CHEQUEA CON EL ‘PRESI’
Publicado en el Portal Político. pe el 05 08 16
Pedro
Pablo Kuczynski está instalando un nuevo estilo de gobierno en las antípodas
del humalismo que con la confrontación y la diatriba cotidiana envenenó las
relaciones políticas. PPK exhibe entusiasmo, buena fe y buena voluntad que lo
llevan a veces a excesos y gazapos que requieren traducción y disculpas.
Felizmente tiene un premier concertador que se preocupa por los puentes y los
diálogos y los concreta con habilidad inesperada. Pero debe cuidarse.
Antes
de su primera sesión del gabinete ministerial, nos ofreció una sesión de
gimnasia como mensaje positivo de la necesidad del ejercicio físico y al
terminar dicha sesión dio a conocer los "Siete mandamientos" que sus
ministros deberán cumplir mientras estén en el cargo.
1.
Debes ser absolutamente incorruptible.
2. No te ‘infles’, sé modesto.
3. Recibe a la gente.
4. Conoce tu Perú, viaja por las regiones del Perú
5. Ocúpate de tu ministerio, no de los otros.
6. En caso de duda, chequea con PCM o con el
‘Presi’
7- Toma
las cosas con calma, sonríe y reza
Importante
recordarlos pues constituyen el marco para la rendición de cuentas en que la
impronta personal de cada ministro tiene peso definitivo. En la primera sesión del
gabinete dieron a luz las primeras propuestas que en seguridad y en salud parecen
muy acertadas.
Estamos
ante un presidente experimentado en la vida y en la política, con facilidad
para enviar mensajes sencillos y profundos, para despertar la esperanza y exigir
la colaboración y la coherencia ética, tanto de la gente que ha designado como de
la población que deberá adecuarse a un estilo diferente y cercano de gobierno.
PPK exhibe
gran voluntad de comunicarse con la población que lo invistió como mandatario. Directamente
y a través de los medios. Pero el entusiasmo puede jugarle malas pasadas y no
todos los auditorios pueden responderle con el beneficio de la duda y de la
buena fe. Vemos que la tienda naranja se asume como oposición responsable aunque
hasta el momento ha exhibido hostilización y críticas banales que sus mismos
electores desautorizan. Nadie acepta la permanente descalificación y el
prejuicio y menos aún a congresistas a los que nada gusta. Ojalá esta actitud
no se refleje en obstrucción futura y menos en la investidura del gabinete
Zavala.
Cuando el
país necesita propuestas y colaboración la mala fe y la discordia sistemática
no tienen espacios. La persistencia personal de PPK al frente de la lucha por
la delincuencia y su deseo de activar y presidir el Consejo Nacional de
Seguridad merece la aprobación de todos, la ampliación de atención de los
hospitales del MINSA también. Demasiada beligerancia molesta y hace recordar al
estilo humalista. Por eso bienvenida la actitud presidencial de atender las
críticas y de escucharlas pero con el tono no muy alto.
PPK no vive
en una nube, pisa tierra sin dejar que la hostilización lo paralice. Sabe que está gobernando un país que electoralmente se dividió en dos
mitades y no quiere una versión peruana de la cohabitación francesa que permite
dos cabezas -una del Presidente y la otra del primer ministro, que pueden
responder a Gobierno y oposición.
De ahí su
afán de conseguir gobernabilidad con base en la gente, conectar con la que votó
por él, por ser la alternativa opuesta al fujimorismo, pero también con la que
no votó por él, propósito difícil pero no imposible. Por ahora trata de buscar
los consensos mínimos respecto de la seguridad y el derecho a la vida para
desterrar la criminalidad que azota la capital y las principales ciudades del
país. A lo que se agrega la ilusión por el relanzamiento de la economía y de la
inversión privada.
PPK impulsa
lineamientos éticos y políticos que forman ya una nueva Hoja de Ruta para tener
al país de su lado. Busca dejar atrás el marasmo humalista para dar muestras de
acción y eficiencia. Ha comenzado a construir la legitimidad que lo acompañará,
ojalá, durante toda su gestión. Quiere recorrer el país, que sus ministros
también lo hagan y para cualquier duda que chequeen con el “Presi”. Suerte.