ODEBRECHT:
EL PRECIO
DE LA VERDAD
El “Acuerdo Preparatorio de Colaboración Eficaz y Beneficios” debe
firmarse sí o sí. Es cierto que desde su filtración han proliferado los
cuestionamientos y denuncias. Pero también lo es que la información que los brasileños han proporcionado ya han
permitido más de 40 causas y si fracasa la firma vuelven a fojas cero.
Imaginamos que hay muchos que desean que eso suceda, que quieren evitar nuevas
revelaciones de los involucrados en el escándalo de corrupción más grande de la
historia peruana.
Pero el acuerdo debe firmarse porque el país necesita castigar la
corrupción y desterrar la impunidad. Es más requiere impedir que las mafias
continúen actuando dentro del aparato estatal bajo la oscuridad y el
desconocimiento. El acuerdo significa el compromiso obligatorio de la empresa y
de sus ejecutivos de entregar la información respecto de las cuatro obras en
las cuales han aceptado culpabilidad. La Fiscalía debe modificar algunos
aspectos y fortalecer su posición con entidades calificadas que den mayor
confianza y seguridad. El precio a pagar
es aceptar aspectos impopulares, permitir que Odebrecht continúe en el país para que pague la reparación
civil -por lo menos S/610 millones por las cuatro obras- con sus ganancias de
los años que vienen.
Es cierto que la reparación habría
que reformularla a futuro e incrementarla tomando en cuenta las otras obras
estimadas por la Contraloría en 17, que significaron perjuicio económico mayor
a los ocho mil millones de dólares, entre ellas el Gasoducto
Sur Peruano no considerado a pesar de sus evidentes sobrecostos. Pero
no puede hacerse respecto de las obras en que Odebrecht
no se ha declarado culpable. Los nuevos ejecutivos admiten la posibilidad de
colaboración más allá de las 4 obras lo que es un avance que debería constar
por escrito en el acuerdo.
Que no todas las obras hayan sido incluidas beneficia
a muchos entre ellos a políticos como Ollanta Humala, Alejandro Toledo y Susana
Villarán lo que podría encerrar alguna intencionalidad política. Es algo que
debe subsanarse de todas formas.
Otro aspecto esencial es la participación en la
negociación de otras entidades del Estado como el MEF y la SBS que con sus
peritos hubieran podido mejorar las tasaciones subsanando deficiencia de
fiscales y procuradores que desconocen estos aspectos. Es irritante el monto
indemnizatorio cuando se compara con las multimillonarias ganancias de la
empresa pero si se agregan las otras obras con ganancias ilegales este
variaría. Y si además se toman en cuenta a las consorciadas que ganaron
licitaciones con Odebrecht y deben ser parte del pago de la reparación.
El debate es saludable. Se puede modificar y precisar
aspectos que respondan a cuestionamientos razonables y sinceros. No olvidar que
estamos hablando de confesiones y concesiones de interés recíproco. Que hay dos
partes que necesitan satisfacer su interés y que a ninguna conviene patear el
tablero.
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