¿DIALOGO POSIBLE?
Publicado en Politico. pe el 19 de setiembre del 2015
Es
necesario dar tranquilidad a la población en este ambiente enrarecido por la
desconfianza, la incertidumbre, la manipulación para evitar investigaciones y
los rumores golpistas. Pero hay que tener cuidado con lo que se ofrece y la
forma en que se cumple. La convocatoria
al diálogo a iniciativa de Luis Iberico,
presidente del Congreso, es excelente
gesto. Aunque sabemos que en el pasado reciente solo ha buscado recuperar legitimidad. Lo usó el actual Primer Ministro
para lograr el apoyo en el Congreso. Lo convocó Ana Jara, acompañada de la
presidenta del nacionalismo, cuando el escándalo de la DINI. En sus diferentes episodios no ha
rendido frutos.
Muy
importante que se instale como práctica democrática, que recorra todo un régimen
para establecer objetivos superiores que deben cumplirse más allá de las
diferencias partidarias y de los intereses de grupo. Pero nuestro Acuerdo
Nacional sólo es llamado como bombero propagandista. Y está claro que el
gobierno de los Humala Heredia, en las antípodas del entendimiento, ha tenido como
constante la confrontación, la liquidación del adversario tratado como enemigo,
el doble rasero para enjuiciar a los otros mientras se protegen con todos los
recursos para evitar investigaciones. No estamos ante un gobierno cuya
honestidad hizo la diferencia ni su eficiencia hizo la transformación, ni
siquiera la inclusión que propugnaron ha
sido notable.
Estamos
ante el gobierno que hace dos meses obtuvo delegación de facultades para
afrontar la inseguridad y los problemas de crecimiento económico pero no han
hecho la tarea que ahora es agenda propuesta para el encuentro. Y a todos, cómo
no, nos interesa el avance en estos aspectos urgentes.
Muy bien que los
partidos acudan al llamado pero en función de
la coherencia están obligados a defender lo expuesto en su comunicado de
hace cuatro días, firmado por 14 organizaciones, incluyendo al mismo Luis Iberico
a nombre de su partido. En este caso la asistencia tiene prerrequisitos que
figuran claramente en el documento: independencia de poderes para que el Poder
Judicial y el Ministerio Público no sean subordinados por el poder político
para impedir la investigación a Heredia y allegados. Respeto a la
institucionalidad castrense en los ascensos para que ningún ruido de sables sea
estimulado por la arbitrariedad del Ejecutivo. Y como mínimo que el oficialismo
no influya para acallar periodistas incómodos.
Si el gobierno acepta
explícitamente estos supuestos los partidos podrán sentarse a conversar con
tranquilidad, caso contrario serán cómplices de otra mascarada.
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