sábado, 30 de enero de 2016


TC ENMIENDA 

A LA SUNEDU

 

Publicado en Político.pe el 30 01 16

 

En plena campaña electoral el gobierno interviene las universidades a través de la SUNEDU. Y en la universidad privada uno de sus más conspicuos mentores es acusado de plagio de su tesis doctoral. Lo indeseable a la vista, violación en simultáneo de la autonomía y de la calidad académica.

 

Ante un pedido de aclaración del Colegio de Abogados de Lima el Tribunal Constitucional ha señalado que la SUNEDU no tiene las facultades para interpretar la Ley Universitaria y por tanto no puede fijar plazos para que se vayan a su casa los rectores que no habían concluido su mandato. Tarde. No podía pero pudo y así hemos visto como en San Marcos y en la Villarreal cundió el caos y el desorden ante el arbitrario plazo del 31 de diciembre 2015 impuesto por esa entidad del Ejecutivo.

 

El TC ha señalado que la determinación de cuestiones prácticas que pudieran derivarse de la Ley (como la fijación de una fecha límite para la designación de las nuevas autoridades universitarias) es ajena a las competencias del TC y corresponde al Congreso, por interpretación auténtica, o al Poder Judicial a través de un juez, pronunciarse sobre la aplicación concreta de las disposiciones y funciones de la SUNEDU. No tenía facultades pero las asumió con las consecuencias conocidas. ¿Alguien le llamará la atención o la sancionará o seguiremos aceptando la imposición y la arbitrariedad contra ley?


Lamentablemente la defensa de la autonomía universitaria es una voz solitaria y la crítica al atropello no se escucha. La SUNEDU seguirá empoderada a pesar de haber paralizado la acreditación en las universidades. Y es que todo lo pueden amparados por el gobierno humalista y por un circunstancial apoyo mediático que ha permitido que actúen al interior de las universidades sin escuchar ni leyes ni razones, escudados en una presunta búsqueda de la calidad educativa. Han violado flagrantemente el principio de retroactividad y han fortalecido una entidad subalterna que ahora se cree omnipotente por encima de lo que la misma Ley Universitaria señala. 

Todos queremos la calidad para la educación universitaria pero es evidente que no puede ser decretada por ley. Si así fuera podríamos esperar otra Ley que decrete la abolición de la pobreza y otra más urgente aún que elimine el hambre. ¿Por qué no? 

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