PPK A LA CONQUISTA
DE
LOS PUEBLOS
En Político.pe el 24 de junio 2016
Comenzó la
transferencia, pronto será la entrega de credenciales por el JNE al nuevo
gobernante y el Perú entrará de lleno en una nueva etapa que se anuncia
entusiasta, inspirada no sólo en el buen humor del presidente del apellido difícil,
también en la seriedad de su cargo y en sus condiciones personales y
profesionales de altísima calidad.
Un entusiasmo presidencial
que ya reclama decisiones. Una muy buena ha sido viajar para agradecer
personalmente el apoyo del pueblo cuzqueño en su tierra como un primer paso
para honrar sus promesas de campaña. La siguiente pascana debería ser Arequipa
tan generosa y decisiva y por supuesto le toca ir a la reconquista del norte.
En realidad debería recorrer todo el país, pueblos y regiones, que esperan
a PPK que deberá dosificar prudentemente su tiempo y su energía para responder
a la ilusión y esperanza que despierta un gobierno nuevo. Si así lo hiciera, con
un inteligente y comprometido peregrinaje nacional podría cerrarle el paso a ese
fujimorismo parlamentario que algunos quisieran agresivo y prepotente a partir
del uso forzudo e inconveniente de la mayoría obtenida en las urnas. No estamos
en tiempos de guerra sino de construcción. Por eso el mismo pueblo que los
eligió como representantes naranjas podría decirle no a una actitud intolerante
y de confrontación con un gobierno que sí dialoga y exhibe voluntad de superar la
polarización.
En una campaña electoral se pueden decir muchas cosas pero un ánimo de
pelea e inmadurez que persista podría afectar seriamente la estabilidad democrática.
Por eso los pueblos cívicamente desarrollados saben pasar la página. En las
antípodas de esa actitud deseable estarían las censuras de gabinetes o la disolución
del Congreso o las vacancias presidenciales por incapacidad. Nada de eso es
positivo ni será bien recibido por un pueblo ilusionado con esperanzas de
cambio. Los agravios y los rencores de una campaña se quedan en ella no tienen
porqué prolongarse malamente a lo largo de una gestión que todos deseamos
exitosa. PPK tiene ante sí una legitimidad por construir. Se ha dicho y
repetido que no hay lugar para la obstrucción, que vienen tiempos de hacer
política en el mejor sentido y conectar con el cambio.
Ni gobierno ni oposición
pueden actuar en contra de los intereses del país. Puede ser que no se sienten
a dialogar entre sí, como hubiera sido deseable, pero ambos están obligados a aceptar
ese gran derrotero común de hacer todo lo posible por construir bienestar para
los peruanos sin discriminación ni exclusiones en un marco de democracia y
Estado de Derecho. En esa línea nos encontramos todos.
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