LA BODA DEL AÑO
Mi columna HOJA DE TIEMPO en Correo el 19 de diciembre 2016
El Apra y el PPC, dos
partidos con larga trayectoria, se han unido en una alianza para
institucionalizar la política y alejar la informalidad y la improvisación
aventurera. No hay democracia sin partidos políticos pero éstos deben ser orgánicos.
Ahora tenemos más candidatos que partidos y algunos parecen creer que se trata
de intereses individuales y no colectivos. La crisis de informalidad política
solo puede ser combatida afirmando los partidos, sin improvisación, con vocación
de gobierno con un partido o una alianza que cogobierne con fuerza, cuadros,
planes y estructura responsables.
Toda alianza es
animada por interés electoral. Sería absurdo negarlo tanto como ocultar la
importancia de la unión de dos partidos políticos
que sumarán esfuerzos para llegar al poder y gobernar. Este nuevo escenario ha
motivado las críticas de opositores y adversarios algo que en sí mismo es ya un
reconocimiento de que ambos se potencian y constituyen un temible competidor. Alan
García y Lourdes Flores en una sola plancha, grafican la reedición nacional de
la concertación chilena que dio tan buenos resultados post Pinochet y gobernó
durante cuatro periodos consecutivos. Cada líder y partido aporta trayectoria y
habilidades al tiempo que neutraliza defectos. Surge una nueva personalidad
política que une las victorias y la experiencia de García y la capacidad y la
trayectoria de Lourdes, creando una opción real frente al fujimorismo de Keiko,
a la ausencia de partido de PPK y a la informalidad de Acuña.
Opción institucional frente a la lluvia de
individualidades y a la política combi que remolca figuras que pasaron por
diversos partidos y que para subir la colina necesitan de habilidades marketeras
más que de propuestas confiables. El PPC
se ve revitalizado cuando estaba al borde de la ruptura y la desaparición. Y el
APRA -mediáticamente estigmatizada a pesar de la excelencia de su líder- se
fortalece. Lo más importante es que tendremos no solo mercadeo político y baile
del Totó. Lourdes no habrá ganado todavía una gran elección pero no le falta justificado
reconocimiento popular. Comparte con AGP un fuerte carisma. Ambos son políticos
cuajados que unidos pueden dar forma a un gigante que podría pisar firme para
recuperar la confianza en la política. ¿Lo veremos?.
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