RESPETAR
LA MEMORIA
En Correo el 30 de junio 2018
Los años noventa son de ingrata recordación. Padecimos una confrontación con
pérdidas humanas y económicas enormes. El Perú se desangró en una guerra fratricida.
A 38 años de la nefasta declaratoria de guerra al Estado por Sendero Luminoso seguimos
tratando de sanar heridas. Los dos bandos fueron peruanos y tienen sus propias
versiones de los graves excesos en que incurrieron colocando a la sociedad
entre dos fuegos. La memoria colectiva existe y sabe lo que ocurrió más allá
del deseo de reescribir la historia de quienes se sienten vencedores. Pero
nadie gana cuando el país se desgarra y debemos ser rigurosos y éticos con el
respeto de los recuerdos amargos.
Pero hoy que el fujimorismo manda en el Congreso hay quienes buscan
congraciarse como el general Edwin Donayre y ahora el alcalde de Lima Luis
Castañeda Lossio. Olvidan que Alberto Fujimori nos dejó los peores ejemplos de
violación de derechos humanos y la corrupción más grande de la historia del Perú
bajo el signo del autoritarismo. Y que mover el tema implica verdades
incómodas.
La Municipalidad
de Lima anuncia en el Parque Neptuno un espacio temático en memoria
de los caídos durante el terrorismo al que pretende llamar "Héroes de
la Democracia" a ser inaugurado por el fujimorista Luis
Galarreta. La intención es obvia, confrontar con el Lugar de la Memoria, hasta ahora imparcial y bien
administrado por un
patronato respetuoso y responsable de las distintas versiones y de las lecciones
dolorosas. No necesitamos dividir nuevamente al país y menos imponer la
arbitrariedad. El Ministerio de Cultura afirma con acierto que el LUM es el único
espacio oficial. Nos toca defenderlo y evitar que surjan tantos museos como
verdades existan. No hay “la verdadera historia” del terrorismo. Lo que hay es la
necesidad de superar el dolor, de unirnos en el recuerdo sin aceptar manipulaciones
políticas perversas y por demás interesadas
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