lunes, 30 de mayo de 2011

MAS ALLA DEL DEBATE:



ENTRE EL CINISMO Y LA RESPONSABILIDAD

El debate no fue excepcional. Ni Ollanta Humala es un gran orador ni Keiko Fujimori una lideresa política confiable. Hubo histrionismo y elocuencia de parte de la segunda mientras el primero se refugiaba en un discurso responsable, discreto y sin estridencias, con acento en las propuestas y en la descalificación ética.

Se dice que Fujimori tuvo un mejor desempeño oratorio que Humala que no reaccionó a las muestras de irrespeto e impertinencia. No se trataba de un espectáculo, en otros planos se encontrarán los réditos políticos. Si Ollanta quiso dejar hacer y dejar pasar la esencia nada ética de su contendora lo logró. Permitió que se vea cómo se puede hacer fácilmente de mentira verdad y falsear con desparpajo a pesar de estar en un escenario mediático seguido por millones, incluso en el extranjero.

El cinismo de Keiko Fujimori agravia el sentido moral de una población que sabe como sucedieron las cosas durante la avasalladora práctica política de su padre. Hija al fin, mostró la herencia bien asimilada, prepotente e impertinente, fue la antítesis del militar retirado que tenía al frente quien optó por la sonrisa reservada, la voz tranquila y el dejar pasar los golpes bajos. Ella cayó en la trampa, cuando creyó que Ollanta no daría batalla, confiada, se desbordó y exhibió su verdadera personalidad política, sin maquillaje, con impertinencia, insolencia y arrogancia. Como en un torneo escolar donde el que golpea como sea gana. Con la misma sonrisa cínica que caracterizó la inescrupulosidad del padre.

No hubo sinceridad en ella ni contenidos consistentes. Su mejor argumento, mencionado hasta la saciedad, descalificar a Ollanta por sus planes de gobierno. Repitió que solo tiene uno. Lo que es cierto, no caben variaciones cuando su candidatura tiene como objetivo esencial la liberación de su padre, su modelo político aunque en esta oportunidad se guardó la grosera apreciación de que lo considera el mejor gobierno de la historia.

Keiko Fujimori dijo que se enfrentó a Montesinos pero dio credibilidad a sus versiones para atacar a Humala. Evadió dar respuestas a la corrupción del fujimorismo y a las esterilizaciones forzadas. Aceptó que “La corrupción atacó fuertemente en la década de los 90”, pero no mencionó a su padre sino a terceros. Habló de su limpia trayectoria personal ocultando las investigaciones por enriquecimiento ilícito pendientes ante la Fiscalía ante la cual no se presentó apoyándose en su inmunidad-impunidad congresal. Atacó a Humala con procesos judiciales inexistentes. Habló de errores y no de delitos del gobierno de su padre, de un entorno que pretende nuevo en un 80% cuando la población solo ve las mismas caras.

De Humala podemos decir que dejó pasar las falacias, que no usó mayores argumentos éticos, que apeló a la verdad pero no desemmascaró el maquillaje ni el cinismo, que no destacó la ausencia de mea culpa de la hija del dictador. Pero sus omisiones, voluntarias o no, nos dejaron ver la amenaza y el riesgo fujimorista al desnudo, en sus formas más primarias.

Y después del debate fue el desfile mediático previsible a favor de Keiko. Todo fríamente calculado para ese sector mafioso aúpado a una candidatura que hace trizas la ética y la verdad. Quedó comprobado que KF representa lo más negativo de la política. Desde el asistencialismo despectivo hasta la inmadurez soberbia e irresponsable que no respeta formalidades ni valores. El Todo Vale elevado al altar de lo necesario y posible para defender los peores intereses organizados, los de los mafiosos.

Ollanta Humala hizo de la sencillez bandera, así sintonizó con los millones de gente sencilla que creen en él. Le faltaron frases de impacto, recursos retóricos y emocionales. Tuvo firmeza sin demasiada elocuencia. Fiel a su esencia no impostó, defendió su verdad en la lucha contra la corrupción y en la inclusión social. En sus mejores momentos dejó sin piso moral y sin respuestas a su contendora. La retrató como persona sin aplastarla con fuerza argumentativa. Es el candidato que tenemos, no se reiventó, fue auténtico. Quienes esperaban un líder avasallador se decepcionaron. Si su estrategia fue acertada lo veremos en estos días cruciales antes del domingo.

Ollanta Humala puso en vitrina la responsabilidad reservada y discreta del estadista, la precisión de las propuestas, la firmeza del compromiso anticorrupción, la sensibilidad del luchador social. Ollanta no es un líder carismático pero es un gran líder, con convicción y constancia, que mide fuerzas y es flexible para dialogar y concertar. Hoy ha logrado colocarse en ese centro político que el país necesitaba.
 
Muchos han hablado de un empate y los más honestos de victoria de Humala. Llama la atención que el avance del nacionalista se esté dando con firmeza a pesar de la concertación dolosa en su contra de todos los poderes fácticos, el económico, el mediático, el religioso más conservador de la Iglesia Católica y en especial el mafioso de todas las tiendas, siempre dispuesto a financiar una multimillonaria campaña para protegerse y defenderse. No queda duda que estamos ante una batalla moral y que nos corresponde ganarla por el país mejor que queremos.

viernes, 27 de mayo de 2011

CONTRA EL RETORNO DEL FUJIMORISMO



26M, LA MARCHA DE LA DIGNIDAD

Como en los peores tiempos del fujimorismo la mayoría de los medios de prensa, alineados con su candidata, minimizaron la manifestación del 26M. No informaron sobre las cuadras y cuadras de ciudadanos, adultos y jóvenes, que se reunieron en la Gran Marcha por la Democracia y la Dignidad. Tampoco dijeron que el movimiento NO A KEIKO  es nacional y que hubo réplicas en las principales ciudades del país.

El monstruo regresa y con él las manipulaciones informativas y el estilo fujimontesinista. Si queremos saber debemos recurrir a la prensa extranjera o a la Red, con la que no contábamos cuando hace una década luchábamos contra el gobierno del padre que la hija amenaza continuar.

Hoy la Red es un gran aliado de la verdad y de la liberación de los espíritus frente al gran poder mediático que vela primero por sus finanzas y posterga los valores, la ética y la verdad. La información que al día siguiente del 26M difundió el diario español El  Mundo es impecable y completa. A diferencia de la que estamos viendo en el Perú, con las excepciones de La República -que hace honor a su valiente director fundador Gustavo Mohme Llona- y de La Primera que hace tiempo apostó por la opción de la decencia.

Ahora tenemos Internet y prensa extranjera. La verdad ya no puede ser ocultada aunque poderosos mafiosos quisieran ver cómo el cerco se cierra imponiendo sus manipuladas medias verdades y sus temores. ¿Cuánto está costando este alineamiento?. Para calcularlo basta recordar los 22 millones de dólares que pagó Montesinos a Croussillat, no para adquirir el canal, sólo para comprar su opinión. Muchos millones deben estar circulando en esta fiesta de los mafiosos que apuestan por su libertad.

"Fujimori nunca más" el grito unánime de la marcha se hace carne cada vez más. Sobre todo entre los jóvenes que no votan ideológicamente, lo hacen optando éticamente por Ollanta Humala. Y ello a pesar que los organizadores, la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos y el Colectivo 'Fujimori Nunca Más', que aglutina a 79 organizaciones sociales, no se han pronunciado a favor de Humala. Pero sí han pedido no votar el próximo 5 de junio por la hija del séptimo presidente más corrupto del mundo.

Ver a los familiares de los desaparecidos, asesinados, torturados y a las víctimas de violaciones y esterilizaciones masivas encabezando la marcha, con las fotografías de sus seres queridos, nos retrotrae a los peores días de la dictadura cuyo vocero puede decir sin rubores "Nosotros matamos menos que los gobiernos anteriores". Aceptan el crimen masivo como una práctica trivial, como si se tratara de animales y no de valiosos seres humanos. El entorno de la candidata, testaferro de su padre, nos trae cada día pequeñas o grandes dosis de esa inmoralidad cotidiana que conocemos bien porque ya la vivimos.

Es esta falta de ética la que ampara los juramentos de la hija del dictador de que no liberará a su padre. ¿Cómo pretenden que la ciudadanía acepte "un nuevo fujimorismo" cuando lo sabemos imposible con la mafia financista y defensora de esta campaña electoral abusiva e inequitativa?.

