CON K DE KULTURA
Político. pe el 26. 03. 16
En medio de un uso inconsiderado de las emociones y
la indignación, la polarización se entroniza para generar miedo, desinformar o
calumniar. Como hace quince años fujimorismo y antifujimorismo ocupan el
escenario y los recuerdos nefastos, que creíamos no tenían lugar en jóvenes que
no vivieron el drama de los noventa, ahora se hacen protagónicos a nombre de la
ética política. Los jóvenes dando lecciones a los viejos, trayendo a la escena lo que parecía borrado por la
complacencia o el interés para trivializar
lo que nos dejó el fujimontesinismo. En contra de quienes predican el
conveniente olvido y el perdón.
Las sociedades deben tener memoria de lo que no
queremos que se repita. Para ello necesitamos de la veracidad y del rechazo a la
manipulación de la información sobre lo que realmente sucedió cuando gobernó el
fujimorismo y cómo los principales responsables políticos de ese momento abdicaron
ante los hábiles manejos del Asesor Vladimiro Montesinos cuya influencia parece
no haber terminado. Su encierro físico no garantiza que su ejemplo y métodos se
hayan descontinuado y que no proseguirán en un gobierno de la delfina Keiko
Fujimori. De ahí las desconfianzas y los temores que se agrupan en Keikonova.
Que el JEE falle con nocturnidad a favor de Keiko
Fujimori alienta la desconfianza y la deslegitimación. Si bien sigue en carrera
se espera que en su momento el JNE aplique la ley con la misma fuerza y
claridad que con César Acuña. Nadie entiende como en un acto donde la K fue central
como propaganda ostensible ahora resulta que se refiere a un acto “Kultural” no
proselitista y no a la candidata Keiko ahí presente. Y que el regalo no era un
recurso para la popularidad de K. La ambigüedad intencional es juzgada como no
ética en situaciones en donde el objetivo es transmitir información clara. El
problema es el comportamiento antiético dentro de la comunicación política. Se
reclama que se ponga la verdad donde es evidente la manipulación que deja al
elector como poco inteligente por decir lo menos.
La polarización crece y nos puede llevar a excesos.
Se anuncia un cinco de abril movido no precisamente Kultural. A cuidar la
democracia, jugar con las calles es riesgoso, siempre pueden desbordarse o
replicarse incidentes nefastos como los del 29 de julio del 2000, posterior a
la Marcha de los Cuatro Suyos. No olvidar que hay filomontesinistas, sueltos en
plaza.
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