BUEN ESTRENO EN NUEVA YORK
El Presidente Humala cumplió con transmitir su imagen de estadista que da confianza a la comunidad internacional para atraer más inversiones al país. Demostró que la prefabricada imagen de cuco antidemocrático quedó atrás. Su participación en las Naciones Unidas y en las reuniones con los inversionistas en la capital de los negocios del mundo ha sido positiva. Cumplió, contra las predicciones de los agoreros que hubieran querido convertirlo en un segundo Hugo Chavez.
Un Humala dialogante, lejos del estereotipo interesadamente construido, compartió la mesa principal con el mandatario estadounidense, Barack Obama y con el Primer Ministro del Reino Unido, David Cameron. Fue durante el almuerzo ofrecido por la misma Organización de las Naciones Unidas. Con corrección política alternó con líderes mundiales como el Secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, del ex vicepresidente Bill Clinton y la presidenta de Brasil Dilma Rousseff. Pero sobre todo sintonizó con el interés de los inversionistas extranjeros transmitiéndoles su objetivo de lograr la inclusión social en democracia y sin rupturas.
Su intervención en la 66ª Asamblea General de las Naciones Unidas, le permitió ratificar ante el mundo la necesidad del combate a la pobreza sin perjuicio del crecimiento económico y de la inclusión social dentro de un espíritu de concertación y no de confrontación.
En este sentido tuvo encuentros muy importantes. Con la Junta Directiva de la Open Society Foundation, que preside el inversionista George Soros, que promueve políticas de inclusión social en América Latina. Con el Peruvian Business Council, dedicado a promover a Perú como destino de inversiones. Y no menos importante, cosechó el reconocimiento de la Washington Office for Latin America, WOLA por su compromiso de cumplir con las reparaciones a las víctimas de la violencia y por la aprobación de la Ley de Consulta Previa a las comunidades nativas, norma, pendiente aún de reglamentación, que permitirá prevenir muchos de los conflictos sociales y de la violencia. Justamente a su retorno el Presidente debió dar seguridades sobre la necesidad de pacificar el país desterrando este tipo de manifestaciones lesivas a la paz social que invaden actividades como el futbol.
Y otro tema, poco destacado pero muy significativo, fue su propuesta de ser anfitrión y organizador de la Cumbre Regional antidrogas, espacio que permitirá coordinar políticas y elaborar políticas conjuntas frente al narcotráfico, en el marco del principio de corresponsabilidad. Esta iniciativa ha sido ser muy bien recibida en tiempos en que el narcotráfico se enseñorea como fortísima amenaza a la seguridad y a la democracia en la región. Su presencia criminal debe comprometer tanto a países productores como consumidores para impedir que siga afianzando su poder y consiga que los políticos se conviertan en simples gestores de sus intereses.
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