LA VACANCIA
QUE NO PROSPERÓ
En Político.pe del 23 12 17
En un Estado de Derecho ninguna decisión
política puede ir contra el derecho de defensa. La oposición, liderada por el
fujimorismo, quiso aprobar la vacancia presidencial por incapacidad moral,
confiada en su superioridad numérica sin atender la necesidad de investigación
y de pruebas.
PPK aceptó su responsabilidad en la
situación más grave que le haya tocado enfrentar en su vida política. Debió
reconocer ser negligente y hasta manipulador pero su defensa fue consecuente.
Nunca aceptó ser corrupto aunque todavía deberá probarlo para despejar dudas y
desconfianzas que no pueden darse en el Presidente del país.
Una primera batalla ha sido ganada por
PPK y por quienes defendían la democracia frente a la desestabilización y al
control total del poder por el fujimorismo. Y esta victoria parcial comenzó
cuando PPK cambió su estrategia política el miércoles en la noche cuando
apareció flanqueado por sus dos vicepresidentes que se mostraron leales y
consecuentes. Ya en el hemiciclo su actitud y su discurso fueron positivos para
su causa para la cual contó con la brillante defensa de Alberto Borea quien le
sacó lustre a su oratoria parlamentaria, a sus conocimientos y a su sólida
formación como político y constitucionalista.
Se habló mucho del debido proceso y del
concepto de incapacidad moral permanente que nadie pudo definir con
independencia del de falsedad o mentira que no figuran constitucionalmente como
causales de vacancia presidencial. Pero el debido proceso -por más político que
sea el enjuiciamiento- no puede desligarse del derecho de defensa que solo
puede darse a partir de pruebas si no queremos un festival de afirmaciones y
agresiones sin sustento como el que tuvimos. No dieron tiempo a la
investigación a pesar que el presidente había solicitado la apertura de su
secreto bancario para que se prueben los abonos que Odebrecht afirma que
entregó.
Borea se refirió varias veces y con
mucha razón al decenio de Alberto Fujimori, cuando se hablaba de un
sistema democrático y sin embargo las sentencias se daban
en el SIN de Vladimiro Montesinos. Y sostuvo porqué la propuesta de vacancia encerraba
un golpe de Estado para conseguir todo el poder asumiendo el
Ejecutivo como gobierno de transición.
El núcleo de su defensa fue la ausencia
de elementos de convicción total para una definición tan grave. Acertadamente
afirmó que "no se puede ir a un juicio moral si no se tiene la certeza del
hecho".
Aunque a los catones les eran
suficientes la consigna y el número para conseguir un gobierno de Galarreta y
desdeñaron erróneamente la razón y el sentido fundamental del trance al igual
que la importancia de la estabilidad política y democrática puesta en riesgo.
No atendieron el sentido patriótico del
voto que tuvo su momento cumbre al final de la jornada en el corto e inspirador
discurso de Jorge del Castillo. Ni defensa de PPK ni ataque a los mayoritarios,
sí protección al país, a su equilibrio democrático, a sus mejores ideales de
progreso y desarrollo asumiendo la unidad como instrucción ética. Un mensaje
más necesario que nunca cuando el vendaval Lavo Jata amenaza con el páramo
entre la clase política y empresarial peruana.
Bien por los congresistas que
supieron escuchar al pueblo que se mostraba indignado por el abuso del poder. Y
a las calles donde se impugnaba la prepotencia disfrazada de falsa moral.
La mayoría ha perdido una batalla pero
no olvidar que sigue a la espera de la investigación que devuelva la confianza
en el Presidente de la República que personifica a la nación.
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