Nada creíble su pedido de perdón por los "errores" y "excesos" del gobierno de su padre. Su maquillaje es éticamente inadmisible. Tiene, además, personales trapos muy sucios que se ventilan ante la Fiscalía de la Nación que no ha podido avanzar en el proceso debido a su inmunidad parlamentaria. Pero ahora, cuando los silencios son imposibles, esta denuncia ha sido difundida por la cadena norteamericana Univisión que ha puesto sobre el tapete la complicidad activa con su padre en los desmanes que ella cubría convenientemente con su sonrisa de primera dama (1994-2000). En ese periodo hubo crímenes y corrupción que ella nunca vio. Cuando todo el país decente se horrorizaba del Escuadrón de la Muerte, de La Cantuta y Barrios Altos, ella miraba angelicalmente hacia otro lado.

Bandas de música y grupos de teatro caricaturizaron a la candidata, a su padre y al ex asesor Vladimiro Montesinos. Representaron el espíritu libre, rebelde, de rechazo al retorno del fujimorismo. Los jóvenes que no habían nacido todavía el fatídico 5 de abril de 1992, hoy cercanos a los veinte años, se unen en ese solo grito de repudio. Ellos no lo vivieron pero levantan la bandera de la dignidad y la anticorrupción como lo hicieron los universitarios hace 10 años. Los recordamos de las universidades estatales y también de la  Católica y de Lima con su vital entusiasmo por la Marcha de los Cuatro Suyos. Cuando se desplazaban a recibir a las puertas de la capital a los provincianos que llegaron de todo el país para esa epopeya cuyo aliento victorioso aún tenemos en la mente. Es el mismo que comienza a sentirse después del 26M inspirando el desembalse del voto oculto y del indeciso a favor de la decencia. Esta segunda batalla también la ganaremos. No al fujimorismo!!

miércoles, 25 de mayo de 2011

LIBERTAD DE PRENSA Y DERECHO A LA INFORMACION


¿RESPETAN LOS MEDIOS EL DERECHO A LA INFORMACIÓN?
Tenemos un Derecho a la Información que nunca es mencionado ni respetado por la mayoría de los medios escritos y audiovisuales. Sus propietarios y principales voceros reaccionan airadamente ante cualquier amenaza a la libertad de prensa, lo que está muy bien, pero callan en siete idiomas cuando atropellan sin escrúpulos nuestro derecho a estar al tanto de lo que sucede sin que ellos contaminen, distorsionen u oculten la información que nos deben.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos enumera la progresión histórica de los derechos: opinión, expresión, información. Este último, el derecho a la información, es el de emitir, recibir y difundir la información. La Declaración califica el acto informativo como algo que se debe al público.
El derecho a la información es nuestra garantía fundamental de obtener información (noticias, datos, hechos, opiniones, ideas) y de informar y ser informado. Engloba libertades individuales (de pensamiento, expresión e imprenta) y de carácter social (el derecho de los lectores, oyentes o espectadores a recibir información completa, objetiva, oportuna). Opera en dos sentidos y presupone la libertad del emisor, que es el periodista, y la del receptor, que es el público o sea todos nosotros.
El derecho a la información, conceptualmente hablando, es lo más avanzado que tenemos. Más que la libertad de prensa o de expresión pues protege a ambos polos, al emisor y al receptor, e incluye los derechos de grupo, género o clase. Como garantía nos alcanza a todos, incluyendo al Estado obligado a difundir con la verdad, a abstenerse de dar información manipulada, incompleta o falsa. Sólo puede estar limitado por los intereses nacionales y sociales y por el respeto a los derechos de terceros.
Y es que tan importante como suceden los acontecimientos es la forma como se transmiten. La sociedad puede y debe exigir la información completa, oportuna y objetiva, no parcial, no retrasada o fuera de tiempo, no plagada de medias verdades, como lamentablemente viene sucediendo. Una segunda batalla no electoral se dando en los medios que usan todo sus recursos para imponerse. Hasta pagar a sicarios mediáticos que conjugan el verbo difamar en lugar del de informar. Saben, como bien lo dice el reputado experto mundial en comunicaciones, don Manuel Castells, que “El Poder se construye en la mente de las personas”. Y quieren construir la aceptación del poder mafioso que quieren de retorno en la mente de todos nosotros.
El derecho a la información, la libertad de prensa y la libertad de expresión son tres conceptos jurídicos con rasgos comunes pero no equivalentes. El primero tiene en la verdad su fundamento esencial y junto a la libertad de expresión es la base del Estado de Derecho y de la Democracia por la que todos luchamos y que nos costó tanto recuperar.
En esta campaña electoral hay medios que atienden sus propios intereses o sus propios temores, o los que tienen quienes les pagan para evitar la victoria de Ollanta Humala. Nos dan una sola visión y nos transmiten cuentos y temores absurdos. Dejan ostensiblemente de lado la imparcialidad y violentan nuestro derecho a estar informados para tomar las mejores decisiones el 5 de junio en una contienda que se revela histórica. No queremos que la mafia vuelva y para ello las redes sociales y la comunicación alternativa están librando sus propios esfuerzos al igual que la intelectualidad y los jóvenes. Somos testigos de ello desde la docencia universitaria.
Es innegable que la mayoría de los medios ha emprendido con entusiasmo y dedicación la demolición de Humala para prohijar el retorno del fujimorismo que los compró en su momento. Ello está haciendo estragos en su credibilidad pero no parece importarles. ¡Qué pena!!

sábado, 21 de mayo de 2011

EL RELANZAMIENTO DEL FORO DEMOCRATICO


DE NUEVO EN LA TRINCHERA

Los países son como familias grandes, con sus angustias y sus problemas. Sus integrantes nos encontramos y reencontramos en torno a ideas e ideales y nos angustiamos cuando vemos que luces de peligro nos están alertando de un desastre que acecha a alguno de sus miembros o a toda la familia. Es lo que está pasando con el Perú, una sensación de urgencia lleva a sus mejores hijos a tomar acción, a ponerse en las trincheras, a alertar de lo malo que podría venir si nos equivocamos en elegir al gobernante del próximo quinquenio.

El Foro Democrático que fundamos en 1993, con un pequeño grupo de demócratas un año después del autogolpe del 5 de abril de 1992, libró dura y resuelta batalla contra la dictadura fujimorista en las peores condiciones de marginación, persecución y hostilización. Enfrentar el abuso de poder no es fácil y menos cuando estuvo tan concentrado y pervertido durante dos quinquenios continuados en los que se corrompió masivamente las instituciones de gobierno, en que se asesinó y se violó derechos humanos y se robó y depredó sin pudores ni fiscalización. Con esos mismos dineros Fujimori educó a sus hijos en el extranjero, compró medios de comunicación y conciencias en su afán de seguir depredando y enriqueciendo a los mafiosos de los cuales una parte está hoy en San Jorge y otro en el entorno de la candidata pantalla.

Los del fujimorismo no fueron errores que pudieran excusarse, respondieron a una esencia delictiva que hoy podemos sintetizar en la impúdica frase  NOSOTROS MATAMOS MENOS. ¿Es lícito matar? ¿Y si se mata menos está permitido? Las respuestas las tenemos en esa democracia pervertida que encontró una resistencia valiente y meritoria, más admirable todavía cuando conocimos de la metodología venal y omnipotente del superasesor que actuaba movido por la angurria del poder, por el afán de enriquecerse y satisfacer una soberbia patológica que le llevó a ser dueño de vidas y honras, a asesinar, avasallar y robar compulsivamente.

A esta criminalidad fujimorista nos enfrentamos entonces y largamente. Pero ingenuamente la pensamos debilitada y hasta desaparecida después del impacto moral originado por el siniestro desfile de vladivideos que dieron forma a un mercado de personajes comprados en el remate de la ética colectiva. Nos equivocamos, subvaluamos el daño, la herencia del relativismo delictivo y de la complacencia ante el crimen resurge dando nueva vida al monstruo que despierta para seguir depredando.

Tal vez no supimos o erróneamente creímos innecesario explicar al país el desastre moral y democrático que fue el fujimorismo. En política las responsabilidades no son solo individuales. Tenemos parte de la culpa de esta fatal resurrección pues cada uno se dedicó a lo suyo y dejamos que la sociedad volviera a contaminarse con el fujimorismo que pretende retornar por la vía del voto popular. Con toda soberbia aspiran al voto, comprado o inoculado por la alineación mediática, periódicos, canales y radios que se dicen democráticos, decididos a atacar perversamente a Ollanta Humala y demolerlo previa recepción de los dineros de las mafias. Han subastado su opinión como en las peores épocas. Y el difamatorio programa de Jaime Bayly es el símbolo de su torpeza y falta de escrúpulos.

