EL SERVICIO ESTÁ POR DELANTE DEL NEGOCIO
La Primera. 11 03 13. Entrevista de Marco Fernández
María del Pilar Tello considera que si los medios de comunicación
no quieren una regulación del Estado, deberían autorregularse.
María del Pilar Tello tiene una
mirada amplia sobre la realidad periodística. Sabe que los medios de
comunicación se encuentran en una crisis económica
que los debilita ante las presiones de los poderes económico y político; que
falta una orientación sobre el manejo de la publicidad en la prensa por parte
del Estado… Son muchas las preguntas que pueden hacérsele al respecto. He aquí
algunas respuestas.
LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN EN EL SIGLO XXI
"
NI DIOSES
NI DIABLOS NI FIERAS
Yehude
Simon,
congresista. “Es un libro no solo para políticos, periodistas o estudiantes de
comunicación, sino especialmente para los lectores, el ciudadano común y
corriente que tiene que defender sus derechos. Es un libro absolutamente
crítico, que no perdona nada, pero que dice verdades, y nos está advirtiendo de
que el periodismo tiene más poder que los políticos, por eso es que cuando
mencionaba que no queremos a los diablos, tampoco queremos a los dioses y menos
a las fieras”.
Alberto
Adrianzén,
parlamentario andino. “Se trata de un libro que dará mucho que hablar. Es un
libro muy valiente, inteligente, polémico y bien escrito. Lo califico de mayor.
Los medios no son una empresa cualquiera. No son una fábrica de zapatos o
polos. Yo creo que los medios son actores políticos. La pregunta es ¿por qué
los medios tienen más poder?
Francisco
Miró Quesada Rada,
director de El Comercio. “Si los medios tuvieran ese poder, Rockefeller hubiera
sido presidente. La pregunta es cómo se ejerce el poder desde diversos lugares,
desde el Estado, la sociedad y los medios. Ese es el tema central del libro”.
Doctora
en Ciencias Políticas por las universidades de San Marcos del Perú y Grenoble de Francia, ha sumado un libro a su
biblioteca de autoría personal: “Dioses, diablos y fieras. Periodistas en el
siglo XXI”, publicado por el Fondo Editorial del Congreso de la República. Anterior
past-presidenta de Editora Perú, empresa que edita el diario El Peruano y gestiona la agencia
de noticias Andina. Para ella, si los medios no quieren que el Estado los
regule, deben empezar por una autorregulación; en la que una de las figuras
claves para que ello se realice es la figura del defensor del lector.
-Cuando dice que
actualmente hay libertad de expresión, ¿lo dice por este gobierno, por este
año, por esta década?
-Lo digo por este gobierno y creo que en el anterior también la hubo,
pero de todas maneras hay que relativizar, en el sentido de que esa libertad de
expresión muchas veces está influenciada por fuerzas internas que no son
aparentes, que no son visibles, y eso es una limitación que el usuario, el
público, no puede percibir. Incluso se habla de la ‘esponsorización’ de los
medios y es que cuando los medios están en crisis económica como están ahora, es
posible que los publicistas que hacen una inversión fuerte en los medios,
puedan influir en la línea editorial.
-¿Ha conocido algún caso
en específico?
-Bueno, de interferencia clara lo hemos tenido en el fujimorismo,
que más que interferencia fue una compra de líneas editoriales evidente.
-Usted habla del
defensor del lector.
-Del lector, en la prensa escrita, y de la audiencia, en radio y
televisión.
-¿Por qué cree que es
menos factible de ser comprada la línea editorial de la prensa escrita que la
de la televisión?
-No, no creo que sea menos factible. Yo creo que cuando hay dinero y
voluntad de tener un medio, las compras se hacen de la manera más fácil.
Estamos en un mercado.
-Dice en su libro que
hay más interés por la TV que por los medios impresos.
-Bueno, porque la televisión
tiene mayor llegada. Pero a pesar de que existen medios más rápidos, su poder
es fugaz. Yo creo que la prensa escrita tiene menos impacto, pero sí una mayor
permanencia.
-Habla del caso del
grupo Eco, de que tiene un buen Código de Ética, pero no es aplicable, porque
no existe…
-No digo que no es aplicable. Digo que no hay quién vele por su
aplicación. Pienso que todos los medios o grupos de medios deberían tener un
código de ética. Pero cuando no tienen el mecanismo del defensor del lector o
de la audiencia que lo haga valer, entonces queda en letra muerta.
Los medios de comunicación
deben autorregularse si no quieren que el Estado los regule, opina Tello.
-¿Usted cree que un defensor
del lector hubiera podido, en la anterior campaña presidencial, hacer que el
medio no se muestre tan pro Keiko Fujimori?
