miércoles, 26 de febrero de 2014

VENEZUELA


 

DE LA VIOLENCIA AL DIALOGO

 
Preocupados por lo que sucede en Venezuela, los demócratas latinoamericanos vemos como se proyecta la polarización interna al continente. Conocemos el estado de ánimo de los estudiantes y opositores al gobierno de Nicolás Maduro y reconocemos en él al que tuvimos y alentamos cuando luchamos contra el fujimorismo en las calles, cuando la indignación se extendió hasta culminar en la multitudinaria Marcha de los Cuatro Suyos que legitimó la protesta y finalmente detonó la caída de un régimen que en su momento había contado con masivo apoyo popular.

En Venezuela la represión viene dejando pérdidas humanas y una imagen de violación de los derechos humanos. Maduro ya debe estar claro en que la antidemocracia nunca paga. La protesta es un derecho ciudadano y la represión con muertos, heridos y detenidos sólo echa leña a la hoguera del descontento que evoluciona hacia mayor violencia generando un círculo vicioso que desestabiliza y paraliza al país. La oposición legal y legítima debe ser respetada. La indeseable polarización se prolongará si sus líderes no se esfuerzan por entenderse. Cada violación a los derechos humanos es un paso hacia la autodestrucción.

 
Por eso es importante que la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, CELAC, después de su exitosa cumbre de La Habana, dirigida por gobiernos cercanos a Caracas, haya llamado a Nicolás Maduro, “a continuar los esfuerzos para propiciar un diálogo entre todas las fuerzas políticas del país”.

La CELAC ha formulado un indispensable pedido de garantía de “información fidedigna y veraz” y el pleno respeto de “todos” los derechos humanos, frases que aluden a la guerra mediática que desde hace algún tiempo se libra entre el gobierno venezolano y los medios de comunicación de propiedad privada. “Nuestra Comunidad rechaza la violencia y promueve la seguridad ciudadana, la paz, la estabilidad y el desarrollo; y considera que en todo momento debe garantizarse la institucionalidad democrática” dice la CELAC.


Interesante llamado de un espacio integrador promovido por Hugo Chávez que viene funcionando sin la presencia de Estados Unidos ni de Canadá desde el 2011. Con vocación de equilibrio el comunicado de sus 33 integrantes se solidariza con “el pueblo hermano” de Venezuela “y alientan a su gobierno a continuar los esfuerzos para propiciar un diálogo entre todas las fuerzas políticas del país, en aras de la paz y la unidad nacional que el pueblo venezolano requiere para continuar su marcha hacia el progreso y el bienestar”.

También la Internacional Socialista, IS, que reúne a las fuerzas socialdemócratas de todo el mundo en un espacio que podría considerarse cercano a Caracas, ha censurado la represión y a los grupos irregulares armados. El panameño Martín Torrijos, presidente del Comité de la IS para América Latina y el Caribe, ha solicitado el diálogo y el respeto a los derechos humanos afirmando que “las autoridades de gobierno deben de contribuir a generar una cultura que reemplace la confrontación por el diálogo y la negociación, como acontece en todas las naciones donde existe la democracia”. Llamados de sentido común a Nicolás Maduro para que encuentre el mejor camino para detener la violencia.

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