Lamentable que muchos peruanos se dejan influir, orientar o comprar el voto, caso del agraviante asistencialismo en los pueblos jóvenes denunciado por la prensa española, y aceptan y difunden los argumentos más simplistas primarios e irracionales como aquello de que Humala nos quitará a nuestros hijos y nuestras propiedades y que gobernará como Hugo Chávez. “Y si lo dicen los medios es la verdad”.

Nos resulta difícil poner racionalidad y verdad en lo que viene sucediendo, aclarar el significado moral y político de lo que estamos viviendo. Por ello es tan importante el relanzamiento del Foro Democrático. Porque algo podemos hacer y de seguro a tiempo para que el poder mediático unido al político defensivo de los mafiosos no nos impongan nuevamente a los fujimoristas que pervirtieron la vida pública.

Tenemos la opción de difundir el voto de la decencia frente al de la probada criminalidad antidemocrática. Ni siquiera debemos recurrir a la ideología. El apoyo de los Vargas Llosa, valiente y consecuente, proviene de distinguidos liberales sociales que rechazan principistamente el desastre fujimorista. Como bien dice el eslogan de Humala, la honestidad hace la diferencia. Y esa honestidad no ideologizada significa toda una revolución moral en un país en el que la corrupción ha ido lamentablemente ganando terreno.

Lo que viene sucediendo a partir de la demolición concertada de Ollanta Humala por los medios masivos de comunicación evidencia la deformación y vulnerabilidad de nuestros espacios públicos, la desigualdad en nuestra comunicación individual y colectiva. “¿Qué país habitamos, quiénes somos, cuando nos creemos estos cuentos y dejamos que alimenten nuestros miedos y deformen nuestras deliberaciones colectivas?”. Lo pregunta Jorge Secada, profesor peruano de la Universidad de Columbia. Y agrega: “Nada ni remotamente parecido al historial judicialmente comprobado del "fujimorismo" puede imputársele a Humala”.

El relanzado Foro Democrático tiene a su favor su corajuda resistencia y la experiencia política vivida después de la histórica Marcha de los Cuatro Suyos. Lamentable que cuando pensamos que el animal estaba muerto no lo estaba. Ahora tiene no uno sino muchos rostros y una vitalidad que viene de la defensa de las mafias y de la calidad del botín que esperan usufructuar. Son las mismas mafias las que hoy pagan a los medios para comprar su impunidad y sus renovadas posibilidades. Las que defienden con uñas y dientes la posibilidad de la amnistía, del indulto, de la libertad para seguir actuando. Se les apareció la virgencita y nada puede impedir que financien millonariamente el milagro de la libertad que esperan si KFujimori asalta el poder.

El reto del Foro Democrático es enorme, nada menos que enfrentar a toda una maquinaria mediática tradicional vendida al mejor postor como en los peores tiempos del dictador. Pero nuestro capital humano es muy grande, incluso entre los jóvenes que estaban en el vientre materno el 5 de abril de 1992 y que hoy cumplirán 20 años. Si difundimos, explicamos y luchamos por ideales y principios nos escucharán tendremos la oportunidad de aportar a su formación con una lección de ética política práctica. Para que se comprometan políticamente con su país, ojalá sin tener que colocarse en una trinchera defensiva ante la amenazante continuidad del gobierno más siniestro de nuestra historia.

miércoles, 18 de mayo de 2011

COLUMNISTA INVITADO: NUESTRO PAÍS, NUESTRA DEMOCRACIA


BRILLANTE ANALISIS DE COYUNTURA DE JORGE SECADA KOECHLIN

Publicamos el brillante artículo de Jorge Secada Koechlin, peruano, Jefe del departamento de filosofía de la Universidad de Virginia y profesor visitante de la Universidad Jesuita Antonio Ruiz de Montoya de Lima, publicado en Diario 16 el 17-05-11. Destaca por su impecable raciocinio ético y político en aspectos esenciales que deberían alimentar la reflexión colectiva en esta hora crucial. MPT

NUESTRO PAÍS, NUESTRA DEMOCRACIA

Jorge Secada Koechlin
  
Los países son, en varios sentidos, como las familias. La familia forma personas y les confiere una identidad. Es ahí donde primero adquirimos nuestra lengua, nuestra peculiar manera de ver las cosas, nuestros sentidos y valores. Similarmente, nuestro país nos da una identidad. Y esa identidad es formativa; ser peruano es una manera de ser humano.

Ahora bien, hay actos que pervierten esencial y definitivamente  las relaciones entre las personas. Supongamos que un padre de familia viole a una de sus hijas. Esa familia habrá cambiado para siempre y para mal. Toda violación es criminal, pero en este caso tenemos que agregar la perversión de los deberes del padre y la traición inmunda de la inocencia de la hija. Excusar semejante acto como un exceso o un error no haría sino manifestar una falta de consciencia moral.

Lamentablemente algo análogo nos ha pasado a nosotros los peruanos. Porque abusar del poder que viene con la elección a la presidencia para corromper masivamente nuestras instituciones de gobierno, romper la ley sistemáticamente, asesinar y encubrir asesinatos, robar y prolongarse indefinidamente en el poder, es para un país lo que la violación de una hija por su padre es para una familia. Hay límites que determinan lo que se puede excusar como exceso o error y esos actos están mucho más allá de estos límites. Subrayemos que esas perversiones de la democracia y la vida nacional tuvieron móviles venales: aferrarse al poder, enriquecerse, satisfacer deseos bastos y alimentar sicologías enfermas; eso y no otra cosa es lo que explica la criminalidad fujimorista. Y debería indignar que encima los felones usen la lucha contra Sendero como coartada, que mancillen de esa manera tanto sufrimiento, tanta entrega generosa.

En política las responsabilidades no son solo individuales. Ningún miembro del partido nacionalsocialista alemán podría evadir la responsabilidad por el holocausto sosteniendo que fue un error, y aduciendo que no es Hitler. El nazismo, como entidad colectiva, es responsable por el holocausto. Igualmente en nuestro caso, el fujimorismo, como agente político, es responsable de la larga lista de vejámenes que sufrió nuestro país durante los años en que nos gobernaron. Y como si faltase más prueba, los fujimoristas reclaman continuidad con ese gobierno y apenas si conceden, tardíamente y con dificultad, excesos y errores. Votar por ellos es votar por la falta de respeto a nuestras instituciones, nuestras leyes, nuestros espacios públicos y políticos.

La pregunta es porqué, como peruanos, nos es tan difícil ver con claridad estos hechos y su significado moral y político. Algunos admiten que los fujimoristas pervirtieron la vida pública, pero luego dicen no tener opción, como si el candidato alternativo fuese comparable en su criminalidad antidemocrática. Otros hablan de programas y modelos económicos, como si el buen gobierno se redujese a atraer inversiones. Y hay quienes matizan las transgresiones con los éxitos y los logros.

Si recordamos la analogía con la que iniciamos este artículo, es como si muchos de nosotros fuésemos la aberración más que la norma, la esposa que prefiere ocultar la violación de la hija con tal de preservar su nivel de vida o, tal vez más apropiadamente, la persona tan incapaz de amarse a sí misma que termina tolerando la mayor monstruosidad. La respuesta a mi pregunta tiene que ver con nuestra cultura política, con nuestras relaciones públicas y anónimas, con nuestro amor propio en cuanto peruanos.

Circulan vaticinios de que si Humala gana la segunda vuelta se eternizará en el poder indefinidamente, que intentará hacer lo  que hizo Fujimori. También se predice que transformará al Perú en un infierno comunista; no solamente eliminará la libertad de prensa, cerrando diarios y canales, sino que incluso confiscará propiedades y les quitará a los padres la potestad sobre sus hijos. Con Humala, dicen, vamos directamente al desastre. Y para reforzar la idea se menciona el caso venezolano.
Pero la noción de que Humala es un Chávez no tiene fundamento. Para empezar, el Perú no es Venezuela ni Humala mago como para lograr semejante transformación. Las circunstancias políticas y económicas, y las historias de ambos países son muy distintas. Y es igualmente evidente que Humala no se parece a Chávez, ni en las virtudes del caribeño ni en sus muchas taras. Así que la pregunta interesante es por qué tantos se la creen. Que esto se esgrima como argumento serio en diarios y conversaciones supuestamente informadas debería causar algo de sorpresa y exigir al menos una explicación.

