EL CIRCO ELECTORAL
Publicado en Correo el 27 de setiembre del 204
El Pacto
Ético promovido por el Jurado Nacional de Elecciones quiso asegurar la limpieza
de esta campaña electoral que felizmente llega a su fin convertida en
indeseable circo que reduce la política a espectáculo y diatriba. Con
adversarios tratados como enemigos, con un cargamontón que reemplaza a los
argumentos, apelando a todo para descalificar a los opositores en especial si
están a la cabeza de las encuestas.
Para un 66% de los
votantes de Lima y provincias la actual campaña electoral es sucia o muy sucia,
destructiva y difamadora, que no
respeta la trayectoria ni la especialización. Como dice Luis Benavente, de Vox Populi, "El
tema de la guerra sucia no
solo tiene que ver con la elección en Lima, donde hay un nivel de
enfrentamiento muy fuerte, sino también en
todas las regiones y distritos del país". Nivel "bárbaro" que incrementa
la confusión y el desconcierto ciudadano. Bien afirma Lourdes Flores que estamos
ante el triunfo de la antipolítica. Lamentable.
Ha quedado
claro que los valores y la moral no derivan de un acuerdo ni
se aseguran con firmas. Nada más antiético que esta campaña en que la diferencia de más de 40 puntos
que Luis Castañeda lleva a sus competidores ha hecho saltar todos los demonios y
desesperaciones y al decir de Víctor Andrés Ponce no han dudado en teñirla de
un peligroso contenido clasista, agraviante para los votantes que son
presentados como permisivos con la corrupción. No es solo intolerancia, es
ninguneo o choleo -como dice Ponce- temeroso de que se abran más abismos entre
la Lima popular y la mesocrática. Algo garrafal, además de peligroso e injusto.
Manipulación o no, ninguna sociedad merece tal descalificación moral casi generalizada.
Lo que viene sucediendo convoca a la reforma política urgente, a que el
Congreso precise nuevas reglas sobre campañas electorales con límites claros para
las donaciones y cuentas transparentes exigidas. Con publicación de gastos de
campaña con cantidad límite autorizada e igualdad de oportunidades para los
candidatos en el uso de los espacios en radio, prensa y televisión, con la
impresión de carteles con tamaño y cantidades fijas, con regulación de paneles,
restricción de la contribución de particulares y prohibición de donaciones de
grupos de presión. Y por último, no lo menos importante, asegurar que las
propuestas reemplacen a las fáciles y deprimentes injurias que nadie desea
escuchar.