RECONSTRUCCIÓN
POLÍTICA
En Político. pe el 23 de junio 2017
¿Dónde están los cientos de miles de peruanos que
fueron afectados por los desastres naturales en el norte? Lo preguntamos hace
algunas semanas porque lamentablemente se han tornado invisibles para la
ciudadanía que no sabe qué pasó con ellos y cómo de una sola fuerza en la
solidaridad del primer momento pasamos al olvido para dejarlos a su suerte dos
meses después sin que nadie reclame por los reflectores mediáticos ausentes.
Se ha hablado mucho de la reconstrucción con cambios
pero ésta no puede ser solo de fierro y cemento, debe ser de casas, hogares,
escuelas, trabajos, cosechas, créditos, etc. etc. Una reconstrucción social humana
junto a una reconstrucción moral de autoridades e instituciones que han perdido
la confianza porque son ineficientes, corruptas o simplemente irresponsables o
insensibles.
Todo esto forma parte de una agenda importante y
esencial para los peruanos que también debería serlo para el fujimorismo y para
el gobierno de PPK, en pugna incontrolable y permanente. En lugar de que el Congreso
se dedique a jugar el bowling con los ministros de PPK y de que éste permanezca
a la defensiva maquinando como recuperar la iniciativa política para responder a
los agravios, ambas fuerzas deberían unirse para hacer frente a las secuelas de
la emergencia tan dolorosas para cientos de miles de peruanos que no por no
estar en la atención mediática han dejado de existir.
Y no solo eso. El momento es más que delicado porque
los conspiradores extremistas de un lado y del otro lo hacen propicio para las
soluciones radicales colocando a un gobierno que recién cumplirá un año en
difícil situación. El fujimorismo puede estar usando mal su avasalladora
mayoría parlamentaria pero también es cierto que el gobierno le sigue el juego avanzando
de amenazas simples a amenazas dobles. Al activar el péndulo de la presunta
vacancia y el presunto cierre del Congreso ingresamos a un juego de suma cero
que de hecho podría llevarnos a una debacle nacional.
Imperativamente la reconstrucción también debe ser política.
Lo deseable es que PPK empiece el diálogo y la negociación secundado por un
gabinete de ancha base desde el cual sus operadores implementen respuestas y
negociaciones a partir de un acuerdo programático que el país exige a gritos
para salir del hoyo, para atender a los damnificados que hoy son refugiados en
su propio país y para lograr el avance en los objetivos que compartimos,
especialmente bienestar y seguridad.
Competir desde el poder significa negociación y acuerdo
sin descuidar la lucha, el conflicto y el antagonismo. La política nos trae
ambas dimensiones y la población vigila, observa y premia a quienes tienen la
habilidad de lograr la suma positiva del consenso y no la permanente exacerbación
del conflicto antagónico.
Está visto y oído que hacer política no es sólo aplicar
técnicas de manejo económico o de gobierno, es trabajar muy fino y negociar, ojalá
desde sólidos y consistentes equipos de ambas fuerzas, para hacer realidad tantas
promesas electorales que podrían quedarse en el camino llevando a la
frustración a toda una nación y lo que es peor a la desconfianza en la
democracia misma.
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