La respuesta a nuestra pregunta, nuevamente, tiene que ver con lo que lleva a pensar que el mero crecimiento económico nos hará ingresar en el primer mundo, como si con unas  décadas más de 7 u 8% de crecimiento anual del PBI ya no excusaremos a quienes compran congresistas y medios de comunicación, o esterilizan a la fuerza para reducir el crecimiento demográfico, o dan golpes de Estado aferrándose al poder. La respuesta a nuestra pregunta tiene que ver con lo que lleva a excusar como "excesos" lo que en cualquier país desarrollado serían actos que deslegitiman a perpetuidad de la actividad política.

Aquí se ponen de manifiesto las deformaciones de nuestros espacios públicos, la desigualdad que impregna nuestras  relaciones anónimas, la incapacidad de respetarnos como peruanos. Confiamos tan poco en nosotros mismos y creemos tan poco en nuestras instituciones, queremos tan poco a nuestro país, que imaginamos que alguien puede entrar a Palacio y hacer lo que le dé la gana. ¿Qué país habitamos, quiénes somos, cuando nos creemos estos cuentos y dejamos que alimenten nuestros miedos y deformen nuestras deliberaciones colectivas?

El primer paso camino al desarrollo, ahora que sabemos cómo acumular capital y hacer crecer el PBI es respetar nuestras instituciones y nuestra democracia. No contribuimos al desarrollo si por "realistas" terminamos pervirtiendo las instituciones mismas que definen nuestra civilidad. Y eso es lo que hacemos cuando, por un lado, consideramos que el próximo gobierno lo debe formar el mismo movimiento que nos maltrató tanto; y, por otro, suponemos que si Humala sale elegido, cambiará la Constitución y se quedará en Palacio eternamente.

Quien confunda desarrollo con acumulación de capital podrá pensar que no importa la historia negra del fujimorismo. Son nuestros miedos y nuestra falta de autoestima los que nos permiten creer que las instituciones y las leyes no cuentan para nada. No es que Humala sea un candidato ideal, ni mucho menos. Es razonable temer un gobierno suyo. Pero no es comparable a cualquier candidato fujimorista. Las acusaciones por violaciones de derechos humanos son solamente eso, acusaciones. También hay los pronunciamientos aberrantes de una persona que ha cambiado mucho en el curso de los últimos 10 años, y que ha ido cambiando fuera de las presiones y conveniencias electorales. Nada ni remotamente parecido al historial judicialmente comprobado del "fujimorismo" puede imputársele a Humala.

El temor razonable que genera es por su falta de preparación para el cargo. Pero la elección tiene un solo candidato política y democráticamente aceptable. Es, además, alentador que Humala esté buscando subsanar sus carencias con la colaboración de personas de capacidad reconocida. Vemos a la persona y lo que vemos es la indignación que naturalmente produce nuestra sociedad injusta y nuestra historia de corrupción en alguien que ha ido reconociendo las complejidades del buen ejercicio del poder.

Uno de los aspectos más reveladores de la campaña contra Humala es que cuente en su contra ser militar, cuando esto debería más bien ser un punto a su favor. Fueron soldados como él quienes salieron a dar la cara contra la subversión terrorista. Nuestro ejército y nuestra policía pagó con vidas la defensa de nuestros derechos. Indudablemente merecen nuestro agradecimiento. Sin embargo, escuchamos decir Fujimori derrotó a Sendero, mientras al mismo tiempo se ataca a quien cumplió con su deber en las primeras líneas de esa lucha, arriesgando su vida para que podamos todos pensar libremente. Nuevamente, ¿no somos capaces de querernos lo suficiente, como peruanos, como para reconocer con orgullo y sin matices ni siquiera lo inobjetablemente positivo de nuestras instituciones?

Hay una alternativa para quien no quiere votar por Humala. Votar en blanco o viciar el voto es una opción democrática. Así expresan su insatisfacción aquellos que consideran inaceptables ambos candidatos. Deslegitimar esta opción es ver las elecciones como un mero mecanismo para seleccionar un presidente y no percibir que para cada votante el acto electoral es la expresión de su opción política, algo así como su participación en un gran diálogo nacional. Democracia no es solamente elecciones y libertad. Es también la apertura universal y equitativa de la vida política.

Mucho del miedo que se expresa en el rechazo a Humala tiene su origen en la culpa que naturalmente produce vivir en un país donde hay más de diez millones de personas que apenas si pueden subsistir, mientras unos pocos pueden darse una vida plena. El nuestro es un país difícil. De Las Casas hablaba del oro de las Indias para referirse tanto a lo que alentaba la rapiña de los conquistadores como a la oportunidad que brindaba el nuevo mundo para quien buscaba desplegar el amor incondicional del verdadero cristiano. Nosotros somos nuestro oro, el oro del Perú. El reto que nos imponen nuestro pasado y nuestro presente es enorme. Pero ahí mismo, en nuestro capital humano, en la riqueza de nuestra identidad, y en la fortaleza que tendremos si logramos resolver nuestros problemas, está nuestro futuro. Es alentador que las nuevas generaciones busquen comprometerse políticamente. Ojalá no tengan que andar una vez más el tortuoso camino de nuestra historia.

Cuando amanezca el 6 de junio, ¿habremos avanzado en la construcción de un mejor país? Lo que el Perú necesita ahora es integración y amor propio, genuino, aquel que se muestra en el aprecio a nuestra identidad común, a la hermandad de todos los peruanos. Nuestra historia política reciente es un rosario de basura por un lado y de oportunidades perdidas por el otro. Los países no son empresas, y no los podemos dejar atrás como dejamos un empleo. Nos identifican; determinan lo que somos. Quienes olvidan estos aspectos de la vida política en nombre de la modernidad y el modelo económico, de una sociedad de autómatas productivos, expresan así las taras que desgraciadamente llevamos encima.

¿Podremos los peruanos, esta vez y cuando pareciera más difícil que nunca, sacarle ventaja a las circunstancias en aras de un Perú mejor? ¿O tendremos más bien que aceptar una vez más que estamos dispuestos a tolerar lo intolerable siempre y cuando podamos retirarnos a nuestros espacios privados, nos dejen trabajar, y sigamos creciendo económicamente?

OSWALDO DE RIVERO ADVIERTE SOBRE LA IMAGEN INTERNACIONAL SI RETORNA EL FUJIMORISMO

COMO NOS VEN EN EL MUNDO

Lo que sería el desastre de una victoria fujimorista visto por nuestro amigo el destacado diplomático e intelectual peruano Oswaldo de Rivero, quien en artículo publicado en LA PRIMERA, da cuenta de la absurda posición de la derecha peruana que prohija el retorno de uno de los regímenes históricamente más siniestros que hemos tenido en lugar de aceptar y negociar inteligentemente la promesa de un gobierno de izquierda liberal con Ollanta Humala como lo acaba de solicitar Alvaro Vargas Llosa. De indispensable lectura. MPT 

LA IMAGEN INTERNACIONAL: LA DEMOCRACIA PERUANA A PUNTO DE DISPARARSE EN EL PIE

Por Oswaldo de Rivero

Ginebra es la capital de los derechos humanos. Aquí están las sedes de la Cruz Roja Internacional, del Consejo de derechos humanos de las Naciones Unidas, y de la Comisión Internacional de Juristas y también las representaciones de Amnistía Internacional y Human Rigth Watch.

Para estas organizaciones la encarcelación de Fujimori constituye un hito sin precedentes, ya que es el primer caso en el mundo de la condena de un exjefe de Estado por violaciones de derechos humanos. Es así para ellas un valiosísimo precedente para no permitir la impunidad de sanguinarios jefes de Estado como Omar al Bashir de Sudán, Gadafi de Libia y Bashar al Assad de Siria.

Es por ello, que estas organizaciones observan con preocupación el proceso electoral peruano porque temen que si la hija de Fujimori es elegida reivindicará a su padre y lo liberará. Y con ello, este valioso precedente peruano contra la impunidad de los jefes de Estado, se convertirá en un grotesco fiasco que afectará el desarrollo de esta nueva doctrina y devastará la imagen de la democracia peruana.

Cuando uno habla con especialistas ginebrinos y diplomáticos que participan el Consejo de los derechos humanos percibe que simpatizan con la posición de Vargas Llosa, y por ello, muestran su sorpresa por la posición de la derecha peruana a favor del clan Fujimori. No entienden por qué esta usa sus grandes medios de opinión para demoler a Humala, cuyo programa no tiene nada de socialista. Además, les parece un suicidio democrático que la mayoría de la derecha apoye a la Sra. Fujimori, sabiendo que detrás de ella está su padre y un entorno autoritario y corrupto que practica la duplicidad frente a los derechos humanos, al narcotráfico y la democracia.

