SOLIDARIDAD Y EXIGENCIA
El despido de dos conocidos periodistas de Canal N remeció los medios de comunicación ayer 20 de abril, en plena segunda vuelta electoral. La productora general, Patricia Montero, y el productor del noticiero ‘De 6 a 9’ y jefe de Informaciones, José Jara, ya están fuera del único medio televisivo que se caracterizó desde sus inicios por su dura y consecuente batalla informativa contra la autocracia fujimorista.
No hay explicación oficial, sus directivos apuestan a que pronto olvidemos esas bajas que lesionan la neutralidad y la credibilidad del medio. Y es que ambos periodistas son reconocidos por su posición democrática consecuente y según lo informó Diario 16, eran un escollo para las pretensiones del Grupo El Comercio de apoyar totalmente a Fujimori, y atacar a Ollanta Humala.
Democracia total y directa. Verdadero avance de lo que vendrá si permitimos que retorne el fujimontesinismo. “En las últimas semanas habían muchas presiones para que se ataque al candidato Ollanta Humala y se difundan notas y microondas a favor de Keiko Fujimori. Patty se resistía a parametrar la línea del canal e insistía en mantener la neutralidad. Con estos despidos, parece que la fujimorización del canal es un hecho”, comentó un preocupado periodista. http://diario16.com.pe/noticia/3971
El tsunami solidario no se ha hecho esperar. Patricia Montero es una impecable periodista que laboró 12 años en Canal N, fundadora de dicho medio, que nació defendiendo la libertad de expresión y de prensa en pleno régimen de Fujimori.
Felizmente no hemos perdido la memoria como algunos. Muy importante que el representante del Comité Consultivo del Instituto Prensa y Sociedad (IPYS), Luis Jaime Cisneros Hamas, haya precisado que la candidata de Fuerza 2011, Keiko Fujimori, representa la corrupción en los medios de comunicación que caracterizó a la dictadura Fujimorista. “Ella representa la corrupción en la prensa pues es la herencia del gobierno de su padre que encabezó una etapa funesta para los medios de comunicación del país en la cual se compró a la prensa y periodistas, se corrompió a los dueños de las casas editoras y de todo ello hay pruebas contundentes”, recordó al tiempo de informar que iPYS ha invitado para el 29 de abril a Humala y Fujimori a exponer sobre sus políticas de gobierno en materia de medios de comunicación.
Para ello IPYS formula precisas preguntas sobre legislación sobre medios; regulación del espacio radioeléctrico, funciones de la autoridad que entregue y retire licencias de radio y televisión; medios de comunicación del Estado; ley que regule el servicio de radio y televisión de entidades estatales. Asimismo criterios para la asignación de publicidad oficial a los medios; posible modificación de la ley sobre delitos contra el honor, especialmente respecto de funcionarios públicos, y el trato igualitario para la cobertura noticiosa de las actividades presidenciales.
Muy importante actitud de representación porque en los espacios de los medios convivimos, actuamos y nos desarrollamos sin que exista mayor regulación. Ahí radica la ambivalencia y la dimensión de su poder. Pueden canalizar de forma unilateral los flujos de información por una red centralizada, del centro a la periferia, de arriba abajo, y reforzar, si lo deciden sus propietarios, controles sociales, valores y formas de vida. A millones de ciudadanos sólo les queda ser espectadores pasivos. Por ello hemos propuesto y defendido la institución del Defensor del Lector que los medios responsables de su imagen y misión deberían asumir para su mejor calidad y equilbrio.
Y es en época electoral cuando mejor se ve cómo funcionan los dos poderes: El político, legitimado por las formas democráticas, con los contrapesos que la Constitución y las leyes establecen, y el mediático que se impone sin necesidad de legitimarse y se ejerce sin contrapesos.
Todo pasa por los medios de comunicación. En la era de la información el concepto de servicio público sigue siendo el adecuado, los medios difunden la información a audiencias masivas y trabajan con la realidad. Su servicio tiene que ver con el derecho a la información de la ciudadanía para que tome sus mejores decisiones. No deberían defender los intereses de pequeños grupos o de grandes mafias. En teoría.
Recordamos muy bien la situación vivida en el gobierno de Alberto Fujimori con la mayoría de medios, en especial la televisión, alentando la desinformación, la propaganda sistemática del gobierno y el desprestigio de la clase política. Ejerciendo la autocensura por ser empresas económicamente débiles y financieramente vulnerables. Todo ello agravado con la compra y venta de las líneas informativas por Montesinos, indeseable ícono de la corrupción, no solo mediática, durante ese funesto período.
Es evidente que el espectro audio visual, aún más que la prensa escrita, recibe presiones financieras y de impuestos. El canje tributario permitió al gobierno fujimorista espacios para su propaganda política en las desiguales elecciones generales de 1995, trato al que el ex presidente Fernando Belaunde calificó de mordaza de oro. Hay que preservarse contra eso. No solo importa la neutralidad gubernamental más importante aún es la de los medios.
El monstruo está de regreso, vivito y coleando para aplicar mordazas y vulnerar libertades. Bien dice Gustavo Gorriti que Alberto Fujimori es el real candidato. Y agudamente Maritza Espinoza se refiere en Twitter a la “candidata-pantalla”. El Perú democrático no puede ni debe repetir el drama del control oficial. Estamos avisados. Que los propietarios de los medios que se exhibieron subordinados a las presiones políticas y a las corruptelas no lo repitan, por favor!!.
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