EMERGENCIA
SANITARIA
En Correo del 25 03 17
Medio país sumergido bajo las aguas y el barro
que se lleva casas y propiedades y con ellas el esfuerzo de toda una vida
dejando en la indefensión a cientos de miles. La dimensión del desastre ha
insuflado energías al gobierno de PPK y a su gabinete cuyos miembros se han
multiplicado. La atención a los afectados es lo primero.
Pero pueden venir cosas peores. La emergencia
sanitaria es una de ellas y seguramente la más seria pues toca a la defensa de
la vida. Las enfermedades menudean y se agravan por falta de agua para beber y
para la higiene elemental. La profilaxia se hace imposible cuando miles se
deshidratan con diarreas, se infectan con heridas, picaduras de mosquitos, vienen
las epidemias y las enfermedades contagiosas que no reciben atención. Los
hospitales y entidades de salud o no tienen capacidad o han sido inhabilitados
por la catástrofe.
La emergencia significará un número tremendamente
incrementado de pacientes y lamentablemente menores posibilidades de atención. Los
hospitales del MINSA están desabastecidos en material médico, guantes, gasas,
instrumental, medicinas. Afrontan tan grave situación desde el gobierno
anterior pero los médicos que en su momento reclamaron han sido silenciados. Y hasta
los directores de los hospitales habrían firmado un documento que les impide
denunciar ante la prensa tan clamorosa carencia.
El muy importante Hospital Loayza tiene una
emergencia saturada y tugurizada que es la sucursal del infierno. No puede
recibir un paciente más. Pero podría ser ampliada si le dan en alquiler el
local adyacente de la antigua Escuela de enfermeras, desocupado, cuya propiedad
es de la Beneficencia de Lima dentro del Municipio Metropolitano. Le toca al
Alcalde Castañeda ordenar que se proceda al alquiler, ya autorizado por el
MINSA. Sin dudas ni tiempo para perder. Demasiados pacientes tocan a la puerta
y toda inacción es punible. La obligación de salvar vidas manda.
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