sábado, 25 de abril de 2015


NARCOTRAFICO Y POLÍTICA
 
Publicado en Correo el 25 04 15
 
El caso de Gerald Oropeza, mafioso ostensible, que figura en los padrones del Partido Aprista -y que ha sido expulsado por orden de Alan García- da pie para abordar la suicida permisividad con la que como sociedad estamos admitiendo en partidos e instituciones la proximidad con el narcotráfico que bien sabemos necesita de la política para operar. No es un problema solo de salud ni solo de criminalidad, las redes de narcotráfico son un asunto de alta política pues su influencia se extiende y toca los más altos niveles de decisión.
 
Por eso es importante y urgente atender todas las denuncias que se formulen sobre vínculos de personajes políticos con el tráfico ilícito de drogas. Que nada se pase por agua caliente al influjo de dineros que compran conciencias. Sabemos que existen "narcocongresistas" ligados a distintos partidos y para la misma procuradora antidrogas Sonia Medina serían más de siete los congresistas involucrados con el narcotráfico. Una temeridad que no haya acciones concretas para erradicar esa protección de altas autoridades que permiten al flagelo subsistir y operar.
 
No solo no tenemos castigos duros para quienes facilitan la operación de las mafias de la droga sino que no nos preocupan demasiado los fondos ilícitos que irrigan nuestras campañas electorales. Por ello bienvenida la reforma electoral de Francisco Távara, presidente del Jurado Nacional de Elecciones, empeñado en adecentar la política con sentido de profilaxia y autoprotección. México es el mayor espejo indeseable. Cuando en el 2006 el presidente Felipe Calderón quiso ponerle alto empezó la violencia, una inicua guerra con los cárteles de la droga y con las mafias que viene dejando miles de muertos. Debemos extremar el cuidado porque el Perú está en el primer puesto de mayor criminalidad y le siguen Colombia, Venezuela, México y Panamá. Y ahora que vienen elecciones debemos evitar a toda costa elegir a gente que será un peligro.
 
Todos los partidos deben sanear sus listas de políticos relacionados con esta lacra. Necesitamos mejores leyes pero sobre todo más voluntad de limpieza para eliminar sus nexos con partidos, autoridades, presidentes regionales o congresistas, policías y alcaldes además de funcionarios medios o militares. Sin hacer el juego al antiaprismo es cierto que el Apra tiene ahora la oportunidad de dar el ejemplo de limpiar sus filas con todos los mecanismos posibles, bajo urgente necesidad de eficacia moral.

SIEMPRE EL DIALOGO

Publicado en el Portal Punto de Encuentro el 23 04 15
 
Los griegos dieron gran importancia al diálogo desde el individuo y desde la sociedad desde que es origen y principio de la democracia, virtud inherente al ser humano con categoría de concepción ética para la convivencia democrática. 
 
La sociedad humana es cada vez más compleja, la tecnología parece conspirar para que estemos más alejados del diálogo y más cerca del autismo lo que determina que las controversias se resuelvan por la violencia y la venganza que deriva en odio, exclusión y segregación. 

Por eso debemos defender el diálogo como manifestación de la necesaria tolerancia y pluralidad política inherente a la razón y al debate tan ausente. Pero no ese diálogo que podría entenderse como componenda para repartirse el poder, de espaldas a los intereses generales menos aún para beneficiar a los poderosos en desmedro de los débiles.

No por gusto Norberto Bobbio lo vinculaba con la confianza: "La fe en la razón quiere decir confianza en la discusión, en los buenos argumentos, en la inteligencia que dirime las cuestiones oscuras, en contra de la pasión que las hace incluso más turbias y en contra de la violencia que elimina desde el inicio la posibilidad de diálogo".

Ha hecho muy bien Pedro Cateriano en poner paños fríos en un escenario que él mismo -y principalmente su jefe- contribuyó a exacerbar. Ha tendido puentes con habilidad y eficacia y la oposición ha mostrado gran altura al aceptarlo entendiendo que la convivencia pacífica lleva a esa estabilidad que tanto necesitamos para que retorne la inversión y que el gobierno concluya constitucionalmente su periodo. Pero si consigue el Premier la investidura como parece la tendrá difícil con un Presidente que ha hecho de la confrontación permanente un bastión y que en ello es malamente secundado por su esposa que interviene siempre al extremo ya denunciado de la usurpación de funciones.