-Podría haber sido en la medida en que el defensor del lector es
una bisagra entre el lector y el medio. No se debe al medio, se debe al lector.
Si hubiera habido una presión suficiente con quejas o reclamos, tal vez no
hubiera sido tan visible el apoyo de los grandes medios a una persona.
-Pero ni siquiera Mario
Vargas Llosa pudo revertir eso.
-Bueno, él es un defensor de la democracia, no un defensor del
lector. Porque el defensor del lector trabaja sobre la base de un código de
ética y funciona para evitar que los reclamos de los lectores llegue a la vía
judicial. El defensor lo que hace es procesar los reclamos al interior del
medio. Por ejemplo, el diario El País tiene un excelente defensor del lector,
que dura un tiempo, pero que se va turnando, y tiene una columna en la que
informa a los lectores cómo se va evolucionando. Por ejemplo, el defensor del
lector hizo una excelente columna cuando se produjo el error de El País sobre
la foto presunta de Hugo Chávez. Él sacó un artículo que titulaba “Tremendo
error”. En nuestro ambiente periodístico esto no existe.
-¿Existe en Latinoamérica?
-Existe
en Bolivia, en México, en Colombia, pero en nuestro medio no se ha
tomado con seriedad la autorregulación, porque el defensor
del lector forma parte de la autorregulación.
-¿Quién le paga al
defensor del lector?
-Le paga el medio, pero es independiente, es decir, no se debe al
medio; no está obligado a obedecer consignas u orientaciones del medio. Es un
funcionario notable de reconocimiento social que está obligado a procesar las
quejas y su lealtad es más con los usuarios que con el medio.
-Cree que en un país que
ha pasado por un proceso de corrupción tan grande, ¿eso es factible?
-Creo que todos los medios tienen problemas de autofinanciación y
en la medida en que los tengan pueden tener problemas de independencia, no
solamente respecto del gobierno de turno, sino también de los poderes económico
y político. Es difícil. Pero para esto está la institucionalidad, para que
obligue al medio a la autorregulación, porque si no quiere una regulación del
Estado, se debe autorregular. Si hay tanto temor que el Estado pueda regular,
mellando libertades, es el propio medio o grupo el que debe asumir esa
necesidad de autorregularse, porque en el sistema neoliberal está claro, y bien
lo dice Stiglitz, que las empresas deben tener una regulación, porque si no,
caen en excesos. Las empresas mediáticas no dejan de ser empresas y tienen,
además, el servicio a su cargo, que es el deber de informar. Entonces, con
mayor razón, esta regulación debe venir, y si no del Estado, de las propias
empresas.
-Usted dice que los medios
estatales no debieran ser caja de resonancia del gobierno de turno. ¿Pudo cambiar
usted eso en Editora Perú?, ¿lo intentó?
-Los medios de propiedad estatal deben convertirse en públicos, de manera que el gobierno comparta la gestión con los
representantes de la sociedad a fin de que el interés general se vea reflejado
en el medio. El modelo de medio público es la BBC de Londres o los de otros
países europeos. En los cuatro años que estuve en Editora Perú, designada por el gobierno al igual
que los directores, no recibimos ni orientaciones ni presiones. Aunque algunos
aspectos se consultaban, la información en general era libre y sin sesgos. Las
páginas de opinión de El Peruano publicaban artículos de
todas las tendencias políticas como podría usted
comprobarlo. Andina (agencia de noticias estatal y en internet) llegó a su
mayor influencia como banco de información de segundo piso cuando en el 2006 la
abrimos y la hicimos gratuita.
-¿Qué opina de que el
Estado publique más en periódicos chicha que en periódicos serios?
-Yo creo que falta una orientación del uso de la prensa por el
Estado. Incluso creo que sus propios medios debieran tener una orientación
pública y no gobiernista.
-¿Puede mencionar usted a
algunos dioses, diablos y fieras del periodismo peruano? ¿Usted en qué
categoría se ubicaría?
- Buscar nombres de dioses, diablos o fieras es inútil, todos
actuamos según el desafío que nos pongan por delante. El ser humano es todo eso
y más. Como dice Manuel Castells, podemos ser ángeles o demonios de acuerdo a
las circunstancias. Nuestras elecciones de conducta dependen de cada caso,
aunque deberíamos asumir como norte el rescate de los valores y la ética para
el periodismo poniendo por delante el servicio de información sobre el negocio
de las empresas mediáticas.
-Una última pregunta.
¿Cuál es el personaje político más interesante que ha conocido?
-Mira, aquí se mezclan los afectos con la admiración. Para mí, un
gran personaje político, que lamentablemente se fue a destiempo, fue Gustavo
Mohme Llona, un hombre que utilizó la tribuna periodística para la lucha
democrática y que tenía bien en claro los valores del periodismo.