¿FELIZ 28?
En Correo el 28 de julio 2018
Hoy es el
día de la patria. Pero algo muy grave y profundo nos afecta. Estamos
preocupados por el presente y por el futuro, no tenemos confianza en nuestros
líderes y en nuestras instituciones. Ojalá sea la oscuridad de la noche que
anuncia un nuevo amanecer. Los poderes del estado están en el trance y la
urgencia de recuperar legitimidad. Un camino que deberíamos recorrer en el
tiempo más corto posible para colocarnos en un nuevo partidor político, social
e institucional.
Nada fácil.
Nos toca recuperar la calma y la reflexión, impedir que la crítica derive en
extremismos que significarían arrojar el agua sucia con el bebe adentro. Y el
bebe es el Perú que deseamos justo, próspero, desarrollado y ético. Un ideal
difícil de lograr desde la contaminación de la corrupción altamente tóxica que
aparece en los lugares y los niveles menos sospechados. El daño moral está
hecho y la reacción colectiva es de rechazo fulminante que va de las pantallas televisivas
a las calles sin mucho espacio para el debate racional y la confrontación de
argumentos e ideas.
No
olvidemos que el lado bueno de las instituciones lesionadas también existe, que
la continuidad es un desafío en términos de rescate de un país que no puede
estar a la deriva. Lejos de los ataques y la diatriba más cerca de la razón,
evitando las reacciones puramente emocionales y hepáticas hablar de consensos constructivos
es en este momento válido e indispensable. Nos falta un grupo de personas
notables y reconocidas que apoye al Ejecutivo en esta tarea ética y política en
el mejor sentido. Ojalá se organice pronto.
Esperamos
un discurso presidencial positivo y racional. Martín Vizcarra ascendió en un
momento excepcional y éste lo es aún más. El personifica la nación y también
las esperanzas de que podremos reconstruir la confianza perdida. ¡Feliz 28!
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