Es ese el mayor desafío de Cateriano que entiende que la conflictividad que deberá atender va por otros caminos. Le toca contribuir a superar la percepción de instituciones estatales débiles y de actuar para controlar la criminalidad y la inseguridad. Que el diálogo se mantenga para abordar problemas de actualidad como el narcotráfico y el crimen organizado que incrementan los niveles de complejidad y violencia. Y por supuesto las graves reacciones que afectan proyectos como Tía María. Ojalá que sus habilidades políticas prevalezcan sobre la inoperancia del régimen.

sábado, 18 de abril de 2015


LA GUERRA INTERNA DEL PREMIER
Publicado en Correo el 18 04 2015
 
http://diariocorreo.pe/opinion/la-guerra-interna-del-premier-580877/

Pedro Cateriano ha desplegado sus mejores dotes de político experimentado para dialogar con todas las tiendas políticas, incluso con las que sus diferencias son más recalcitrantes. Sabe que en política no hay enemigos sino adversarios y que el objetivo más preciado para el país es la estabilidad y la preservación de la democracia. Las apuestas van  por el logro del voto de la investidura para su gabinete. Ojalá sea así.
Todo depende de su discurso que deberá ser racional inspirado en el interés nacional y en cómo enfrentar los serios problemas de la última etapa del gobierno humalista. A comenzar por la inversión privada paralizada o decreciente y el crecimiento bloqueado o en disminución alarmante. A lo que se agrega la conflictividad en aumento en las zonas mineras como Tía María más un largo etcétera.
Pero los votos favorables en el Congreso serán solo el comienzo de un trayecto con muchas turbulencias no solo por la campaña electoral que se avisa difícil sino porque deberá enfrentar una guerra interna con la mal llamada pareja presidencial que parece no tener claro que la política no puede ser confrontación permanente. Por su manejo poco hábil han perdido el control del Parlamento con una bancada que decrece por haber sido menospreciada, poco consultada o tratada sin independencia especialmente por Nadine Heredia.
El Presidente adereza sistemáticamente sus discursos con exabruptos sea en defensa de su mujer o desautorizando todo tipo de acercamiento.
Cateriano la tendrá dura desde que deberá deslindar y fortalecer su autoridad muy lejos de la famosa luz verde para ganar respeto en su gestión y autonomía de vuelo para las grandes decisiones. El objetivo compartido es rescatar al país del inmovilismo económico más allá de las ambiciones electoreras de Nadine y Ollanta. Y de las maniobras defensivas por los escándalos que se anuncian si Martín Belaunde Lossio es extraditado. La invitación posible para Nadine Heredia a la comisión Pérez Tello sería el inicio de una trocha difícil y controvertida que requerirá áspero blindaje nacionalista.
Pedro Cateriano navegará en aguas infestadas para cumplir con dignidad y eficacia el difícil encargo. Sobre todo para imponerse día a día a los políticos desestabilizadores, no de la oposición sino de su propio gobierno. Increíble pero es así.

 

 

sábado, 11 de abril de 2015


 
 
¿ACUERDO TÁCITO?

 
Publicado en Correo el 11 de abril del 2015
 
http://diariocorreo.pe/opinion/acuerdo-tacito-579157/


23 años después retornaron los temores de una intervención civil militar tipo cinco de abril. Nada más indeseable pero el fantasma permanece en algunos ambientes aunque en otros haya sido rápidamente conjurado en atención al objetivo político común de preservar la democracia. Ello a pesar del mismo Presidente que después de colocar a su ministro más confrontacional como premier continúa alentando el conflicto contra el dialogo que Pedro Cateriano ha logrado instalar desde que como político y demócrata sabe que no todo puede ser guerra. Por eso conversa y apuesta positivamente por el voto de confianza del Congreso y sintoniza con el objetivo mayor de la culminación del periodo constitucional. Paradójicamente no es el nacionalismo el que pone los paños fríos, no es el presidente el que busca la serenidad con madurez cívica, por el contrario se prodiga en censurables exabruptos que dan la idea de que no acepta que el Perú necesita estabilidad por encima de todo.

