domingo, 17 de julio de 2016



¿CUÁL REFORMA 

UNIVERSITARIA?
 

En Político,pe el 17 07 16

Fernando Zavala designado Primer Ministro ha ayudado a PPK a formar un gabinete tecnocrático que ojalá sepa tender los puentes con la oposición. Al reunirse con la célula aprista recibió el cuestionamiento a la permanencia de Jaime Saavedra en la cartera de Educación que ha sido justificada por PPK por un presunto buen desempeño y por una reforma de la educación superior que se habría iniciado hace dos años con la Ley Universitaria 32220, promulgada en junio de 2014.

Pero la permanencia de Saavedra concita reservas y observaciones que vienen no solo de la oposición política, especialmente surgen de académicos y universitarios que coinciden con la réplica de Mauricio Mulder a los periodistas. No sabemos de qué reforma podría hablarse cuando lo que tenemos como balance de la gestión de Saavedra, y especialmente de la SUNEDU en las universidades, no solo no es positivo, es desastroso. Lo vemos en la institucionalidad, la calidad de la educación y el sistema universitario debilitado al punto de carecer de un órgano legalmente representativo y enfrentar una situación crítica que exigirá atención inmediata de las nuevas autoridades de la nación.

El temor es que el desorden y la anarquía que hoy se presentan malamente en muchas universidades públicas en todo el país se extiendan y se profundicen cuando se cree que hay una reforma universitaria en marcha y muchos la defienden sin conocer la verdadera realidad. Que las nuevas autoridades visiten las universidades, que vean como han sido puestas de cabeza, que contabilicen cuántos meses se han perdido de clases y cuántas están descabezadas y sin orientación institucional. Que dialoguen con la Asociación de Universidades, ASUP, que tiene mucho que decir.

Y es que la calidad de la educación no puede venir solo del discurso ni imponerse por ley ni por decreto, es un proceso participativo que comienza por involucrar a los docentes y continúa por el mejoramiento del presupuesto. En sentido contrario hemos presenciado el acoso sistemático a las autoridades, legales y legítimas, elegidas en las universidades públicas. La autoritaria intervención de la SUNEDU ha obligado a más de 600 autoridades entre rectores, vicerrectores y decanos a dejar sus cargos usando políticamente su atribución supervisora. Hablan por sí mismas la anarquía y la violencia que no cesan.

Por supuesto que necesitamos calidad educativa y todos estamos de acuerdo en impulsarla decididamente pero sin desmedro de la autonomía universitaria, principio constitucional rector. Con la obstrucción y la intervención en las funciones internas se ha desatado una ola de amenazas jurídicas, políticas y económicas, todos excesos ostensibles en que ha incurrido y sigue incurriendo la SUNEDU.

A dos años de la Ley Universitaria, a las puertas de un cambio de gobierno son urgentes las modificaciones legales que revaloricen la autonomía universitaria, destierren la hostilización y el desorden y generen el incremento presupuestal que mejore la infraestructura y las remuneraciones docentes. Estamos ante una verdadera contrarreforma universitaria que conducida por Jaime Saavedra está dejando consecuencias deplorables. Quienes conocemos la realidad universitaria no podemos menos que rechazar su permanencia en la cartera de educación al igual que lo harán miles de docentes universitarios en el país. PPK ha asumido pasivos en Educación que pueden convertirse en una bomba para su flamante gobierno. Lamentable.

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