viernes, 28 de octubre de 2011

EL SENSACIONALISMO DE LOS MEDIOS PERUANOS


¿Y LA PRESUNCION DE INOCENCIA?

Como pocos el triste caso de Ciro Castillo ha puesto bajo la lupa a los medios peruanos. Ha demostrado como ciertos medios se movilizan y actúan más por rating y sensacionalismo que por ética y respeto a la institucionalidad jurídica.

Terrible caso el del estudiante, hábilmente convertido en telenovela con todos los ingredientes del romance, sensacionalismo, sexo y demás. Versiones construidas día a día sin rigor, sin investigación, estructurando escenarios que encadenan a la audiencia sobre detalles conocidos y desconocidos, sin respeto a la dignidad de los involucrados, haciendo tabla rasa de la presunción de inocencia.

La historia de Rosario y Ciro se ha mantenido varias semanas con excesos deplorables, sin tener en cuenta los derechos humanos de la protagonista, a quien le han destruido la privacidad y la inocencia. Presentada como asesina encubierta, expuesta a los agravios colectivos sin que se hubiera demostrado su culpabilidad. Ahora que el asunto cambia con el descubrimiento del cadáver, divulgado como trofeo informativo, quién desagravia a Rosario Ponce, quién le devuelve la tranquilidad y su vida siniestrada por titulares y entrevistas excesivas?.

Nuestra prensa nunca distingue entre denunciado, investigado, acusado, procesado y sentenciado. Todos tenemos la posibilidad de denunciar y ser denunciados, con pruebas o sin ellas y los personajes públicos aún más. Una denuncia puede venir de afanes individuales de venganza o de la malsana competencia política pero hasta que la investigación legal no determine con pruebas su culpabilidad no es culpable. La presunción de inocencia lo ampara aunque los medios lo sentencien inmediatamente y lo conviertan en algo deleznable para la sociedad.

Estos matices son molestos para ciertos medios que consideran muy rentables los linchamientos mediáticos y que hacen sus juicios paralelos sin actuación de pruebas o peor aún creándolas artificialmente sin tener en cuenta las vidas y las honras que pueden destruir en su carrera por la lectoría o el rating. La dignidad humana es un factor incómodo para el sensacionalismo, práctica cotidiana que linda con la difamación o la falsa imputación.

El periodista informa, no reemplaza al juez ni tiene la última palabra. Está obligado a respetar la dignidad y el sistema de justicia. Puede dentro de su labor ofrecer elementos y criterios para que la opinión pública evalúe y saque sus propias conclusiones pero no es el protagonista y menos quien decide.

La credibilidad de los medios está en cuestión, no olvidar que trabajamos con la confianza de la sociedad. No subestimarla, no darle gato por liebre. Ahora existe Internet y sus medios alternativos que también informan y construyen opinión. Varios casos acumulados, como el lamentable de Ciro Castillo y  Rosario Ponce, y estaremos ante una descapitalización del periodismo en términos de confianza. ¿Y si no nos creen cómo podremos hacer realidad el derecho a la información?. El medio es un negocio pero no cualquier negocio, su primera lealtad no es con el bolsillo de los empresarios, es con sus lectores y seguidores que saben distinguir el buen periodismo de aquel que sin principios ni ética funciona como un circo de mala calidad, sin respeto a los derechos de las personas ni a la sensibilidad de la sociedad. Los indignados del mundo tienen su correlato local también en este aspecto.

domingo, 16 de octubre de 2011

LAOPOSICION MEDIATICA

OTRA DERROTA DEL FUJIMORISMO

La oposición fujimorista ha querido eliminar a la Ministra de la Mujer, Aída García Naranjo, y ha hecho todo para atacarla y deslegitimar su presencia. Linchamiento que continuará con mayor rabia después del firme y merecido apoyo que le han otorgado el Presidente, el gabinete y la mayoría del Congreso que no aprobó la censura. No hicieron caso a los medios a pesar que se consideran la máxima instancia de las decisiones políticas y judiciales. Ellos la denunciaron, la juzgaron y la sentenciaron. Mocha debía salir y no salió. Como lideresa de alta calidad demostró coraje y valentía en tanto los medios sufrieron otra derrota.

Lección a asimilar, la oposición mediática hoy es más política que la de los partidos debilitados. Los medios ocupan el lugar de los partidos en todo el continente. Y en este caso no han dudado en levantar sonoramente una acusación de hace dos décadas en el Municipio de Lima, sobre algo que no es de responsabilidad de la Ministra, para agregar al infausto hecho del envenenamiento infantil que quedó demostrado no fue por alimentos del Pronaa.

Nadie pretende quitar a la oposición política su derecho a cuestionar y fiscalizar funcionarios de manera legítima, pero en este caso es ostensible el linchamiento y el afán de derrotar a quien ha sido una tenaz luchadora contra la dictadura fujimorista y es una mujer valiente de impecable trayectoria de izquierda, entregada a las causas sociales desde su juventud, llegada al cargo que ostenta por absoluto derecho y larga preparación. Aspectos a resaltar porque bien sabemos que el fujimorismo elige sus blancos y dentro de ellos Mocha es un símbolo de fuerza, dignidad y alegría.

Integramos con ella la Comisión Organizadora de la Marcha de los Cuatro Suyos que, a iniciativa de Javier Diez Canseco, fue acogida multipartidariamente para apuntalar la lucha que entonces lideró Alejandro Toledo. Ella le puso música a la Marcha descartando un estribillo que a nadie gustó. Su hermosa voz sirvió para animar aquella noche memorable. Anécdota que pinta de cuerpo entero su accionar. La conocemos bien, su fuerza se hizo acción también en el Foro Democrático y en el Comité Cívico por la Democracia.

Mocha García Naranjo es una artista y una lideresa social de prosapia y de principios. Ya quisieran verla liquidada política y éticamente. Por eso se esmeran en truculentas primeras planas y malignos titulares. El fujimorismo agazapado no perdona las derrotas democráticas a las que ha sido sometido por gente valiosa que mantiene indemnes principios y valores y por ello afina su puntería para desgastarlos y si es posible eliminarlos.

Por eso no cesan los acólitos del fujimorismo, que ahora dirigen diarios, en hacer de la difamación amarilla, bandera y de los argumentos deleznables armas subalternas. Conocemos bien esa metodología pero no funciona cuando se aplica a personajes de trayectoria intachable.

Bien por la mayoría del Congreso y por las altas autoridades a comenzar por el Presidente de la República que le han expresado su respaldo. Lo necesitaba y lo merece. El régimen presidido por Ollanta Humala debe estar claro que está al comienzo de una carrera de resistencia y no de velocidad. Para ganarla requieren de valores firmes como la ministra de la Mujer. Los medios a su turno deben saber que no tienen el poder de poner y sacar funcionarios a su antojo, tampoco el de imponer una agenda política que nadie les ha pedido.

La campaña electoral acabó pero ello no impedirá que el fujimorismo siga buscando victorias, día a día, combinando los medios que controlan con la minoría parlamentaria que también controlan. Pero mientras exista firmeza y claridad en el gobierno habrá también medios que apuesten por el equilibrio y por una oposición democrática sin excesos ni linchamientos ética y políticamente inadmisibles