sábado, 24 de junio de 2017




RECONSTRUCCIÓN 
POLÍTICA

En Político. pe el 23 de junio 2017
¿Dónde están los cientos de miles de peruanos que fueron afectados por los desastres naturales en el norte? Lo preguntamos hace algunas semanas porque lamentablemente se han tornado invisibles para la ciudadanía que no sabe qué pasó con ellos y cómo de una sola fuerza en la solidaridad del primer momento pasamos al olvido para dejarlos a su suerte dos meses después sin que nadie reclame por los reflectores mediáticos ausentes.
Se ha hablado mucho de la reconstrucción con cambios pero ésta no puede ser solo de fierro y cemento, debe ser de casas, hogares, escuelas, trabajos, cosechas, créditos, etc. etc. Una reconstrucción social humana junto a una reconstrucción moral de autoridades e instituciones que han perdido la confianza porque son ineficientes, corruptas o simplemente irresponsables o insensibles.
Todo esto forma parte de una agenda importante y esencial para los peruanos que también debería serlo para el fujimorismo y para el gobierno de PPK, en pugna incontrolable y permanente. En lugar de que el Congreso se dedique a jugar el bowling con los ministros de PPK y de que éste permanezca a la defensiva maquinando como recuperar la iniciativa política para responder a los agravios, ambas fuerzas deberían unirse para hacer frente a las secuelas de la emergencia tan dolorosas para cientos de miles de peruanos que no por no estar en la atención mediática han dejado de existir.
Y no solo eso. El momento es más que delicado porque los conspiradores extremistas de un lado y del otro lo hacen propicio para las soluciones radicales colocando a un gobierno que recién cumplirá un año en difícil situación. El fujimorismo puede estar usando mal su avasalladora mayoría parlamentaria pero también es cierto que el gobierno le sigue el juego avanzando de amenazas simples a amenazas dobles. Al activar el péndulo de la presunta vacancia y el presunto cierre del Congreso ingresamos a un juego de suma cero que de hecho podría llevarnos a una debacle nacional.
Imperativamente la reconstrucción también debe ser política. Lo deseable es que PPK empiece el diálogo y la negociación secundado por un gabinete de ancha base desde el cual sus operadores implementen respuestas y negociaciones a partir de un acuerdo programático que el país exige a gritos para salir del hoyo, para atender a los damnificados que hoy son refugiados en su propio país y para lograr el avance en los objetivos que compartimos, especialmente bienestar y seguridad.
Competir desde el poder significa negociación y acuerdo sin descuidar la lucha, el conflicto y el antagonismo. La política nos trae ambas dimensiones y la población vigila, observa y premia a quienes tienen la habilidad de lograr la suma positiva del consenso y no la permanente exacerbación del conflicto antagónico.
Está visto y oído que hacer política no es sólo aplicar técnicas de manejo económico o de gobierno, es trabajar muy fino y negociar, ojalá desde sólidos y consistentes equipos de ambas fuerzas, para hacer realidad tantas promesas electorales que podrían quedarse en el camino llevando a la frustración a toda una nación y lo que es peor a la desconfianza en la democracia misma.


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