TIEMPOS DE ESPERA
En Correo el 13 de enero 2018
La crisis permanece mientras PPK se fragiliza más, al punto de pedir que lo
dejen trabajar. La política peruana sigue en shock solo ignorado por quienes se
han puesto la venda y la banda. Se equivocan quienes consideran como un hecho
la reconciliación ficta. El simplismo asusta, la debilidad reina y pierde el
país. Tenemos un presidente que cree haber salido indemne de su traumática
travesía de fin de año, confía demasiado en que sus electores no le cobrarán
por haberles dado groseramente la espalda al pactar su permanencia en el cargo
con el fujimorismo. El carecer de cuadros de gobierno con ideología y objetivos
le pasará factura y el corte y pega del gabinete no da para los mejores
augurios aunque existen al interior personalidades confiables que podrán hacer
excelente papel como Abel Salinas, en Salud, por ejemplo.
Tiempo de espera y de oraciones. Es de pronóstico reservado el resultado de
las protestas en las calles y del cuestionamiento legal al escandaloso indulto
en las instancias internacionales. Mientras tanto Fuerza Popular y el
oficialismo se reacomodan para enfrentar sus disidencias que son muchas y
fuertes. El fujimorismo perdió su hegemonía congresal absoluta y el partido de
gobierno se debilitó hasta el bloqueo interno. Muy peligroso. Habrá que esperar
para que la permisividad y la indiferencia de muchos ciudadanos no sea parte de
la crisis que se hace crónica. Nadie está pensando en lo que significa patria,
democracia y anticorrupción.
La
juramentación del equipo ministerial no es la gran solución. Más que gabinete
de la reconciliación es un gabinete de flotación para que el gobierno no se
hunda y nosotros con él. Seguimos creyendo que la mejor opción es la renuncia
de PPK en favor de Martín Vizcarra. Si es suficientemente lúcido para
protegerse a sí mismo y al país.
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