LA PERFIDIA COMO POLÍTICA
En Político.pe el 19 de mayo 2018
La
metodología de grabar con cámara oculta para tener las imágenes que permitirán
chantajes, sobornos, resultados políticos es repudiable. Tenemos un gran
maestro que dejó discípulos aplicados. Han transcurrido casi 18 años de ese 14
de setiembre del 2000 cuando las pantallas se llenaron de las imágenes que
venían de un video bomba que remeció al país, a sus cimientos sociales y políticos. Vimos al
todopoderoso asesor presidencial Vladimiro Montesinos entregando miles de
dólares a Alberto Kouri Boumachar, congresista
elegido por las filas del opositor Perú
Posible, por su pase a las filas gobiernistas. La indignación recorrió el país
y ahí se inició la caída de la dupla Fujimori Montesinos.
Después
se sabría de los numerosas grabaciones a los incautos que cayeron en sus redes,
aquellos que pasaron por la salita del SIN, a quienes el superespía puso precio
desde el preciso conocimiento que tenía de sus problemas financieros,
personales, profesionales y demás. Todos fueron premiados con los dineros del
Estado por su perfidia y su traición y quedaron para la historia de la infamia
debido a la siniestra metodología que convirtió a Montesinos en el dueño de
vidas y honras.
No ha sido suficiente este tiempo pasado para que la sociedad y la clase
política internalicen el repudio de estos métodos. Están muy cercanas las imágenes
de los keiko o kenyivideos, que dieron a conocer el operativo de salvataje del
expresidente PPK en las vísperas de una vacancia cantada. Vimos grabados con
cámara oculta a congresistas negociando votos y prebendas en una feria culposa
que terminó con la renuncia del Presidente elegido para dar paso al nuevo
gobierno de Martín Vizcarra.
Hoy nadie quiere recordar las toneladas de lodo que con esos videos cayeron
sobre el Ejecutivo pero también sobre el Legislativo y sus modalidades vedadas
de enriquecimiento. Estamos en pleno proceso de desafuero de Kenyi Fujimori y
sus avengers pero los que hoy fungen de impolutos jueces y proclaman ser los
líderes anticorrupción no quieren ver o aceptar que todo el Congreso ha sido
tocado.
En otra muestra de la política artera de la emboscada hemos visto el
operativo montado en el Lugar de la Memoria por el general Edwin Donayre que
tendió una trampa a una guía para presentarla como apologista del senderismo. Y
por ello consiguen no solo el despido de la guía sino también el de la funcionaria
responsable de una institución creada para la reflexión social. En las
antípodas de la búsqueda de la pacificación la estrategia de presentarse como
víctima con un grupo de cómplices para provocar respuestas y grabarlas con
cámara oculta no es para nadie edificante. Querían desprestigiar al LUM y usaron los mismos métodos que para hacer
caer un presidente.
Lamentable que el fujimorismo no aprenda las lecciones de la historia y que
gente como el general Donayre sea celebrada en el afán de reescribirla apostando
a la desmemoria o al desconocimiento. Quienes se pretenden héroes de la
anticorrupción y salvadores de la patria no lo serán cuando nos retrotraen a
las etapas más oscuras del país, usando sus mismos métodos.
Más lamentable aún que la ministra de Cultura haya cedido a este tipo de
presiones y técnicas. Muy eficientes para los objetivos de distorsión o
desinformación y también para desvalorizar la política al desligarla de la
ética.
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