¿SALE VON HESSE
REGRESA URRESTI?
El ex ministro de Vivienda Milton von Hesse renunció a su precandidatura presidencial por el Partido Nacionalista, que el domingo 13 tendrá sus comicios internos. Lástima. Declina por razones personales pero era evidente la campaña en contra que sufrió por los congresistas de Gana Perú. No fue apoyado ni dentro ni fuera del partido. Muy pocos exhibían voluntad y afecto por el candidato y tampoco se sentían representados por el tecnócrata que quería adecentar la política y la campaña. De seguro preferían otra opción y un caracterizado Otárola así lo manifestó en los medios. Más claro ni el agua, Von Hesse debía irse por decencia, precaución y sentido de la realidad.
Más aún cuando en la
trastienda espera su momento del retorno el inefable Daniel Urresti, la ficha
que salió para que entrara Von Hesse. En las antípodas del estilo serio y
responsable, afanoso en la diatriba y el ataque directo, procesado nada menos
que por asesinato y violación, es el candidato que gusta a muchos nacionalistas.
Y les corresponde conforme a lo que entienden como sus ventajas comparativas, es
decir la confrontación pura y dura, adjetivada y aderezada. Un ícono de lo
indeseable en una campaña electoral que debiera privilegiar propuestas y no
anatemas y dicterios.
¡Qué tal partido de gobierno! No exhibe
estructuras orgánicas eficientes ni instancias de decisión, menos aún liderazgo
institucional. Esto se ha hecho evidente con este juego de candidaturas en el
que personajes serios salen eyectados por decencia y ausencias claras de contribuciones
positivas en los diferentes componentes del partido que lo respalda. Hacen agua
la bancada, la presidencia, los miembros notables, los voceros, más un gran
etcétera. Muy claros están para la ciudadanía sus problemas específicos, las
nefastas interacciones con el gobierno del fundador Ollanta Humala, la defensa y
blindaje de su Presidenta ante las consistentes denuncias, en especial las
derivadas de las agendas que se le atribuyen.
Triste papel. Gana Perú no responde a los
requerimientos de un partido moderno, serio, responsable y funcional para el
mejor gobierno posible. Lo han demostrado a lo largo de estos años pero la
renuncia de Von Hesse es una inmensa auto-confirmación de tal descalificación. Ojalá
el próximo partido de gobierno, que emerja de las elecciones de abril 2016, nos
entregue una mejor performance.
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