RECONSTRUCCION
VIGILADA
En Político.pe el 02 de mayo de 2017
El tema fundamental para la inmensa tarea que le
espera al país es como se integrará la Autoridad de reconstrucción para conducir
un proceso que no será fácil. Deberá contar con un líder consensuado que
capture la aceptación y el apoyo de la mayoría parlamentaria. Asimismo deberá ser
fortalecida para responder de verdad al grito de Perú, una sola fuerza.
Y en este sentido ha sido Kenji Fujimori el
congresista más asertivo respecto de la perspectiva de la gran tarea que espera
al país. Y lo ha hecho al precio de confrontar con su propia bancada en el
momento del debate del proyecto de ley. Llamó a Fuerza Popular, “como un sola
fuerza, a respaldar la reconstrucción de inmediato, sin más confrontación ni
obstrucciones” es una obra maestra de la oportunidad y la lección política que
se reflejó en su arenga final “¡Construyamos una agenda común! ¡Volteemos la
página!”.
Y tiene razón. Los fujimoristas, como todos los políticos
deberían entender que la reconstrucción será unitaria, participativa y
supervisada o no será. Para ello les toca olvidarse de las inmaduras rabietas
de la segunda vuelta y ponerse a tono con la multitud que reclama unidad y
eficacia. Que busquen integrar la Autoridad de la Reconstrucción si quieren
ayudar. Que no se marginen del clamor de una sociedad que quiere volver a
confiar en sus políticos demasiado afectados por la ineficiencia y la irresponsabilidad
Todos queremos que la ejecución del gasto en la reconstrucción sea
impecable, que no haya apuestas, cubiliteos o repartijas de los grandes montos
que estarán en juego. En este sentido coincidimos con Felipe Norris quien, en
estas mismas páginas, ha planteado la urgencia de un nuevo marco legal para la
ejecución de la inversión pública dado que el que tenemos no permite que las
obras se implementen en forma eficiente y rápida. Tampoco nos protege de la
corrupción.
Norris habla con mucha propiedad de una reforma de fondo que en el
momento se ha visto postergada para preferir una ley especial para la
reconstrucción con sus propias reglas de control a cargo de la Contraloría. Es
por cierto una excusa válida la urgencia de implementar las obras de
reconstrucción pero no posterguemos la ley general que necesitamos para
ejecutar obras públicas en el país.
Muy
importante que la ley aprobada reconozca la importancia de la autonomía de la
contraloría general para la supervigilancia indispensable. Le corresponderá junto
con el Congreso el control de resultados y la fiscalización ojalá dentro de una
nueva política referente a las rendiciones de cuentas.
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