NO VAMOS AL COLEGIO
En Correo el 18 de mayo 2019
El rechazo se extiende. No queremos el Colegio de
Politólogos de la forma como ha sido creado, con sospechoso interés, con apuro
y sin cuidado en la representación y en las necesidades de organización. Pretende
reunir a quienes se dedican a la política desde el análisis, la academia y la
práctica pero esta actividad profesional que entiende el uso del poder para la
protección y el bienestar de la sociedad, no puede ni debe ser avasallada por
las prisas que descuidan el debate y la participación de los involucrados.
Al no haberse convocado a la Red de Escuelas de
Ciencia Política, que incluye a las del interior del país, han incurrido en imperdonable
error. Y otro es que se coloca al frente de la Comisión que pondría en marcha
el Colegio a una ONG llamada Asociación Nacional de Politólogos que carece de
representatividad. Y bajo ella a las Escuelas de Ciencia Política
arbitrariamente consideradas como las más importantes. De manera gruesa se insiste
en la centralización al no tener en cuenta a aquellas que en provincias cumplen
esfuerzos académicos encomiables que debemos estimular y rescatar.
El
Colegio de Politólogos tendría el objetivo de “fortalecer” el ejercicio de la profesión
pero comienza muy mal, cuestionado por aquellos a quienes intenta organizar.
Los politólogos no
rechazan la posibilidad del Colegio pero si la Ley aprobada. La comunidad de
profesionales de la Ciencia Política puede y debe organizarse con equidad y
sentido común para mejor cumplir su misión social y política pero no al
arbitrio de quienes podrían instrumentalizarla al restringir el ejercicio
profesional con fines coyunturales desde la colegiación obligatoria.
Toca al presidente Martín Vizcarra observar la Ley
aprobada con insólita rapidez, sin debate político ni académico. La Ciencia
Política y en especial los jóvenes peruanos que la han elegido como profesión
merecen más respeto y reflexión.
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