Al decir esto confiesan que creían que la derecha limeña era más sofisticada, semejante a la derecha brasilera o Chilena, que aceptaron que la izquierda gobernara y coordinaron y negociaron con ella una distribución de los ingresos que no afectó la marcha de la economía de mercado.

También, la comunidad de los derechos humanos en Ginebra muestra su estupefacción ante la facilidad con que una gran mayoría parece haber aceptado la promesa de Keiko Fujimori de que no reivindicará a su padre y lo dejará en la cárcel.

Para ella esto es imposible, inclusive en la hipótesis de que Keiko quisiera mantenerlo preso no podría, ya que con el tiempo sería duramente criticada porque ningún jefe de Estado en LatinoAmérica puede gobernar con su padre en la cárcel, ya que según estos expertos, los pueblos de esta región del mundo creen más en la solidaridad familiar que en los deberes cívicos.

Tampoco, comprenden por qué la derecha peruana prefiera el asistencialismo Fujimorista a la distribución de los ingresos a la brasilera o a la Chilena. Y frente a esta actitud consideran que si gana el asistencialismo y no se distribuye los frutos del crecimiento, debido al constante aumento de los precios internacionales del petróleo y los alimentos que el Perú importa cada vez más, surgirá una protesta social que tendrá consecuencias políticas insospechadas.

En conclusión, la imagen que tienen los defensores internacionales de los derechos humanos, debido al insólito apoyo que tiene el clan Fujimori, es que la democracia peruana estaría a punto de dispararse en el pie.

¿Lo haremos, seremos tan irresponsables?

miércoles, 11 de mayo de 2011

JULIO ORTEGA ADVIERTE LA DEBACLE MORAL CON LA ELECCION DE KFUJIMORI

La debacle moral de Lima: La posible elección de Keiko Fujimori

Incluimos el artículo de nuestro amigo, destacado intelectual, Julio Ortega quien invitado por Mirko Lauer para su columna de La República del 11 de mayo de 2011 pone los puntos sobre las íes sobre lo que significa votar por Keiko Fujimori este 5 de junio. Vemos como la decencia se subleva ante lo que Ortega llama con toda razón "la debacle moral de una clase social doméstica" que es la limeña. Indispensable lectura. MPT
 
CUANDO DESPERTÓ, EL DINOSAURIO HABÍA VUELTO

JULIO ORTEGA

En una pausa de la Cátedra Cortázar, en la Universidad de Guadalajara, Felipe González contó que Alberto Fujimori, por entonces prófugo del Perú, le había propuesto un plan de cooperación entre el gobierno peruano y el español, con tal detalle y convicción, que lo creyó verdadero. “A mí también me engañó”, confesó Felipe, con entusiasmo, como si eso fuera la prueba máxima de su capacidad de creer.  Carlos Fuentes repasó con elocuencia su galería de dictadores mexicanos pero tuvo que reconocer que Fujimori era imbatible en la mentira. Fue entonces que García Márquez, como siempre, tuvo que decir la última palabra. “He escrito una novela sobre Fujimori –dijo–, y se las voy a contar”.  Ésta es la novela:

“Había una vez en el Japón un niño muy astuto que quería ser rico. ‘¿Qué puedo hacer para volverme rico?’, se preguntó; y se respondió: ‘Tengo que ser presidente de algún país lejano’. Le dio vueltas a su globo terráqueo buscando un país capaz de elegirlo, y puso su dedo sobre el Perú. Fue al Perú, lo eligieron, se volvió rico, y volvió al Japón“.

Todos rieron. Yo sentí la punzada de vergüenza nacional que le debemos a Fujimori, me temo que para siempre. 

Antes de su fuga, posterior captura y amenaza actual de su retorno, en Santiago de Chile, en una comida, un empresario me había contado que él y sus socios no invertían más en el Perú. Las comisiones que espera el gobierno, explicó, son mayores que el margen de ganancias. 

No se podía salir a comer en Santiago sin tener que padecer otra historia sobre la corrupción en el Perú.  Felizmente, para empatar con Chile,  se descubrió que Pinochet no había sido menos corrupto: sus cuentas bancarias secretas revelaron que sus prédicas de la economía liberal, los valores de Occidente y la familia cristiana fueron una burla del pacto de resignación chilena. Chile recuperó la dignidad jurídica cuando su poder judicial nos devolvió a Fujimori.

Ningún limeño, por mazamorrero que sea, podrá olvidar la lección de dignidad, esa emoción insólita, que fueron las marchas contra la corrupción y el asesinato.  Todos hemos lavado la humillada bandera nacional.

Es cierto que tratándose del Perú todos, alguna vez, nos hemos equivocado. Pero la vuelta de Fujimori pertenece ya a otra dimensión del error: a la extirpación de la memoria civil. ¿Qué sentido político tiene el actual éxito económico si el modelo necesita a Pinochet o Fujimori? Hasta los economistas de Chile reconocen hoy que tienen una pobreza endémica. En el Perú, históricamente, el avance del sector moderno ha robustecido al sector más conservador, a las clases dominantes y sus alianzas, a costa de los sectores emergentes, cuya modernidad limita con sus pocos recursos no con su creatividad. Es suicida creer que el fujimorismo puede hacerse cargo del futuro en descargo del pasado.  Nunca el futuro se ha construido abriendo las cárceles. 

Que mi admirado PPK diga que Fujimori ha hecho cosas malas pero también cosas buenas es relativizar el mal, o sea, internalizarlo. Y que Hernando de Soto se juegue el peso que tiene por un título de propiedad, es suponer que el fujimorismo (socialmente, un clientelismo impune) es titulable. Pero que el Cardenal le eche en cara su juventud izquierdista a Mario Vargas Llosa, por decir lo que piensa sobre Fujimori, es exonerar, con la otra mano, el pasado del diablo. 

La próxima gran novela de Mario tendría que ser sobre la debacle moral de una clase social doméstica, su prensa filistea, y su corte de milagros mercantil.

Yo nunca he conocido a un fujimorista. Pero si Lima, que los conoce, vota por ellos en contra del Perú de las regiones, que los rechazan, demuestra cuánto puede retroceder la conciencia democrática, y qué poco adulta puede ser la moral pública.  Cada uno tiene derecho a votar por quien quiera, pero debe ser responsable de las consecuencias.  Si mañana, al despertar, encuentra al dinosaurio en Palacio, les deberá una buena explicación a sus fujinietos.

LA VERDAD: GERMAN ARCINIEGAS COMENTANDO A VARGAS LLOSA

Mario Vargas Llosa: La Hora de la verdad

HAY QUE CONOCER EL COMENTARIO DE GERMAN ARCINIEGAS PRESENTANDO ADMIRATIVAMENTE LA POSICION DE NUESTRO PREMIO NOBEL
 
Vargas Llosa, una vez más, no se ha ido por las ramas y ha confrontado al Cardenal Cipriani. Lo ha hecho desmantelando uno a uno los argumentos expuestos por el Cardenal en su artículo, publicado el 1 de mayo en Lima, "Los irrenunciables derechos humanos". G.A.
 
Domingo, 08 de mayo del 2011  |  Autor: germán arciniegas
Mario Vargas Llosa: La Hora de la verdad
Vargas Llosa, una vez más, no se ha ido por las ramas y ha confrontado al Cardenal Cipriani. Lo ha hecho desmantelado uno a uno los argumentos expuestos por el Cardenal en su artículo, publicado el 1 de mayo en Lima, “Los irrenunciables derechos humanos”. “Me ha amonestado de manera estentórea y nada menos que desde el púlpito de la catedral de Lima, durante un oficio. Me ha pedido ‘más seriedad’ y ha clamado que cómo me atrevo a dar consejos por quién votar a los peruanos. El cardenal está nervioso y olvida que todavía hay libertad en el Perú y que cualquier ciudadano puede opinar sobre política sin pedirle permiso a él ni a nadie”, ha escrito MVLL refiriéndose al Cardenal.. Aquí el artículo de Mario Vargas Llosa:

La hora de la verdad

Por: Mario Vargas Llosa Escritor*
Domingo 8 de Mayo del 2011

Aunque no soy creyente, tengo muchos amigos católicos, sacerdotes y laicos, y un gran respeto por quienes tratan de vivir de acuerdo con sus convicciones religiosas. El cardenal Juan Luis Cipriani, arzobispo de Lima, en cambio, me parece representar la peor tradición de la Iglesia, la autoritaria y oscurantista, la del Index, Torquemada, la Inquisición y las parrillas para el hereje y el apóstata, y su reciente autodefensa, “Los irrenunciables derechos humanos”, publicada el 1 de mayo en Lima, justifica todas las críticas que en nombre de la democracia y los derechos humanos recibe con frecuencia y, principalmente, de los sectores católicos más liberales.

