UNA NUEVA Y
PROMISORIA ETAPA
Sin dudarlo la oportunidad es histórica. Este 27 de enero
la Corte Internacional de La Haya dará a conocer el fallo que resuelve el
diferendo marítimo entre Perú y Chile. Un fallo que nos interesa a todos, que se acatará y
se ejecutará de forma inmediata como ya lo han dicho en todos los tonos el
presidente Humala y sus funcionarios. El
Perú podrá ejercer sus derechos de soberanía y jurisdicción después de que la
lectura termine, en la forma en que el fallo lo decida.
La demanda ante la
Corte de La Haya no afectó el curso de las relaciones entre los pueblos del
Perú y de Chile, el fallo tampoco debería afectarlas. Son las mejores y van
creciendo en calidad y cantidad. Tenemos inversiones importantes, diálogo
político y diplomático fluido, tránsito de personas libre, dinamismo del
comercio y del turismo, vínculos empresariales intensos. Son muchos los intereses
compartidos. La sentencia de La Haya traerá más confianza y estabilidad.
Por eso hay unidad y
optimismo entre los peruanos para esperar el fallo. Superando legítimas
diferencias políticas, partidarias, ideológicas, subordinando pretensiones
individuales o de grupo los peruanos de todas las canteras privilegian el
pensar en el Perú y en su futuro. Nuestros intereses nacionales han sido brillantemente
defendidos y sustentados, nuestra defensa ha sido transparente y de consenso. La
confianza se ha instalado en esta apuesta por el futuro de nuestros pueblos. En
el avance sustantivo de la relación bilateral ya que el Perú y Chile tendrán
definida su frontera marítima y desaparecerá una cuestión pendiente en materia
de soberanía.
Hay que recordar dos
figuras señeras que pusieron las bases del momento histórico que hoy vivimos. La
del almirante Guillermo Faura Gaig, Comandante General de la Marina y Ministro de
Juan Velasco Alvarado quien con su libro sobre los límites del mar peruano puso
el tema con inteligencia, conocimiento y valentía, a pesar de los muchos
sinsabores que le significó la defensa de sus ideas. Y la del preclaro
diplomático Miguel Angel Bákula quien trabajo con el marino convencido de la
razón de sus planteamientos. Los dos hicieron el camino para el fallo que
estamos esperando a partir del cual dos países vecinos y complementarios ejercerán
sus nuevos derechos de soberanía y jurisdicción. El diálogo político y
diplomático continuará para dinamizar los vínculos económicos y sociales y
fomentar aún mayor confianza.
Estaremos ante un
fallo de puro derecho. Cualquiera sea la opción que determine la Corte, el
fallo será bueno para el Perú. No será un fracaso o un éxito, será una
definición positiva que ambos países se han comprometido y obligado a aceptar y
acatar.
Esencial es que el fallo
consolidará el principio de la solución pacífica de las controversias. Algo de enorme
significado para el continente porque Perú y Chile son naciones que asumiendo las
lecciones del pasado, creen y aplican la primacía del derecho sobre el
conflicto y el uso de la fuerza. Será una contribución efectiva a la democracia
y a la paz en la región.
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