CIVILIZACION
VERSUS BARBARIE
Publicado en Político.pe el 21 de noviembre del 2015
Pocos pueblos como el
nuestro pueden comprender la destrucción y la barbarie del terrorismo como
maldad asumida y ejercida. El terrorismo no tiene nacionalidad, amenaza a la
humanidad desde que no sabemos dónde y en qué momento saca sus garras asesinas.
Todos somos blancos posibles y debemos sentirnos concernidos. Las ciudades de
nuestro continente no están a salvo de sus muchos disfraces y distintos
rostros.
La destrucción en
Paris es una alerta mundial. Nuestra solidaridad con Francia es un sentimiento
y un deber. Ya estamos en una guerra que no es
para nada el choque de
civilizaciones que anunció Samuel Huntington en 1996, es la civilización enfrentada a la barbarie. Nos apenan
los muertos en Siria y los que escapan de esa realidad asesina pero no podemos perder
de vista que en esta guerra no convencional la modernidad y la tecnología pueden
volverse contra todos. Francia ha dado prioridad al lado militar de una guerra declarada
en su territorio y ello cambia el escenario global como sucedió con los
atentados del 11-S. Se habla de victoria
militar contra los ejércitos yihadistas pero el enemigo no está concentrado en
un territorio, el Estado Islámico penetra en las mentes más allá de las tierras de Iraq y Siria. Cualquier café, estadio o plaza es una trinchera. La
muerte de Bin Laden no acabó con AlQaeda, liquidar el califato asesino puede
que no destruya la amenaza.
La doble moral que
llora los atentados de Charlie Hebdo y los recientes de Paris pero acepta los efectos
colaterales de la guerra de Irak o de
Siria, es decir la muerte de inocentes, encierra una gran hipocresía que
permite contar muertos buenos y malos, útiles e inútiles. La hipocresía es una debilidad
que fortalece al enemigo y le permite inocular veneno y fanatismo en las mentes
de los jóvenes. Afirmar los valores occidentales con nuestro derecho a vivir
con libertad pero también rechazar a quienes a nombre de la religión y de El
Corán persiguen cristianos, esclavizan mujeres, condenan homosexuales. El Islam
podría ser compatible con las libertades y los derechos siempre que no lo usen
las dictaduras teocráticas -muchas aceptadas por occidente- que enarbolan la
idea de un Dios brutal para mantener sus privilegios. Hasta Francisco los ha
llamado malditos.
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