En su texto, desmiente que dijera jamás que “los derechos humanos son una cojudez” (palabrota peruana equivalente a la española gilipollez) y afirma que, en realidad, a quien aplicó tal grosería fue solo a la Coordinadora de Derechos Humanos, una institución dirigida por una ex religiosa española, Pilar Coll, que durante los años de las grandes matanzas perpetradas por la dictadura fujimorista llevó a cabo una admirable campaña de denuncia de los crímenes, torturas y desapariciones que se cometían con el pretexto de la lucha contra Sendero Luminoso. (La Comisión de la Verdad, que presidió el ex rector de la Pontificia Universidad Católica del Perú Salomón Lerner ha documentado estas atrocidades).

El cardenal Cipriani desmiente, además, que durante la dictadura hubiera guardado silencio frente a uno de los crímenes colectivos más abyectos cometidos por Fujimori y sus cómplices: la esterilización, mediante engaños, de unas 300.000 campesinas a las que, por orden del dictador, los equipos del Ministerio de Salud ligaron las trompas o castraron, asegurándoles que se trataba de simples vacunas o de una medida que solo temporalmente les impediría concebir. ¿Cómo es que nadie se enteró en el Perú de que el arzobispo había encontrado reprobables estos atropellos? Porque en vez de protestar públicamente ¡se limitó a hacerlo en privado, es decir, susurrando con discreción su protesta en el pabellón de la oreja del dictador!

El cardenal no suele ser tan discreto cuando se trata de protestar contra los preservativos y no se diga el aborto, o, para el caso, contra quienes en esta segunda vuelta de las elecciones peruanas apoyamos a Ollanta Humala. Por ejemplo, por haberlo hecho yo, me ha amonestado de manera estentórea y nada menos que desde el púlpito de la Catedral de Lima, durante un oficio. Me ha pedido “más seriedad” y ha clamado que cómo me atrevo a dar consejos por quién votar a los peruanos. El cardenal está nervioso y olvida que todavía hay libertad en el Perú y que cualquier ciudadano puede opinar sobre política sin pedirle permiso a él ni a nadie. (Claro que las cosas cambiarán si sale elegida la señora Fujimori, la candidata a la que él bendecía en aquel mismo oficio en el que me prohibía opinar).

No solo el arzobispo de Lima se excede en estos días de campaña y guerra sucia en el Perú. Una connotada fujimorista, también del Opus Dei como monseñor Cipriani, Martha Chávez, ha amenazado públicamente al presidente del Poder Judicial, el doctor César San Martín, eminente jurista que presidió el tribunal que condenó a 25 años de cárcel a Fujimori por crímenes contra los derechos humanos, con esta frase profética: “Tendrá que responder en su momento”.

Pero acaso lo más inquietante sean los intentos de purgar a los medios de comunicación, principalmente los canales de televisión, de periodistas independientes y probos, que se resisten a convertirse en propagandistas de la candidatura de la hija del ex dictador. El caso más sonado ha sido el de Patricia Montero, productora general, y José Jara, productor de un noticiero, ambos del Canal N, despedidos, según ha denunciado la primera de ellos, porque los directivos estimaron que habían “humanizado” al candidato Humala en los boletines (¿pretendían que lo animalizaran, más bien?). Estos despidos han provocado una verdadera tempestad de críticas, entre ellas de los más prestigiosos periodistas del propio Canal N, en defensa de sus colegas, y amenazas de renuncias masivas en caso de que continúe la caza de brujas. Lo cual parece haber paralizado por el momento el despido de la prestigiosa y experimentada periodista del Canal 4, Laura Puertas, a quien se reprocha también, por lo visto, padecer de total ineptitud para el servilismo.

Finalmente, una denuncia publicada el miércoles 4 de mayo en el diario “La Primera”, que dirige César Lévano, precisa que el gobierno, apoyado por empresarios mineros, habría encargado a los servicios de inteligencia del Estado un “Plan Sábana”, destinado a destruir la campaña de Ollanta Humala con los métodos delictuosos –espionaje telefónico, operaciones calumniosas y escandalosas filtradas a la prensa para minar su prestigio y el de su entorno familiar utilizando mercenarios y provocadores– con que, en 1990, el gobierno conspiró contra mí cuando yo fui candidato a la presidencia. La denuncia proviene, al parecer, de militares y civiles del servicio de inteligencia indignados de que se los utilice para fines políticos ajenos a su misión específica.

Todo esto merece una reflexión. Si estas cosas comienzan a ocurrir ahora, en plena campaña electoral, ¿no es fácil imaginar lo que sucedería en el caso de que la señora Fujimori ganara las elecciones y la dictadura fuji-montesinista recuperara el poder oleada y sacramentada por los votos de los peruanos? Los periodistas decentes y responsables expulsados de sus puestos no serían cinco (también han sido despedidos tres de Radio Líder- Arequipa) sino decenas, y las radios, los canales y los periódicos convertidos, como lo estuvieron durante los ocho años de oprobio que vivió el Perú, en órganos de propaganda encargados de justificar todas las tropelías y tráficos del poder y de cubrir de injurias y calumnias a sus críticos. No solo el doctor César San Martín sería víctima de su probidad y entereza magisterial. Todo el Poder Judicial se vería una vez más sometido a una criba implacable para apartar de sus cargos, o reducirlos a la total inoperancia, a los jueces que se resistieran a ser meros instrumentos dóciles del gobierno. Reparticiones públicas, Fuerzas Armadas, empresas privadas, serían, otra vez, incorporadas al sistema autoritario para que, de nuevo, el país entero quedara a merced del puñadito de forajidos que, entre los años 1990 y 2000, perpetró el más espectacular saqueo de las arcas públicas y los más horrendos crímenes contra los derechos humanos de nuestra historia.

Quienes quieren semejante futuro para el Perú no son muchos, pero sí son poderosos y, como están asustados con la perspectiva de que Humala gane las elecciones y cometa los desafueros y horrores de Hugo Chávez en Venezuela, están dispuestos a cualquier cosa con tal de asegurar el triunfo de Keiko Fujimori. Extraordinaria paradoja: con tal de evitar el socialismo, que venga el fascismo. ¡Y todo eso, en nombre de la libertad, de la democracia y del mercado libre!

En verdad, la disyuntiva que tiene por delante el Perú en las elecciones del 5 de junio próximo es la de salvaguardar la imperfecta democracia política que tenemos desde hace diez años y una política de mercado y de apertura al mundo que ha hecho crecer nuestra economía de manera notable, o volver a un régimen dictatorial que, guardando ciertas formas institucionales, restablecería en el gobierno a quienes, en complicidad con Fujimori y Montesinos, destruyeron el Estado de derecho, se enriquecieron cometiendo las más descaradas pillerías y durante ocho años perpetraron horrendos crímenes con el pretexto de combatir la subversión. A mi juicio en semejante disyuntiva la peor opción es Keiko Fujimori.

Ollanta Humala ha hecho un “Compromiso con el Pueblo Peruano” que conviene tener muy presente, no solo a la hora de votar por él, sino sobre todo una vez que acceda al gobierno, para recordárselo cada vez que parezca apartarse de alguna de sus promesas. No habrá reelección. Se cumplirá con los tratados firmados, no habrá estatizaciones, se respetará el derecho de propiedad y las administradoras de fondos de pensiones (AFP), la lucha contra la corrupción será implacable, habrá una política de apoyo social sostenida, sobre todo en los campos de la educación y la salud pública, para los sectores más desfavorecidos, así como estímulos y facilidades para la formalización de las empresas. El respeto al pluralismo informativo, a la independencia de la prensa y al derecho de crítica será total. Estos puntos han sido expresados, además, de viva voz, en las reuniones que ha celebrado el candidato con la confederación de empresarios y las asociaciones de prensa. Todo esto es perfectamente compatible con la democracia y con las políticas de mercado vigentes y tiende a perfeccionarlas, no a recortarlas ni menos suprimirlas. No solo depende de la voluntad de Ollanta Humala que este compromiso se cumpla. Depende, sobre todo, de que quienes lo apoyemos en la elección del 5 de junio dejemos claro que es a estas políticas a las que damos nuestro apoyo y que nos mantendremos firmes exigiendo su cumplimento.

