NADA LE GUSTA A USTED,
TODO LE PARECE MAL
Publicado en el portal Punto de Encuentro 12 03 15
Los del título son los primeros versos de una alegre
polca criolla con la que celebramos ese ánimo tan negativo que tenemos los
peruanos que nos coloca siempre en la onda hipercrítica y descarta de plano la
posibilidad de que suceda algo diferente o que simplemente mejore lo presente. Nada
nos gusta y todo nos parece mal, Nos falta esperanza e ilusión pero también
energía para cambiar nuestro mundo y nuestra sociedad.
Esa especie de inercia tóxica
pone a la sociedad contra los políticos que siempre decepcionan y no están
jamás a la altura de lo que prometieron, sin hablar de cuando directamente
cambian de programa como sucedió en el 90 con Alberto Fujimori y diez años
después con Ollanta Humala. Ya elegidos es tan fácil dejar atrás las promesas
sobre las que se construye el contrato social con que el electorado les dio su
voto en una entrega que culmina lamentablemente
en la frustración y en la hipercrítica. El problema es que con esta actitud de
rechazo radical arrojamos el agua sucia con el bebe adentro, terminamos con
toda posibilidad, sin rescatar nada de lo positivo.
Así descalificamos a
todos los políticos porque son incapaces, inútiles, mediocres, roban y no hacen
obra. Y los que no merecen tales denuestos
se retiran justamente indignados y
agraviados para dejarnos sin posibilidad de recuperar la política como
actividad indispensable para la organización y el progreso de la humanidad. La
crítica es a la medida de nuestra decepción pero ella no obsta para que avance hacia
la voluntad de construir una mejor sociedad dando espacio a mejores políticos.
Exigiendo y depurando ese factor humano del que dependen las decisiones que
afectan a todos. Debemos mantener aspiración e ilusión para no condenarnos al
páramo, proscribiendo la carrera política que nos debe llevar al progreso y al
desarrollo desde manos honestas y calificadas. Hugo Neira hace un correctísimo alegato
por la carrera política responsable y bien construida. Y menciona que en su ausencia
se ha producido el suicidio de anchas colectividades. Los mayas, Bizancio, Roma
desde el siglo II, y también casos nacionales como el Japón de Pearl Harbor.
Todo ello para advertir que podríamos estar a dos dedos de esos abismos en la
medida en que nos regodeamos en el odio a la política cuando más la necesitamos
pero evidentemente una que convenga a los intereses nacionales. Por ello Neira rechaza
que se haya puesto de moda el despreciarlos, así sin alternativa.
Conocemos malos políticos pero también brillantes,
íntegros y honestos, entregados a su misión con lucidez y esfuerzo. No todos
roban ni entrar a la política solo a enriquecerse, ahí tenemos a Valentín
Paniagua, Fernando Belaunde, Alfonso Barrantes, Gustavo Mohme Llona, Héctor Béjar, Bedoya Reyes,
Armando Villanueva y el mismo Haya de la Torre que vivió con sencillez. Necesitamos
políticos de esa raza, maduros y experimentados, pero también jóvenes que
mantengan la ilusión y la admiración a quienes eligen de guías y conductores,
porque los discípulos quieren creer en políticos orientadores y seguros que
comparten con ellos la visión de un país que avanza.
Mis queridos alumnos de la Escuela de Ciencia Política de la Universidad Federico
Villarreal me dan lecciones de positivismo cada día, de equilibrio entre las
penas y las ilusiones y de esperanza en los proyectos que bullen mientras se
preparan. Porque están siguiendo la política como una carrera en la que
empeñarán su vida y se resisten a
apostarla como un viaje utilitarista y de placer, solo para sacar tajada propia.
Saben que la única posibilidad es ligarla a los estudios, a la capacitación a
aprender cada vez más la expresión y la comunicación para ser solventes a la
hora de la responsabilidad. No tengo duda de que descartan la política como el
camino del aprovechamiento y de la informalidad desregulada, los estudiantes
están decididos a adecentar la política, a ligarla con la ética en las
oportunidades posibles. Y en eso los mal llamados Pulpines nos han dado una
lección inolvidable, sus arrestos ordenan el panorama de las exigencias y los
valores, su fuerza es un detergente para descartar negativismos y viejas ideas.
Ahora la Internet da nuevas herramientas, el diálogo se
enriquece con las redes sociales pero necesita operadores inspirados en esa nueva política que deseamos para que la
juventud bien preparada e intencionada tome las riendas como esa nueva
generación, motivada, formada y llena de ideas y proyectos. Nuestros alumnos
están reconstruyendo la imagen de la política con ideario y acción, dispuestos
a ejercerla a tiempo completo. Necesitamos que lo sigan haciendo, los esperan
los puestos de honor que, como dice la canción, un día habrán de ocupar.