PPK,
ENTRE EL BAILE
Y LA POLITICA
Mi columna HOJA DE TIEMPO en Correo del 09 10 16
Vivimos
la proverbial luna de miel de los políticos que estrenan gobierno pero es muy
pronto para hablar de gobernabilidad. Pedro Pablo Kuczynski está mostrando sorpresivamente
gran habilidad para sortear sus desafíos iniciales con un estilo que podría ser
insuficiente para mantenerse en un quinquenio que se avisa difícil con un
fujimorismo que esconde sus dientes afilados. De hecho necesitará mucho más que
buenas vibras y buen humor. En el congreso su grupo es minoritario y si aparece
poco cohesionado puede ser una vulnerabilidad más que un apoyo.
PPK no puede
bajar la guardia, tiene que estar al pie del cañón mientras exhibe su risa y su
baile como parapeto de los momentos amargos que no faltarán. Ahora mismo debe
buscar los pasos adecuados para que pase la delegación de facultades mientras concede
a la oposición algunas tajadas de poder e influencia. Esto es hacer política aunque
cosa distinta sería negociar principios o concretar una alianza permanente con
el fujimorismo que le haría perder autonomía y su base natural antifujimorista
que sostiene la esperanza.
Su
aprobación sigue creciendo mientras da un paso cada vez según la necesidad
política. Todo depende de la experiencia y de la habilidad pero también de la
disciplina, no hay espacio para las disensiones internas ni para excesivas
independencias. La primera tarea de PPK es cohesionar su grupo, la segunda ir
cortando el salame poco a poco con filo suficiente.
Lidera un gobierno tecnocrático
social que rehúye la confrontación y busca convencer con razones aprovechando
que el fujimorismo no puede permitirse una imagen de intransigencia u
obstruccionismo. PPK marca los pasos de baile con una sonrisa pero debe saber
que lo único que no puede arriesgar es la esperanza que ha sabido insuflar en
la población. Un terreno más que delicado.
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