TIO
VLADY
¿ESTAS AHÍ?
Mi columna HOJA DE TIEMPO para Correo 20 02 16
Vladimiro
Montesinos mantuvo un prolongado poder omnímodo desde las sombras. Nadie lo
eligió, lo designó ni lo nombró pero su reconocida inteligencia y habilidad tuvieron
influencia absoluta sobre el presidente Alberto Fujimori con las consecuencias
que conocemos. Unos más que otros porque la juventud hoy puede ignorar muchas
de las idas, venidas, acciones y omisiones que sufrimos durante esa década de
oprobio.
Montesinos protagonizó fugas y retornos, presentaciones mediáticas y sonados
procesos antes de ser apresado y recluido en la Base Naval junto al jefe máximo
de Sendero Abimael Guzmán. Pero 15 años después de la caída del fujimorato
sigue en la política como un espectro. Su nombre vuelve una y otra vez,
presente para arropar o desacreditar candidaturas que tratan febrilmente de
eliminar el pasado para inventarse mejores futuros.
La más tocada por el
fantasma del Tio Vlady es, cómo no, Keiko Fujimori la hija del autócrata que en
los alfombrados recintos del SIN recibió directamente sus enseñanzas nada
santas. Que ahora pretenda ignorar lo que fue esa familiaridad y ascendencia demuestra
que su apellido Fujimori le abre muchas puertas pero le cierra otras tantas,
bendición y maldición en simultáneo.
También está Ollanta Humala llegado a la
política por el gesto de Locumba, una presunta gesta que el coronel Oswaldo
Zapata documenta, en su reciente libro El
Bastón Negado, como un pedido del propio Montesinos para cubrir su
precipitada fuga en el velero Karisma ya que ambos actos coincidieron en fecha
y hora.
Y también está Julio Guzmán, presunta novedad electoral antifujimorista,
a quien Hildebrandt descubre trabajos realizados para el publicista Oscar
Dufour, el preferido del asesor y para el canal 10 aguerrido medio defensor de
ese régimen bajo órdenes del SIN.
Y para adornar el pastel aparece documentadamente
que César Acuña pasó por la salita del SIN, pretendió exigir un Ministerio,
recibió dinero y se convirtió en topo del fujimontesinismo en un Congreso
adonde llegó por la oposición.
Vivito y coleando, encerrado pero con
pensamiento y acción libres, Montesinos digita destinos y suertes, no sabemos
si acciones, propuestas y programas.
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