MAYORGA Y LA
PUERTA GIRATORIA
Publicado en Correo el 12 de septiembre del 2014
El Poder Judicial sepultó el
pedido de $47.5 millones que el Estado reclama a la firma Interoil. La Corte
Superior archivó la parte de los "daños y perjuicios" de la demanda peruana
por explotación indebida de los lotes petroleros III y IV. Su concesión había
caducado pero el resarcimiento económico no fue requerido durante el proceso
por lo que la Cámara de Comercio Internacional no ordenó la indemnización. Y tampoco
ésta se estableció como condición para renovar el contrato a Interoil suscrito
el mismo día que se conoció el laudo arbitral. Eleodoro Mayorga, no se inhibió,
firmó los decretos supremos que extendieron los contratos de licencia temporal
por un año más.
Hasta para el más ingenuo esto
es más que despreocupación o desinterés por los derechos del Estado, es
favoritismo para Interoil, de la que el ministro Mayorga fue asesor. De ahí la interpelación
-cuyo resultado desconocemos- que podrá terminar en censura como llamada de atención
al Gobierno que no lo quiso cambiar y al mismo Mayorga que no quiso renunciar.
La puerta giratoria se da cuando un alto cargo
público se va a trabajar a una empresa privada, con la información que tiene, generando
conflictos de interés entre la esfera pública y la privada, generalmente en
beneficio privado. Y cuando un privado pasa a ocupar un alto cargo como un
Ministerio por ejemplo sin olvidar los intereses a los que sirvió. No extraña a nadie que se nombren ministros a personas
vinculadas a grandes empresas privadas mineras y petroleras ni que organizaciones
financieras utilicen sus altísimos contactos para cobrar sus acreencias. No solo en el Perú, en Europa,
en EEUU y en el mundo, los ministros dejan la política y se embarcan en actividades privadas,
representación, lobby, dirección, generando una cadena de favores entre
política y empresa. Y si esto es así no hay forma de conciliar la ética con la función pública,
ni de erradicar los conflictos de interés en decisiones indebidamente influidas por intereses
económicos o personales. No en vano el primer presidente de la II República española, Niceto Alcalá
Zamora dijo: "El que sale de una actividad privada y entra en la política,
deja la puerta privada entornada".
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