domingo, 21 de junio de 2015


 
RECUPERAR
LA CONFIANZA



Publicado en el Portal Punto de Encuentro 20 06 15 

Cambia la correlación de fuerzas. La oposición concedió la delegación de facultades para que un asentado Pedro Cateriano pueda conducir el barco durante el tramo final no sin antes hacer una exhibición de fuerzas al insistir en la exoneración a las gratificaciones con una sólida votación. El varapalo debe haberse sentido en Palacio donde el gobernante y su mujer se debaten en la maraña de denuncias e investigaciones sin mucho éxito a estar por la disminución de su aceptación en las encuestas lo que podría tener como límite el suelo con la consecuencia de la total deslegitimación.

El gobierno tiene en Cateriano una fortaleza democrática cuya ductilidad le ha permitido capear la crisis pero no solucionarla. La desconfianza permanece, las dudas y sospechas han escalado al punto que Nadine Heredia encabeza la lista de los mayormente corruptos dejando sin aliento ético a un gobierno que tuvo como bandera la honestidad que haría la diferencia.

Nada de esto y sí más de lo mismo en cuanto a opacidad y falta de voluntad para el esclarecimiento ante la acumulación de denuncias que han dejado en el camino la imagen gubernamental. Y lo peor es que parece ser solo el comienzo. Una inmensa incertidumbre interroga el futuro cercano de una pareja que apostó por el poder y ganó el primer premio sin estar preparada para tal responsabilidad. Y como se está viendo sin exhibir especiales capacidades para ello. En el tramo final de su aventura política las cosas se les complican, la oposición confirma su fuerza y su experiencia mientras desde el gobierno proliferan las respuestas impolíticas, improvisadas y oscuras aderezadas con disfraces e improperios. El carnaval político acentúa la desconfianza y la imagen de aventurerismo se extiende.

La oposición está ad portas de recuperar el control del Congreso mediante la conducción de su Mesa Directiva. Recuerda al exitoso presidente de unidad que fue Antero Flores Araoz cuando Alejandro Toledo se enfrentaba a la deslegitimación.

La responsabilidad de la oposición unida está en poner el hombro para el control de daños. Le corresponde conducir el barco en momentos de campaña electoral para que el gobierno culmine y entregue el mando como convenido. También le toca velar por la transparencia y la limpieza en el uso de los recursos del Estado cuando tenemos un partido de gobierno cuya cuestionada presidenta tiene el primer interés en participar y ganar las curules necesarias para su defensa y protección en el próximo gobierno. Para ese futuro ya está anunciado el desembalse de declaraciones de Martín Belaunde Lossio a quien deberá levantarse el régimen excesivo que padece y brindarle la protección indispensable para la búsqueda de la verdad.

Finalmente, no menos importante, la oposición deberá hacer todo lo necesario para recuperar la confianza en las instituciones y en la democracia. El desafío más difícil es recomponer la erosionada imagen de la clase política. Tiene la oportunidad de activar el flanco ético tan venido a menos en tiempos en que una cierta condescendencia de los llamados partidos tradicionales con la corrupción, puede abrir puertas a aventureros que llegan al poder a aprovecharlo y no a cumplir con lo prometido. Como estamos viendo.

 

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