LA PRISIÓN PREVENTIVA
DEBE SER EXCEPCIONAL
En Político. pe el 29 04 2018
El abuso de la prisión preventiva está en el candelero después de la
sentencia del Tribunal Constitucional a favor del Habeas Corpus demandado por
Ollanta Humala y Nadine Heredia. En el Perú los penales están llenos de
reclusos sin sentencia cuyos cargos no han sido probados en juicio y muchos ni
siquiera tienen acusación fiscal.
La legitimidad de las sentencias o de los fallos del Poder Judicial y del
Ministerio Público depende del debido proceso y del respeto a las garantías de
justicia, entre ellas la presunción de inocencia y la celeridad. Es
indispensable que toda sentencia de prisión se sustente siempre en delitos
probados, es decir después del juicio correspondiente. Hay un abuso del recurso
a la prisión preventiva y los magistrados del TC han establecido un referente hacia
adelante. Luchar contra la corrupción de modo efectivo y eficiente requiere de
una sólida institucionalidad dentro de la democracia y el estado de derecho.
Esta es la base.
No es lo mismo que autoritarismo o arbitrariedad que no abona en ninguna
eficacia modélica para la disuasión. La justicia no puede basarse en excesos ni
abusos de poder. Las instituciones importan dicen los grandes organismos
multilaterales y en el caso presente un tribunal alto e inapelable ha puesto su
opinión informada por encima de las presiones mediáticas y políticas, como debe
ser.
Porque no pueden imponerse los juicios mediáticos. Aquellos que permiten
que medios y periodistas sean los que diriman sumariamente y pretendan imponer
sentencias sin las garantías de justicia en especial con poco respeto a la
presunción de inocencia. Una prensa independiente y libre de cualquier poder
político o económico es indispensable. Si no existe se distorsiona la
impartición de justicia, se contamina o se obstruye generando el efecto
contrario a la defensa de la sociedad. La justicia no se banaliza.
Ello no quiere decir que no exista censura social sobre el manejo político
de la mal llamada pareja presidencial del humalismo, ni que deje de investigarse
severamente su presunto lavado de activos y menos que se deje pasar la soberbia
y el descarado protagonismo que implicó la usurpación del poder por Nadine
Heredia. Y por supuesto la responsabilidad del expresidente que la permitió. El
elegido fue él y no ella y toda traición a la representatividad entregada por
el voto popular es censurable. A lo que se agregarían contra él los gravísimos
cargos por el caso Madre Mía.
El TC ha puesto las cosas en su sitio en un procedimiento en que los
imputados estaban en prisión mientras otros personajes en casos similares
llevaban su proceso en libertad. Para los Humala Heredia no hay acusación
fiscal ni inicio de juicio. Que los juzguen, que les prueben los cargos y
entonces que los pongan en prisión, no antes.
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