FUE
AYER
Y NO ME ACUERDO
Político.pe el 20 02 16
La
memoria suele ser frágil y mucho más cuando la amnesia esconde intereses,
ambiciones y pretensiones. La década fujimorista de vergüenza y oprobio es muy
bien recordada por quienes la sufrimos y mucho más por quienes en las calles
recibimos represión, palos y agresiones de los defensores de la autocracia que
pretendió perpetuarse en el poder con todos los recursos posibles.
Esa lucha
tuvo momentos cumbres y acciones políticas que debemos difundir para que la
historia no se repita. Y en especial
para que los jóvenes que no vivieron ese funesto periodo sepan claramente por
quién votar, sin atender historias prefabricadas que distorsionen lo que aconteció.
Vladimiro Montesinos sigue planeando en la política y esta semana tuvimos sonadas
demostraciones de ello. El coronel Oswaldo Zapata, compañero de promoción
castrense de Ollanta Humala, documenta en su libro El Bastón Negado, lo que
sucedió la madrugada del 29 de octubre de 2000 en
Locumba y el porqué de la coincidencia en fecha y hora con la fuga de Montesinos en el Karisma, rumbo
a Panamá. El régimen ya estaba
agónico pero el gesto sirvió para cubrir mediáticamente la huida y para
convertirse en posterior plataforma de los Humala Heredia para llegar al poder.
Pero las mentiras tienen patas cortas y los presuntos liderazgos
antifujimoristas se caen ante las precisiones que afectan a los “nuevos” Julio
Guzmán y César Acuña. El primero trabajó, según Hildebrandt, para el publicista
preferido de Montesinos Oscar Dufour y para el canal 10 de noticias aguerrido ultradefensor
del régimen bajo órdenes del SIN. Y el segundo fue topo del montesinismo en el
Congreso después de asistir al SIN a pedir un Ministerio y recibir dinero. Lo
prueban las actas de la comisión anticorrupción que presidió Anel Townsend, paradójicamente
hoy principal gonfalonera de Acuña con desmemoria digna de mejor causa. Acuña
fue el único congresista elegido por la oposición que se quedó en el recinto
para arropar la tercera e ilegal juramentación de Fujimori mientras los otros,
junto a la real oposición, protestaban con nosotros en las calles.
Pero quien
podría dudar que la más amnésica sigue siendo Keiko Fujimori, la hija del
autócrata, que hoy afirma que cualquier video en la salita del SIN sería
nefasto para otros candidatos. No para ella que no tiene un video pero sí todo un largo metraje, con múltiples imágenes de familiaridad y cercanía desde que convivió en esos
alfombrados recintos con el mismísimo asesor, amigo y protector de toda la
familia palaciega.
Cuán fácil puede ser dejar de recordar la bonhomía del Tio
Vlady, peligroso e inteligente factótum de los peores tiempos del siglo pasado,
junto a su padre, claro está.
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