EXITOSA
EMERGENCIA
En
Político.pe el 15 de Septiembre 2018
Estamos
acostumbrados a las declaratorias de emergencia y también a que los Servicios
de Emergencia de salud pública sean un desastre, tugurizados, verdaderas
sucursales del infierno como sucede con la Emergencia del Hospital Eduardo Rebagliati.
Necesitamos historias de éxito para recuperar la fe. Historias lamentablemente
extrañas cuyos protagonistas sean la buena voluntad, la eficiencia y la
capacidad de servicio y de afecto.
En plena
crisis política y de confianza, cuándo no sabemos qué creer ni en quién creer,
estábamos buscando algo que nos aliente y que demuestre que sí hay peruanos de
bien. Que piensan en los demás, que
quieren ayudar a los más necesitados.
Y la
encontramos en el Servicio de Emergencia
del Hospital Arzobispo Loayza, que hace cinco meses se apiñaba en un
ambiente reducido y tugurizado y que de un momento a otro vio la luz cuando un
grupo de altos funcionarios pensó en relanzar una causa que parecía perdida:
recuperar el terreno adyacente al Hospital que pertenecía a la antigua Escuela
de Enfermeras para ahí levantar un nuevo Tópico.
La extensión de 10 mil metros cuadrados es de un local
donado para la antigua Escuela de
Enfermeras de ese centro asistencial. Seguía siendo propiedad de la
Beneficencia Pública de Lima presidida con acierto por Martín Bustamante,
dentro del ámbito de acción del Municipio de Lima Metropolitana.
La confluencia de buenas voluntades surgió cuando Abel Salinas Rivas fue
Ministro de Salud y entre su eficiente equipo asesor figuraba Walter Navarro
Murgueytio, médico del Loayza, personalmente comprometido con una solución viable
para la Emergencia. Especialmente amigo de Martín Bustamante y de la Directora
del Hospital Loayza, la pediatra Victoria Bao, colega de especialidad del
Ministro, eficaz mediadora de este anhelo institucional.
Para lograrlo lo más pronto Walter Navarro Murgueytio, persuasivo y
persistente, aprovechó el corto periodo ministerial de Salinas y su
sensibilidad para solucionar la situación y actuó como facilitador entre las
partes, reuniéndolas, conversando con ellas un día sí y otro también hasta superar
los escollos técnicos, económicos y de confianza. Así el MINSA pagó -por
gestión del ViceMinistro Percy Montes- un primer abono a la Beneficencia que
tenía la propiedad del edificio necesario para la ampliación
hospitalaria.
Un día antes de dejar el Ministerio de Salud Abel Salinas adelantó la
entrega. El pago total a la Beneficencia había sido dispuesto y en presencia de
Walter Navarro, Martín Bustamante y Victoria Bao, el club de amigos artífices
de la importante gestión, anunció emocionado que esa emergencia inhabitable y tugurizada
quedaba atrás y era posible soñar con un servicio adecuado y eficiente de
acuerdo a la dignidad de los pacientes.
El terreno es amplísimo y el proyecto acoge la idea de un nuevo Hospital
con adelantos científicos y tecnológicos. Ojalá fuera así. Por ahora en el
local expropiado, se implementa poco a poco el Servicio de Emergencia.
Walter Navarro Murgueytio, durante diez años Jefe del Servicio de Cirugía
Plástica y Quemados, perseguidor incesante de una Unidad Especializada para los
Quemados que llegan al Loayza por su calidad de hospital de referencia
nacional, solo ha pedido que de los miles de metros cuadrados -cuya recuperación
impulsó- algunos sean dedicados para esa urgente y ansiada Unidad.
Por estos días visitamos la nueva Emergencia. La directora Bao y su equipo
han hecho milagros para mudarse y adaptar lo que tienen a los espacios
recibidos. Todavía no lo pueden creer pero ahí están los pacientes en cuartos
individuales, recibiendo las atenciones que antes no pudieron tener.
Felicitaciones a estos amigos, al ex ministro Abel Salinas, a Martín
Bustamante, a Victoria Bao y a Walter Navarro Murgueytio. Reconocimiento a esa
voluntad y persistencia a nombre de los tantos pacientes que no conocen esta
historia pero de seguro ya la están agradeciendo.
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