domingo, 5 de abril de 2015


 

¿CURSO DE COLISIÓN?

 
Publicado en Correo el 04 04 15
 
Humala dejó caer a Ana Jara. Los Dinileaks no podían quedar en la impunidad y la pirámide del poder y de la responsabilidad tiene un exponente máximo en el Presidente aunque en ejercicio está constitucionalmente cubierto. Por eso fue censurada la primera ministra por permitir y justificar el espionaje masivo, por refugiarse en el ataque sin dar una respuesta cabal. La censura es incuestionable como práctica política. Lo que no es impecable es la forma en que el presidente y su partido ejercen el poder con la confrontación permanente y la liquidación del adversario al que tratan como enemigo, sin reconocer razones ni argumentación válida. A Humala le faltó generosidad para sostener a su primera ministra, voluntad para usar los recursos de la democracia, en especial el diálogo y el acercamiento, la expresión de disculpas. Fueron al ataque directo, a tratar a los opositores de corruptos y conspiradores, con lógica opuesta al trato democrático en el que debe imperar el respeto, el diálogo y la rendición de cuentas. Humala dijo sostener a Jara pero fue el factor determinante de su caída, sin voluntad para impedirla, su apoyo fue retórico, sus huestes no fueron a salvarla la convirtieron en fusible, con resultado cantado. Si Jara sabía o no de los Dinileaks ya no es relevante, no tenía el control político pero el presidente sí debió tenerlo. Jara cayó por proteger a quienes la dejaron caer. En el nuevo capítulo que se abre con la designación como Premier de Pedro Cateriano, uno de los ministros del gabinete censurado, surge un curso de colisión, con un político con escasa vocación dialogante o concertadora que ojalá cambiara su actitud. La incógnita permanece sobre la investidura congresal, si será o no concedida a un beligerante abierto. Corresponderá a la oposición no caer en el ajedrez provocador y evitar que se prolongue la crisis de gobernabilidad. Muy importante la prudencia, la responsabilidad y hasta la astucia política para proteger la democracia. El objetivo común es llegar bien al final del régimen. ¿Lo veremos? ¿O estamos en el inicio de una mayor convulsión? No olvidar que el 28 de julio de este año el temor a la disolución del Congreso se habrá disipado.

 

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