El diálogo con Cateriano viene funcionando a diferencia del convocado por Ana Jara que fue solo una reunión de amigos con el único resultado de reorganizar una DINI antidemocrática al punto de provocar la mayor derrota política del gobierno con la censura de la dialogante. Y gracias a este talante del premier y a la madurez de la oposición parece haber surgido un acuerdo democrático para que los políticos depongan circunstancialmente sus banderas de lucha y acepten la investidura del gabinete Cateriano. Alan García, presunto mayor enemigo del premier, marcó prontamente el tono de la etapa al decir que “el aprismo se mantendrá en serena y vigilante expectativa”. Cateriano se beneficia con la visión del estadista y capitaliza el interés común por superar el frenazo económico, la disminución de la inversión pública y privada, el desempleo y la inseguridad que vienen dando la imagen de un gobierno débil y de un Estado ineficiente. Estamos ante un pacto tácito útil y saludable para estos meses en el objetivo de evitar el cierre del Legislativo. Aunque a partir del 28 de julio – ya en plena campaña electoral- podrían recomenzar las hostilidades. Ojalá no fuera así. Cateriano debería ser el último premier humalista. El país necesita prioritariamente descartar nuevas crisis sin forzar situaciones extremas ni ambiciones desmedidas.

 

viernes, 10 de abril de 2015


 
ALAN GARCÍA,
EL INTELECTUAL Y EL POLITICO


Publicado en el Portal Punto de Encuentro el 10 04 2015
 
Se ha dicho que la política no es una actividad propia de los intelectuales sino de los hombres y mujeres de acción. Nada más equivocado. Que puede ser mejor que una acción inspirada en una profunda reflexión, bien meditada antes de ser emprendida.  El hombre o la mujer de ciencia o de letras, pueden en algún momento de su vida decidirse por la política para aportar a su sociedad, para canalizar su saber en beneficio de un buen gobierno. Porque la política debe nutrirse de ideas e ideales y cuando hay voluntad de participar hay que dar el paso. Lo saben bien los jóvenes estudiantes que se movilizan por causas comunes. Y lo hacen con la seguridad de que su preparación redundará en la eficacia de la acción política que pudieran emprender.  

Alan García Pérez no es un político tradicional, es un intelectual que hace política o un político que estudia, escribe y reflexiona. Una rara avis en nuestro medio en donde muchos entienden que cualquiera con recursos económicos puede ser político y ejercer la delicada tarea de gobernar sin mayor preparación. Con el título de Obras, lo dicho y lo escrito, el líder aprista nos entrega nueve tomos en busca de armonizar lo vivido y lo propuesto. Los ha presentado con gran suceso en el Teatro Nacional ante lo más graneado del ambiente político y académico. Porque García ha logrado en su devenir vital unir estos dos mundos que nunca deberían estar desencontrados. No por gusto dirige el primer instituto de gobierno creado en el Perú. Y aunque todavía está en plena actividad se arriesga a adelantar memorias y confesiones personales recopilando obras, discursos, entrevistas y artículos entre 1979 y 2014.

Material no le falta y no puede extrañar a quien lo conoce su calidad prolífica desde que es un conversador inmejorable y motivador, excelente narrador de anécdotas, reflexivo e inspirado crítico, a quien no falta nunca la mezcla del humor con la erudición. Político de raza, con una juventud comprometida precozmente con un partido y una causa, quien ha sido presidente en dos oportunidades -y podría llegar a un tercer mandato- reúne como pocos improntas contradictorias en lo social y en lo personal. No renuncia a exhibir su propia evolución reflejada en una larga y enriquecida vida de protagonismo político con ideologías disímiles que trata de conciliar desde su propia convicción.

