EL PODER DEBE TENERLO EL ELEGIDO
Correo, 20 de setiembre 2014
Dice la Constitución "El
poder del Estado emana del pueblo. Quienes lo ejercen lo hacen con las
limitaciones y responsabilidades que la Constitución y las leyes establecen” El
poder está encuadrado en el Derecho y es esencialmente acción y percepción. La encuesta sobre el poder en el Perú, realizada por Semana Económica,
pone en los primeros lugares a la pareja presidencial y la de Datum señala que
la persona más poderosa en el Perú no es el Presidente elegido sino su esposa
Nadine Heredia de Humala, presidenta del
Partido Nacionalista que ha desplazado al presidente a un
segundo plano lo que es grave y traerá consecuencias. Algo que pocos se atreven
a decir por no chocar con el poder instalado.
Puede ser que el Presidente -como
ha dicho un conocido sicólogo- tenga inhibiciones que lo mantienen lejos de
pasadizos y salones. Y también que se sienta cómodo delegando poder a su
cónyuge. Pero esa situación no la contempla la ley, el elegido recibe el mandato
a ser cumplido de acuerdo a la Carta Magna. Nadine Heredia es lideresa partidaria,
no ha sido elegida para gobernar ni es funcionaria del gobierno. Puede ser la
persona más cercana y confiable para el Presidente pero ello no le otorga
investidura. Puede que su juventud y carisma le ganen un espacio y que su
determinación y audacia la impulsen a interferir en el Ejecutivo y en el
Legislativo pero ese ejercicio está fuera de la Ley y de las instituciones.
Estamos ante un poder fáctico
y sabemos bien lo que significa. Un poder de hecho, impuesto sin norma que lo
avale ni institución que lo regule y controle. No interesa que el mandatario se
sienta feliz por cederle todas las potestades, simplemente ella no está en su
lugar ni puede tomarlo por asalto porque configura usurpación que ninguna buena
voluntad o amor podrían convalidar. Porque el poder político no es un juego ni
un capricho menos aún un adorno, su ejercicio compromete destinos colectivos y su
obligada contraparte es la responsabilidad ante los electores. El Perú es un
país complejo y altamente informal pero la precariedad no puede llegar al más
alto nivel de gobierno. No necesitamos un presidente disminuido ni relegado. No
puede haber gobierno familiar ni en pareja. La usurpación no es un error cualquiera,
es una violación constitucional y un acto ilegal.
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