viernes, 24 de octubre de 2014

¿Y LOS JOVENES?


 
JUVENTUD Y POLÍTICA.

Publicado en Diario Uno, 18 10 14
 
Miles de jóvenes en las ciudades del mundo toman los espacios públicos, manifiestan por una democracia real, se asumen como agentes de cambio, consecuentes, comprometidos y sensibles a las injusticias sociales. Ellos son un capital político con voz y voto, impulsores de una sociedad incluyente, democrática y participativa, que reclaman derechos, obligaciones y deberes.

¿En el Perú se está dando este cuadro? ¿Participan los jóvenes en las decisiones políticas? ¿Están interesados en definir el tipo de sociedad que queremos? La gran mayoría no parecen convencidos de su participación en el amplio espectro de la política ni de su impacto en el desarrollo del país, a pesar de su evidente peso electoral.

Nos hemos quedado con la visión de la juventud de los años sesenta y setenta del siglo pasado cuando el joven era el ícono de la transformación social y cultural. Era para unos el sujeto histórico del cambio sociopolítico y para otros la amenaza al orden social. Esa imagen de la juventud se construyó en torno a compromisos, desafío a lo establecido, innovación cultural y politización.

Por diferentes factores, sociales e históricos, hemos pasado de esa juventud contestataria y comprometida en el siglo XXI a la del joven exclusivamente preocupado por sus necesidades e intereses individuales, la generación X, indiferente a los asuntos colectivos, ausente del espacio público aunque de vez en cuando irrumpa de manera caótica, imprevisible y efímera. Esa visión negativa de la juventud es falsa, es la coartada para excluirlos y dificultar su integración. Lo vemos cada día en los claustros universitarios donde se les convoca y siempre responden muy bien con sensibilidad y responsabilidad. Paradójicamente el discurso oficial los presenta como promesas, con potencialidades para el futuro pero no para el presente.

Pero los jóvenes no viven en el futuro sino en el ahora. Partidos y medios de comunicación son los escenarios de la política hoy y en ellos se les debe dar protagonismo efectivo en actividades que favorezcan su ciudadanía activa, promuevan su responsabilidad personal y su implicación cívica en la vida social. Corresponde a los políticos convocarlos, apelar a ellos, confiar en su liderazgo real y convencerlos con propuestas serias y solventes. En la línea de lo que logró Barack Obama en Estados Unidos en el 2008 y también PPK en las elecciones pasadas y Enrique Cornejo en las recientes municipales. Los jóvenes son motivados por el aire profesoral y los conocimientos, por la política valorativa y no por las guerras sucias, por planteamientos eficientes no demagógicos. Superar la barrera de la desconfianza, del desinterés y la percepción negativa de la política, aprovechar la ciberpolítica para generar bases solidas con los jóvenes en busca de diálogos políticos que tanta falta hacen en un país fragmentado y tan requerido de ética colectiva. Es el puente para su sensibilización social, para que se integren a la agenda inclusiva constructora de la democracia que queremos. Deben estar y tienen que estar.

 

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