daño e influencias ha generado en gobiernos pasados para no enfrentarla con decisión y poner coto a tantos bandoleros de cuello blanco que medran al amparo de cargos y funciones. Pero cuando  se trata de enfrentar a poderosos y corruptos existen grandes dificultades intrínsecas que no podemos ni debemos desconocer.

Pisar callos, solicitar investigaciones, develar secretos, denunciar opacidades, trasuntar suspicacias, anunciar sospechas no son actitudes fáciles desde que pueden significar el sacrificio del valiente o del idiota que se mete en camisa de once varas al evidenciar o perseguir corruptos. Y por ello puede ser considerado peligroso, incómodo, inmaduro, desadaptado, hablador, figureti, no conciliador, irrespetuoso, divisionista, violento, agresivo, no funcional, más un largo etcétera que cae sobre todo hueleguisos entrometido al que se le condena al aislacionismo o a la estigmatización por nadar contra la corriente.

Meterse a combatir a los corruptos es comprarse pleitos gratis y asumir una cruzada que pocos entenderán y muchos preferirán ignorar y no implicarse. Los funcionales son los incondicionales no los honestos difíciles de manejar o imposibles de convencer. Lo aconsejable es mirar distraído a otro lado y dejar que el robo o la maniobra dolosa prospere, se silencie y así permanezca. Y si el jefe es el corrupto lo más probable es que el denunciante pierda trabajo y credibilidad.


Por todo esto el caso de Yeni Vilcatoma da para mucha reflexión y observación. ¿Es una luchadora contra la corrupción o una compulsiva y desaforada sensacionalista indisciplinada que busca titulares y protagonismo sin límites ni autocontrol? 

Fuerza Popular se consiguió el premio mayor con una congresista que dará mucho que hablar y que a la vista será difícil silenciar. Veremos como avanza la situación que de seguro será aleccionadora para tirios y troyanos. Solo esperemos que la lucha contra la corrupción nunca más se identifique con circos mediáticos o políticos. Es demasiado importante para desdeñarla o dejarla solo en el discurso. A pesar de las dificultades personales y del inmenso desafío que significa para quien la asume debemos hacerlo todos los que queremos ligar la ética con la política de manera permanente. Para que el Estado deje de ser un botín y la política la vía más fácil para llegar a él.   

No hay comentarios:

Publicar un comentario