Madrid, mayo de 2011

(*) Premio Nobel de Literatura 2010

lunes, 9 de mayo de 2011

MIEDO, TERROR Y ESPANTO…!



MEDIOS AL BORDE DE UN ATAQUE DE NERVIOS

Lo que hemos visto este domingo 8 de mayo en los programas televisivos nos revela el grado de miedo, terror y espanto que tienen ciertos sectores a los resultados del 5 de junio. Ollanta Humala convertido en diablo genera un pánico que los medios no disimulan y se colocan sin rubores al servicio del fujimorismo. Sin objetividad dan un espectáculo grotesco, generando rechazo al victimizar a Humala, asegurando el efecto bumerán.

La emboscada a Humala que protagonizaron Aldo Mariátegui y Mónica Delta en el Canal 2 es de antología, sin respeto alguno al invitado ni al público, optaron por el sarcasmo y la burla que ningún periodismo profesional de calidad admite. Se descalificaron a sí mismos portándose como inmaduros escolares haciendo catarsis frente a un supuesto enemigo.

Víctimas de sus propios miedos, se ven ante la catástrofe y pierden los papeles, agotan recursos económicos y de los otros, importan guerreros como Hernando de Soto y Jaime Bayly. Pasan por alto lo que significó el gobierno de Albert Fujimori, la corrupción, la ruptura de la institucionalidad y las violaciones de derechos humanos. Santifican a KFujimori mientras atacan a OHumala, usan el fantasma del dictador venezolano Hugo Chávez y no tocan al dictador peruano Alberto Fujimori. Ignoran la vuelta del entorno fujimorista que es el mismo del padre de la candidata pantalla. No quieren ver la repulsiva continuidad. La ciudadanía se pregunta por qué tanto nerviosismo.

No es para tanto. Humala es sólo un nacionalista, no es un  socialista como Lula o Bachelet. Su opción no es radical, es dialogante y concertadora. Con el Parlamento dividido deberá buscar acuerdos y alianzas para aprobar leyes. Y en cuanto al modelo no hay problema, está asegurado. Las estrechas posibilidades de cambiarlo se darán dentro de lo que permitan la globalización y los centros de poder. Así ha sucedido en todos los gobiernos izquierdistas de la región que colocaron a liberales para dirigir las economías nacionales. Ollanta no será la excepción. Las autarquías son imposibles, por eso ya anunció a un independiente como Ministro de Economía. En los siguientes días lo veremos abundando en esta actitud que se impone a todos los países que se sientan a la mesa globalizada.

Si nuestra derecha tuviera la lucidez y la valentía de un Mario Vargas Llosa otro sería el cantar. Si se diera cuenta que se requiere un gobernante como Humala para aplacar los conflictos sociales que desestabilizan el sistema celebraría su llegada y no estaría exagerando al paroxismo sus propuestas ni viendo un revolucionario donde solo hay un candidato con sensibilidad social. La ambición convertida en angurria los obnubila y los hace caer en el ridículo.

No están en riesgo ni la estabilidad de la banca ni de los capitales en soles o en dólares, tampoco la bolsa de valores ni los ahorros, ni las Afps, ni las propiedades, ni nuestros hijos, ni la estabilidad democrática ni la alternancia en el poder. Si está en riesgo la impunidad de las mafias, sus corruptelas permanentes y su práctica depredadora. Por eso temen y les angustia la bandera anticorrupción. No les interesa la pobreza ni el abandono de los ancianos, ni los salarios paupérrimos y el desempleo crónico y menos los servicios de salud porque estos déficits son costos considerados inherentes al sistema.

Las propuestas de Humala responden a una mínima racionalidad en defensa del país y de los menos favorecidos: impuesto a la sobre ganancias mineras, pensión a los adultos mayores de 65 años, atención prioritaria a la salud, a la educación, a la ciencia y a la cultura, crédito en provecho de la pequeña y mediana empresa. Y sin embargo no hay terror cuando la candidata fujimorista asume con total desparpajo aspectos de esta propuesta.

Estamos ante una renovada compra de los grandes medios de comunicación que se hace con los millones de dólares que vienen de las mafias, muchos de cuyos capitostes están a la espera de salir de las prisiones donde purgan condenas. Con esos dineros también reparten víveres a cambio de votos aprovechándose de la pobreza como lo denunció el diario hispano El Mundo en hecho que para la prensa nacional es habitual y no merece denuncia.

Como ya dijimos no estamos ante una votación ideológica. Mucha gente de la derecha votará por Humala por ser la opción de la decencia frente a las mafias de todo pelaje que suman esfuerzos y dinero para demoler a Humala de forma tan obvia y patética como lo hace Bayly, insultando la inteligencia y la sensibilidad de los peruanos.

Nada tan evidente como el editorial de El Comercio de ayer 8 de mayo que pregunta “¿Respetamos a quienes piensan distinto de nosotros, que no comparten nuestra postura política o ideológica?”. Y lo hace a propósito del condenable ataque a Jaime de Althaus pero hace oídos sordos ante la emboscada y el irrespeto del dúo Aldo-Delta. Y agrega el mismo editorial “En este contexto no podemos soslayar que en las pasadas elecciones del 2006 el candidato Ollanta Humala expresó su admiración por el régimen chavista”. Pero si puede soslayar que en las presentes elecciones la candidata Keiko Fujimori expresó su admiración por el gobierno dictatorial de su padre que hizo trizas la libertad de expresión y sirvió de modelo al dictador venezolano. Este es el periodismo que defiende una opción en tanto descalifica la otra. Que tal libertad de prensa!! Que tal pluralismo!!

martes, 3 de mayo de 2011

LA VENTA DE LA LINEA INFORMATIVA DEL CANAL 4

LIBERTAD DE PRENSA FUJIMORISTA

Y así pretenden volver?.

El reportaje que publica el diario La República hoy es increíble. La siempre seria investigación de Edmundo Cruz logró precisar la cifra que pagó Montesinos a los Crousillat por el apoyo del Canal 4 de TV al gobierno de Alberto Fujimori y a su afán de reelegirse y perpetuarse en el poder. 22 millones de dólares que salieron del dinero de todos los peruanos. De los dineros de la privatización de la cual nunca dieron cuenta o de los impuestos que nos cobra eficientemente la SUNAT, secuestrada para el chantaje en lo que Fernando Belaunde llamó la Mordaza de Oro, aplicada selectivamente a los medios de comunicación para controlarlos mejor.

Leer todo el reportaje en el siguiente link. Imperdible para la cultura política y democrática del Perú.

http://e.larepublica.pe/image/2011/mayo/03/po01.jpg

domingo, 1 de mayo de 2011

EL CONTROL AMENAZA


DEFENDER LA LIBERTAD DE LA RED

¿Quién elige los contenidos que vemos y usamos en Internet? Ahora lo hacemos nosotros con el navegador que elegimos y el proveedor al que pagamos, el mismo que no puede bloquear ninguna de las páginas legales que ofrece. Pero esto podría cambiar si cambia la neutralidad de la Red, un tema de la mayor importancia.

No por gusto los ciberactivistas del mundo no cesan de alertar respecto de los Gobiernos que quieren controlar la Red. El mal ejemplo es el gobierno chino, el primero en darse cuenta de los peligros que le significaba una red libre, verdadero enclave de ideas que forjan una oposición poco o nada deseable para ellos. A fin de cautelar este espacio cuentan con lo que llaman la Gran Muralla Cortafuegos.

Internet es un lugar sin límites, apreciado precisamente porque no admite ni jefaturas ni jerarquías, porque no permite disimular los intentos de controlar la información. Este mensaje fue reiterado en España por John Perry Barlow, pionero de la Internet y de la cibercultura, ante los jóvenes blogueros de los países del Mediterráneo.

En estos días se dio el Primer Encuentro de Blogueros del Mediterráneo que debatió sobre los instrumentos que ofrece la red para el activismo político y social, teniendo en cuenta la influencia de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación en las revoluciones árabes.

Perry reivindica la plena soberanía de la red y está calificado para ello por ser autor de la Declaración de Independencia del Ciberespacio de 1996. Junto a él participaron dos blogueros tunecinos que sufrieron censura, persecución y cárcel: el dibujante Z y la activista Fatma Riahi. El primero difundió ácidas caricaturas del expresidente Ben Ali y su familia. La segunda es conocida defensora de los derechos humanos que enfrentó la censura que culminó con su detención.

