sábado, 25 de abril de 2015


SIEMPRE EL DIALOGO

Publicado en el Portal Punto de Encuentro el 23 04 15
 
Los griegos dieron gran importancia al diálogo desde el individuo y desde la sociedad desde que es origen y principio de la democracia, virtud inherente al ser humano con categoría de concepción ética para la convivencia democrática. 
 
La sociedad humana es cada vez más compleja, la tecnología parece conspirar para que estemos más alejados del diálogo y más cerca del autismo lo que determina que las controversias se resuelvan por la violencia y la venganza que deriva en odio, exclusión y segregación. 

Por eso debemos defender el diálogo como manifestación de la necesaria tolerancia y pluralidad política inherente a la razón y al debate tan ausente. Pero no ese diálogo que podría entenderse como componenda para repartirse el poder, de espaldas a los intereses generales menos aún para beneficiar a los poderosos en desmedro de los débiles.

No por gusto Norberto Bobbio lo vinculaba con la confianza: "La fe en la razón quiere decir confianza en la discusión, en los buenos argumentos, en la inteligencia que dirime las cuestiones oscuras, en contra de la pasión que las hace incluso más turbias y en contra de la violencia que elimina desde el inicio la posibilidad de diálogo".

Ha hecho muy bien Pedro Cateriano en poner paños fríos en un escenario que él mismo -y principalmente su jefe- contribuyó a exacerbar. Ha tendido puentes con habilidad y eficacia y la oposición ha mostrado gran altura al aceptarlo entendiendo que la convivencia pacífica lleva a esa estabilidad que tanto necesitamos para que retorne la inversión y que el gobierno concluya constitucionalmente su periodo. Pero si consigue el Premier la investidura como parece la tendrá difícil con un Presidente que ha hecho de la confrontación permanente un bastión y que en ello es malamente secundado por su esposa que interviene siempre al extremo ya denunciado de la usurpación de funciones.

Es ese el mayor desafío de Cateriano que entiende que la conflictividad que deberá atender va por otros caminos. Le toca contribuir a superar la percepción de instituciones estatales débiles y de actuar para controlar la criminalidad y la inseguridad. Que el diálogo se mantenga para abordar problemas de actualidad como el narcotráfico y el crimen organizado que incrementan los niveles de complejidad y violencia. Y por supuesto las graves reacciones que afectan proyectos como Tía María. Ojalá que sus habilidades políticas prevalezcan sobre la inoperancia del régimen.

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