Obviamente cada uno de sus libros recoge la época y la situación vivida, son lecciones que sistematizan experiencias para el estudiante y el novato en política. Por eso sus libros son apreciados en las escuelas de Ciencia Política en la medida que consigue transmitir sus emociones y sus penas así como sus alegrías y lealtades. En la suma de su compromiso expone sus diferentes posiciones sobre economía y Estado, acumulación y distribución, tecnología y política. No podemos menos que saludar este afán. Sería magnífico que su ejemplo prosperara en el Perú y en el continente donde necesitamos más líderes que sepan escribir y meditar para aportar con solvencia y consistencia. Que puedan dejar para la posteridad su testimonio de sueños y realizaciones.

No importa que sus enemigos lo consideren exhibicionista, sabe que con esta obra compilada contribuye a la historia política de su país. Valioso gesto cuando el dinero parece ser el mayor elector y los grandes debates están ausentes. Lo menos que podemos pedir es políticos con capacidad y conocimiento. Para que la política no se devalúe y la desconfianza deje de ser la norma como está sucediendo en un país confundido cuando no desmoralizado.

Si se trata de buscar la colaboración franca de la inteligencia con el poder en sintonía con los intereses de la población el intelectual no debería ser ajeno a la acción ni el político al conocimiento. Menos aún aceptar esa dinámica tan negativa que desprecia la política como actividad siendo que la necesitamos más que nunca inspirada en valores y creatividad. Desde Platón encontramos la propuesta de formar un gobierno en manos de filósofos. La obra de Alan García se coloca en esa senda con una inserción que no consiste sólo en criticar contenidos ideológicos sino en buscar que todos los componentes de la vida pública contribuyan al bienestar, la prosperidad y el crecimiento como lo predica Foucault.

García Perez representa ese nuevo tipo de intelectual dirigente que nada tiene que ver con el autoritarismo de los caudillos del siglo pasado. Con un compromiso actualizado acepta la responsabilidad común al intelectual y al político que es pedagógica con la población en la tarea de recrear la sociedad. Su obra es un mensaje para los jóvenes que quieren participar en política y para los políticos que pretenden dirigir el país. En ese orden. Felicitaciones.

domingo, 5 de abril de 2015


 

¿CURSO DE COLISIÓN?

 
Publicado en Correo el 04 04 15
 
Humala dejó caer a Ana Jara. Los Dinileaks no podían quedar en la impunidad y la pirámide del poder y de la responsabilidad tiene un exponente máximo en el Presidente aunque en ejercicio está constitucionalmente cubierto. Por eso fue censurada la primera ministra por permitir y justificar el espionaje masivo, por refugiarse en el ataque sin dar una respuesta cabal. La censura es incuestionable como práctica política. Lo que no es impecable es la forma en que el presidente y su partido ejercen el poder con la confrontación permanente y la liquidación del adversario al que tratan como enemigo, sin reconocer razones ni argumentación válida. A Humala le faltó generosidad para sostener a su primera ministra, voluntad para usar los recursos de la democracia, en especial el diálogo y el acercamiento, la expresión de disculpas. Fueron al ataque directo, a tratar a los opositores de corruptos y conspiradores, con lógica opuesta al trato democrático en el que debe imperar el respeto, el diálogo y la rendición de cuentas. Humala dijo sostener a Jara pero fue el factor determinante de su caída, sin voluntad para impedirla, su apoyo fue retórico, sus huestes no fueron a salvarla la convirtieron en fusible, con resultado cantado. Si Jara sabía o no de los Dinileaks ya no es relevante, no tenía el control político pero el presidente sí debió tenerlo. Jara cayó por proteger a quienes la dejaron caer. En el nuevo capítulo que se abre con la designación como Premier de Pedro Cateriano, uno de los ministros del gabinete censurado, surge un curso de colisión, con un político con escasa vocación dialogante o concertadora que ojalá cambiara su actitud. La incógnita permanece sobre la investidura congresal, si será o no concedida a un beligerante abierto. Corresponderá a la oposición no caer en el ajedrez provocador y evitar que se prolongue la crisis de gobernabilidad. Muy importante la prudencia, la responsabilidad y hasta la astucia política para proteger la democracia. El objetivo común es llegar bien al final del régimen. ¿Lo veremos? ¿O estamos en el inicio de una mayor convulsión? No olvidar que el 28 de julio de este año el temor a la disolución del Congreso se habrá disipado.