Es cierto que las revoluciones no surgen sólo de Internet. Los pueblos deben poner cuerpo y razones, mística y coraje, rabia e indignación que refleja siempre el hartazgo ante las dictaduras prepotentes, corruptas y abusivas.

En el Perú la candidata del fujimorismo dijo en IPYS que "Internet debe ser regulado en cuanto a contenidos que podrían afectar a menores de edad" a lo que muy suelta de huesos agregó en Twitter"¡No regularemos contenidos de Internet! Instalaremos filtros para proteger a nuestros niños de contenidos pornográficos y violentos."

Ni filtros ni regulaciones. Conocedores del estilo y la trayectoria fujimorista esto suena a lapsus o a ingenuidad. Pero ni una ni otra se sostiene si conocemos la práctica autocrática. El ejemplo chino es la gran advertencia: Bajo similar argumento de la protección infantil se cobijan los peores y más duros controlismos políticos. Si estas expresiones vienen de quienes durante muchos años impusieron una libertad de expresión que incluía comprar conciencias y líneas editoriales debemos alarmarnos y ponernos en alerta.

La regulación para proteger a la infancia en las cabinas públicas ya existe y en las privadas hay filtros que los padres pueden instalar para cuidar a sus niños de la pornografía o de la pederastia. Hablar de regulación y filtros en el acceso nacional a Internet nos acerca a los gobiernos autocráticos controlistas en cuyas fauces puede comenzar a morir la libertad como en los lamentables noventa.

El fujimorismo ya tiene la tecnología del control de los medios, amedrentando, sobornando o comprando. A  estas alturas de la segunda vuelta estamos viendo el alineamiento naranja de diarios y televisoras. Y aunque K Fujimori diga que no ha tenido intervención, nadie lo cree. Veremos en las semanas que vienen la guerra final entre la campaña del terror alimentada por los grandes medios cuyo objetivo es demoler la figura de Ollanta Humala y la habilidad de sus activistas y partidarios que deberán redoblar esfuerzos de esclarecimiento y de contacto directo con la población.

En la preservación de la libertad de la Red coinciden activistas y grandes teóricos de la comunicación, Parlamentos como el chileno con reguladores como la Comisión Federal de Telecomunicaciones estadounidense pero también ultraliberales con demócratas como Barack Obama, insospechable de humalismo, convertido en el gran publicista de las redes sociales:

"A partir del momento en que los proveedores comienzan a privilegiar determinadas aplicaciones o páginas web sobre otras, las voces pequeñas se verán excluidas, y todos perderemos. Internet es seguramente la red más abierta que hemos tenido en la historia. Tenemos que mantenerla así".

COLUMNISTA INVITADO: ALVARO VARGAS LLOSA

Perú: 19 razones para votar por Ollanta (y con cierta alegría)

1] Con los Fujimori, el aprendizaje moral de la clase dirigente peruana, que tiene los valores invertidos y cree que libertades y DDHH son una cojudez, se interrumpirá. Resucitará la república bananera.

2]Con los Fujimori, el “modelo” volverá a ser el coto vedado de ciertos mercachifles: el mercantilismo mafioso es la negación de una economía libre. El crecimiento anual de la década democrática fue tres veces superior al de los 90.

3]Con los Fujimori, se cancelará la posibilidad de que los pobres recuperen la dignidad: el método para comunicarse con ellos en los 90 fue la dependencia, la esterilización forzosa, la fosa y la cal.

4] Con los Fujimori, se instalará el terror en las empresas, salas de redacción y tribunales. Los despidos, amenazas y capitulaciones en el principal grupo mediático y una radio arequipeña son un abracadabrante anticipo. El fujimorismo no es una idea o proyecto: es un método. El método de Al Capone (sin el detalle del puro).

5] Con los Fujimori, garantizaremos que el magistrado César San Martín, un lujo para el Poder Judicial, sufra una persecución abominable.

6] La condición ética, política e intelectual de los botafumeiros de Fujimori basta para saber dónde no hay que estar. Para sus economistas copiones de alquiler, sus arlequines televisivos importados (con “dumping”) y sus pelafustanes cibernéticos fue pensada la frase de Borges: “Se había adiestrado en el hábito de simular que era alguien para que no se descubriera su condición de nadie”.

7] El candidato a primer vicepresidente de los Fujimori es un golpista. El candidato a segundo vicepresidente es casi fascista y tonto a partes iguales. En materia de autoritarismos, “casi” es un agravante y “tonto” un pleonasmo.

8] En los países donde las cosas están en su sitio, la cárcel no la gobierna el presidiario. La Diroes es hoy la hacienda de los Fujimori. El peligro no es que la candidata libere al padre sino que el padre enreje al país con hija y todo.

9] Con Ollanta, hay mayor garantía democrática. Si él comete un exceso, la derecha le saltará al cuello. Si los Fujimori cometen un crimen o delito, la derecha aplaudirá como foca.

10] Con Ollanta, el “modelo” podría adquirir más legitimidad social. Hubo dos fenómenos latinoamericanos en la última década: la expansión de la clase media y la modernización de una parte de la izquierda. Si Ollanta, bajo presión, da el salto definitivo, el Perú se sumará a una lista de vanguardia. El desarrollo no es posible sin una izquierda liberal.

11] Con Ollanta –y suponiendo su modernización definitiva– cerraremos el paso a futuros caudillos populistas. En Brasil, Chile, Uruguay y El Salvador, la izquierda moderada ha neutralizado el surgimiento de caudillos iluminados.

12] Las peores derrotas de Hugo Chávez no se las ha infligido la derecha sino la izquierda. Las críticas del uruguayo José Mujica a Venezuela el día mismo de su toma de mando y, ahora, la ruptura del paraguayo Fernando Lugo con Caracas han aislado más al venezolano. ¿Por qué regalarle en bandeja a Ollanta ahora que lo ha negado? Un estadista latinoamericano que tiene cómo saberlo acaba de asegurar en una reunión privada con un gran grupo mediático europeo: “Me consta personalmente: Ollanta no seguirá la línea de Chávez”.

13] Para ciertas reformas difíciles, la izquierda puede ser más audaz que la derecha. Mujica acaba de proponer en Uruguay el bono escolar –subsidio a la demanda educativa– y Lugo ha abrazado la apertura en Paraguay: gracias a inversores foráneos, su pequeño país acaba de superar a la Argentina en exportación de carne. Ricardo Lagos abrió el comercio en Chile más que la dictadura de Pinochet.

14]En tiempos de la resistencia democrática, me tocó recibir a Ollanta en el hotel que hacía de cuartel general. Él y su esposa querían vincularse a la causa que lideraba Toledo. El Perú se dividía entre quienes luchábamos en desventaja por la libertad y quienes la habían apuñalado por la espalda. Su instinto en ese momento fronterizo fue certero. Sus graves errores posteriores, que pagó en 2006, no quitan eso.

15] Al próximo Presidente le tocará lidiar con el fallo de La Haya sobre el diferendo marítimo con Chile. Si por alguna razón el fallo resultase desfavorable al Perú, es preferible un Ollanta constreñido por las responsabilidades de Estado.

16] Es mucho más saludable tener a Alan García haciéndole oposición a Ollanta que entendiéndose con un gobierno de Fujimori para cobrar por los servicios prestados.

17] Perú Posible, a pesar de las contorsiones de estos días, dará a Ollanta la mayoría necesaria para gobernar. Esa será una de las mejores garantías de que se ciña a los límites constitucionales.

18] Ha surgido una oportunidad de convertir la emergencia de la amenaza fascista en la oportunidad de un entendimiento entre la izquierda y sectores liberales. Hay precedentes históricos. En 1989, la coalición de conservadores y comunistas en Grecia acabó con un gobierno corrupto. En México, el PRD y el PAN de Felipe Calderón, con candidaturas comunes, han sacado del poder al PRI en varios estados y quizá vayan juntos en las presidenciales. En Inglaterra, liberal-demócratas (izquierda) y conservadores moderados han evitado juntos el continuismo.

19] Ollanta es la posibilidad que queda de enderezar la democracia que los demócratas torcieron en estos 10 años. Son responsables de ello los empresarios que reciclaron a periodistas enfeudados a la mafia, los políticos que se aliaron con ella para dirimir sus estúpidas querellas con otros demócratas, los dineros robados que no fueron totalmente repatriados y los muchos cómplices que “pasaron piola” (para usar un argentinismo) sin ser procesados. Qué razón tenía Alexis de Tocqueville: “El hábito de la falta de atención debe ser considerado el mayor vicio democrático.” Si Ollanta triunfa, asegúrese la democracia de prestar milimétrica atención en el futuro