POR LA
AUTONOMÍA
DE PODERES
En Correo el 6 de enero 2019
La defensa
de los fiscales Vela y Pérez del Caso Lava Jato, legítima y justa, podría estar
alentando extremos indeseables. Todos queremos desterrar la corrupción
que ha debilitado nuestra economía pero hay límites. El proyecto de ley
presentado por el Ejecutivo ante el Congreso para solucionar externamente la
profunda crisis del Ministerio Público es anticonstitucional y
significa un grave precedente de interferencia. Es cierto que el Estado
debe salvar su autoridad frente a situaciones que ponen en peligro los
objetivos nacionales y sociales y para ello tiene todos los recursos. Pero
también lo es que las instituciones cumplen un rol en democracia y deben ser prioritariamente
fortalecidas nunca disminuidas.
Las malas decisiones
del Fiscal no constituyen delito aunque la gente las rechace con justa indignación
en las calles que han hecho de él un monstruo desmesurado. Sí constituyen error
garrafal en mal momento, el que ha determinado que al alto funcionario ya sin juego
solo le quede renunciar para dejar que los mecanismos internos de su alta institución
actúen en defensa de su rol y de su autonomía.
Si el Perú
logró una correcta transición presidencial gracias a una lúcida interpretación
constitucional y se procesó con madurez política y cívica la renuncia de PPK
para dar paso al gobierno de Martín Vizcarra por qué no podemos esperar que en
un nivel menos encumbrado como es la Fiscalía de la Nación se activen los
mecanismos internos más apropiados para evitar que las soluciones vengan desde
fuera y lesionen la autoestima institucional y el equilibrio de poderes.
Si existe
confianza en el desempeño de Rafael Vela y Domingo Pérez respecto del caso Lava
Jato por qué no tenerla en la institución que les permitió hasta ahora solvencia
e independencia. Que los temores, manipulaciones o intereses ocultos no se
lleven de encuentro una institución fundamental para la anticorrupción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario